Felix Ovejero: «El debate secesionista es el de la igualdad y la libertad. No es tontería»

Profesor titular de Economía, Ética y Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona, Ovejero propone «acabar con un sistema de educación y de comunicación antigualitario y antiliberal», que se da en Cataluña, donde, asegura, «el verdadero problema» es el «del nacionalismo»

Felix Ovejero durante una conferencia en 2015 - Ángel Navarrete

 

–¿Por qué hay que votar?

–Porque hemos de terminar con la patrimonialización del poder político de una élite, que ha cebado la retórica nacionalista de los catalanes de primera y los «emigrantes».

–¿Cataluña tiene remedio?

–Sí, tiene remedio; empezando por negar que exista un problema catalán, distinto del nacionalismo, que es el verdadero problema catalán.

–¿Tiene claro su voto?

–Sí, votaré a un partido comprometido con la elemental idea de ciudadanía, sin la menor concesión a la retórica nacionalista, al cuento de los privilegios sostenidos en la identidad y que no desatienda que el horizonte moral de valoración que importa es España y Europa.

–¿Cuál es la primera medida que debería adoptar el nuevo president?

–Acabar con un sistema de educación y de comunicación antigualitario y antiliberal.

–¿Qué es lo peor que ha hecho el actual Govern

–Alentar el odio entre los ciudadanos.

–¿Y lo mejor?

–Mostrar al conjunto de los españoles la calidad de la clase o casta política catalana.

–¿Cómo se imagina Cataluña dentro de un año?

–Inevitablemente, mejor. Peor no puede ser, claro.

–¿Hay vida más allá del debate independentista?

–Ese debate no es una cosa «a más a más». El debate independentista es el de la igualdad y la libertad, el de la civilización. Creo que no es una tontería.

–¿Hablará de política en la cena o comida de Navidad?

–Seguramente. Brindaremos por el cumplimiento de la ley, esto es, por la libertad. Y por el fin de la impunidad y del ejercicio patrimonial, despótico, del poder político.

–¿Quién se merece que los Reyes le traigan carbón?

–Los académicos que, sin costes personales, engañaron a los tontos bien dispuestos, que mintieron o les vendieron ideas indignas.

                                                                               DANIEL TERCERO    Vía  ABC