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sábado, 23 de diciembre de 2017

Rivera y Sánchez cuestionan la capacidad de Rajoy para combatir al secesionismo tras los resultados del PP


"El líder de Ciudadanos reclama «un proyecto que ilusione a la mayoría de españoles"


El secretario general del PSOE cuestiona que Rajoy pueda tener un proyecto para España teniendo menos votos que la CUP



Que el 21 de diciembre era mucho más que unas elecciones autonómicas en Cataluña estaba bastante claro. Pero Pedro Sánchez y Albert Rivera se encargaron de recordarlo en sus valoraciones del día después de unos comicios en los que la situación política queda cronificada pero que sale con claros ganadores y perdedores. Desde ópticas distintas, los líderes de PSOE y Ciudadanos cuestionaron ayer la capacidad de Mariano Rajoy y del PP para ofrecer una respuesta política al independentismo.

En el bloque constitucionalista el único triunfador de los comicios es Ciudadanos. Desde esa posición Rivera no obvió la dimensión nacional de los resultados, reivindicando que Inés Arrimadas logró más votos que la suma de PP, PSC y Catalunya En Comù. Y en una clara alusión a Mariano Rajoy señaló que «España necesita un proyecto que ilusione a la mayoría de españoles y no vaya a la defensiva».

Rivera ya había dicho los días previos que en estas elecciones siete millones y medio de españoles iban a valorar también la gestión y el proyecto de los partidos nacionales. Y para Rivera la lectura es clara: «Es evidente que los españoles están demandando un nuevo proyecto de país». Como ya ha hecho en otras ocasiones, Rivera planteó que Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar fueron tres figuras que, «con aciertos y errores», tuvieron «un proyecto de país» con «un rumbo y una mayoría detrás».

Este es un mensaje que fue una de las ideas fuerza del partido en su primera campaña electoral para las generales de 2015, que casualmente vinieron después de otras autonómicas catalanas en septiembre de ese año. La formación vuelve a poner en el primer plano de su estrategia la idea de «renovar el proyecto común español» en una mayoría que sea capaz de nutrirse de los huérfanos políticos de las gestiones de Mariano Rajoy en el PP y de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez en el PSOE.

En Ciudadanos reconocían ayer en privado que este resultado supone un freno a las expectativas de crecimiento electoral de los socialistas tras el regreso de Sánchez a la secretaría general. «Su discurso de la plurinacionalidad no ha funcionado precisamente en el sitio para el que lo diseñó», reflexionaba un dirigente de la formación. Lo cierto es que Sánchez no hizo bandera de esta cuestión durante la campaña, pese a que fue su propuesta estrella en la campaña de primarias.

Sin romper los acuerdos


Inés Arrimadas lamentó los resultados cosechados por Miquel Iceta y Xavier García Albiol–«es una pena que PP y PSC no hayan tenido mejor resultado»– porque con ello queda sin opciones de alcanzar la presidencia de la Generalitat pese a ser la candidata más votada. Pero Rivera, mucho más duro, valoró los resultados de PP y PSC como «un síntoma de agotamiento de un bipartidismo que ha hecho turnismo con los nacionalismos».

Pero Rivera descartó que vaya a romper sus acuerdos con el PP en el Congreso de los Diputados para forzar un adelanto electoral: «Nosotros somos el partido de la estabilidad. Cumplimos lo que firmamos». Recordó que es Rajoy «la única persona que puede convocar elecciones», pero sí dejó claro, desde su nueva posición de fuerza, que Ciudadanos «va a seguir siendo muy exigente, más si acabe ahora» para hacer cumplir «hasta el último punto» del acuerdo de investidura y el principio de acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

Si Rivera utilizó el buen resultado en Cataluña para mostrarse con más ambición y seguridad en el plano nacional, Sánchez también aprovechó los malos resultados del PP para atacar a Mariano Rajoy y esconder su propio fracaso electoral.

Ataque al PP por la CUP


Sánchez participó ayer en la Ejecutiva del PSC y ha hecho un análisis compartido de los resultados de las elecciones catalanas, en las que el PSC subió un escaño respecto a 2015 pero defraudó sus enormes expectativas, que pasaban por liderar una gobierno alternativo al independentismo. «Es un resultado bastante modesto, esperábamos mas, aspirábamos a romper con los soberanistas», reconocía Miquel Iceta, que planteó tres elementos que pueden haber contribuido a esa decepción: «Puede ser que no hayamos tenido tan en cuenta la excepcionalidad de estas elecciones, no hemos generado suficiente confianza en sectores populares no independentistas y precisamente la tercera vía no es vista todavía como una solución capaz de superar la situación tan polarizada».

Sánchez, que comenzó su intervención dando la enhorabuena a Inés Arrimadas por sus resultados, reconoció que «hemos avanzado, pero no lo suficiente». Y aunque su primer mensaje ha sido para el bloque independentista –«ha ganado en escaños pero no en votos. No se puede gobernar para un 47%»–, los mensajes con más carga política se los dedicó a Rajoy: «Lo que se está padeciendo en Cataluña tiene mucho que ver con la displicencia, con el inmovilismo». Y aseguró que tras el resultado del PP lo que se está viendo son «las debilidades de un proyecto político nacional que cuenta con menos apoyo en Cataluña que una fuerza antisistema». Algo que contrastó con la presencia más homogénea del PSOE en todo el país: «La única fuerza que es capaz de vertebrar, y que tiene una presencia notable en todos los territorios, es el PSOE».


El secretario general del PSOE, al igual que Rivera, también vinculó la derrota del independentismo con la construcción de «un proyecto de regeneración política nacional», en este caso, «basado en los valores de la izquierda».


                                                                                 VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN  Vía ABC

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