Una parte no pequeña de las sociedades occidentales -la nuestra de manera destacada- avanzan
decididamente impasible el ademán hacia su deterioro y destrucción. Lo
único que sucede es que las máscaras que utilizan les impiden observar
la evidencia. Son su orden moral caótico y contradictorio y los actos
humanos que propicia, las causas de desastres sociales e individuales
que podrían ser irreversibles. Es el caso de la combinación del aumento
de esperanza de vida y el elevado número de rupturas matrimoniales, lo
que conduce a una población de ancianos, en gran medida dependientes que
viven solos. Pero nadie apunta que la causa de esta epidemia de soledad es la proliferación de los divorcios, ocupando España uno de los primeros lugares de Europa, y destacando en ella, Canarias, Baleares y Cataluña.
Para evitar un malentendido precisemos el sentido del concepto de moral usado
más arriba. Se trata de la capacidad para identificar y realizar el
bien y la justicia y discernir entre lo superfluo y lo necesario. Cuando
esto no está claramente identificado y es ampliamente compartido se produce la atomización moral, la confusión de las éticas.
Pero lo peor de todo no son los daños que nos infligimos, sino la ceguera imperante sobre sus causas.
Y para esta tarea no se repara en esfuerzos: Oscurantismo de la razón,
negación de la evidencia, incluso empírica, censura, ostracismo y
estigmatización. A todo eso se recurre para no asumir los motivos
reales. Para desviar la atención, las llamadas izquierdas utilizan el
espantajo del capitalismo como responsable de este tipo de males, algo
que siempre es cómodo porque llena mucho discurso y después no conduce a
nada, porque carecen de modelo real al margen de él. Pero el
capitalismo es un modelo económico que responde a unas u otras premisas
morales, como muestran los diversos modelos existentes ¿o, acaso no
existe diferencia entre el capitalismo de estado chino, el liberal de
Estados Unidos y el de economía social de Alemania y parte de Europa?
No, no es el modo de producción que ayuda más o menos, según su tono,
sino algo más profundo. Se trata de la raíz moral.
Parte de la crisis de la unidad europea
surge precisamente de un malestar mal expresado sobre esta situación, a
la que son más sensibles los países que proceden del bloque comunista,
porque poseen una sensibilidad menos adormecida ante los sistemas, que
nos conduce al despeñadero de la historia. En poco más de una docena de
años, cuando los actuales alumnos de secundaria sean jóvenes adultos, y
nuestros universitarios personas que inician la plenitud, seremos un
geriátrico de seres humanos que viven en soledad con una productividad
descendente -comparada con el resto del mundo- rodeada de la masiva
presión demográfica africana y del Islam, rechazada por un nuevo bloque
del Este, ninguneada por Estados Unidos, que ya tendrá como estado
satélite al Reino Unido, y bajo la hegemonía china y la creciente
competencia y ascendencia de la India. Y nuestra productividad será baja porque la media de edad de las personas activas
se habrá desplazado más allá del óptimo productivo y creador. De hecho,
ya se está ahí. Europa será un “Parque Humano” formado por ovejas,
pastores, guardas y propietarios. Sloterdijk ha escrito sobre eso, duramente criticado por Habermas, en “Normas para el Parque Humano”, cuyo diagnostico coincide en parte, con el que formulo.
Sostiene Sloterdijk
en su crítica al humanismo ilustrado, que la educación del ser humano
mediante la lectura obligada de unos textos canónicos ha fracasado ante
la sociedad de la información y el cotidiano embrutecimiento de las
masas con los nuevos medios de desinhibición. Son ahora los medios de
comunicación de masas, los fármacos y la biotecnología los que ejercen
influjo decisivo en el hombre. Subrayemos tres ideas:
la del fracaso en la educación de la persona, su embrutecimiento por los
mas media, la desaparición de las inhibiciones, es decir, el
desistimiento en el autocontrol, en el ejercicio de la templanza, y los
estimulantes, no solo farmacológicos, sino ilegales, incluso
incorporados a la dieta como ciertas bebidas energizantes. Eso significa dos cosas: mercado y ganancia, por una parte, y ruptura ética por otro
Pero
también señalamos que el filósofo alemán olvida que no son en los
textos formadores donde anida el fracaso de nuestras sociedades, que da
lugar a la eclosión del mercado y a la satisfacción de la pulsión del
deseo como máximo principio realizador, sobre todo, del deseo sexual.
Mucho antes ya lo analizó MacIntyre en Tras la Virtud (1984) y
Tres Versiones Rivales de la Ética: el problema no radica en los textos
canónicos, sino en la incapacidad, o falta de voluntad de situarlos en
la necesaria perspectiva histórica que los dota de plenitud de sentido
(como muestran la mayoría de las adaptaciones de los clásicos, que son
en realidad una traición a lo que el autor quería explicar).
También la
dispersión de las interpretaciones, fruto de un debate interminable,
consecuencia de la razón instrumental, que conducen a la fragmentación
de las éticas surgida con la Ilustración y a la subjetividad del bien y la justicia,
que han terminado en convertirse, el primero, en una preferencia, y la
segunda, en una conveniencia. Finalmente, tercera clave de la crisis de
sociedad: la postulación de valores sin las virtudes necesarias para
realizarlos.
EDITORIAL de FORUM LIBERTAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario