Cs abre una nueva batalla contra el PNV y critica abiertamente a Rajoy por el peso que los nacionalistas tienen en las negociaciones con el Ejecutivo. La tensión se acentúa en el Congreso
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante una reunión con el portavoz del PNV, Aitor Esteban. (EFE)
El estado crítico en que se encuentra la legislatura, con la relación de los dos principales socios sangrando por los cuatro costados y la actividad legislativa paralizada —incluida la negociación de los Presupuestos Generales—, sigue avanzando a paso firme y ya afecta de lleno al Partido Nacionalista Vasco (PNV), el otro actor principal, dada la aritmética actual en el Congreso. Ciudadanos ha comenzado a ampliar su ofensiva hacia
el otro aliado del Gobierno, al que además considera "que trata mucho
mejor" pese a tener cinco escaños frente a sus 32. El propio Albert Rivera
reprochó a Rajoy "elogiar de forma permanente" a la formación presidida
por Andoni Ortuzar, mientras tacha a su partido de "el malo de la
película". Y no solo eso. La cúpula naranja ya critica abiertamente el peso que tienen los nacionalistas vascos en las negociaciones con el Ejecutivo, "pese a ser el 0,6% del censo de toda España", matizan.
Este
miércoles, habrá una nueva escenificación del choque iniciado en la
sesión de control al Gobierno, cuando el portavoz parlamentario naranja, Juan Carlos Girauta, pregunte a la vicepresidenta por "el desafío a la democracia" de los nacionalistas vascos al reclamar el derecho a decidir
(derecho de autodeterminación aunque descafeinado, sin ruptura ni
consulta como tal) en el nuevo estatuto del País Vasco, que ya han
bautizado desde la formación naranja como "plan Ibarretxe II".
Ciudadanos, de hecho, irá un paso más allá e incidirá en que se trata de
"una propuesta de referéndum para la independencia". Esta será sin duda
la nueva batalla que dará el partido de Rivera, máxime teniendo
en cuenta la coyuntura catalana tras el 1-O y las concesiones
"excesivas" que ven desde el Gobierno de Rajoy, como "el cuponazo"
pactado el pasado año, en alusión a los 1.400 millones del cupo vasco
que sirvieron para lograr el apoyo a los Presupuestos.
En Ciudadanos han recuperado su linea más dura contra
el grupo que dirige Aitor Esteban en la Cámara Baja —tras superar el
trance que, de alguna manera, supuso para ellos estar en el mismo pacto
de investidura que el PNV, cuando el origen fundamental de la formación
naranja es "luchar contra las desigualdades entre españoles"— y el
argumentario será a partir de ahora señalar la sintonía entre el
Ejecutivo y un partido "que intenta un nuevo órdago a la soberanía
nacional", y la ofuscación del PP, dicen, por "contentar" más al grupo
parlamentario dirigido por Aitor Esteban que por encontrar vías de
entendimiento con los partidos constitucionalistas. Ciudadanos pretende
recuperar el mensaje de gran alianza entre PP, PSOE y ellos
mismos para los asuntos importantes de país y se apoyará en el desastre
catalán para reafirmarse en la importancia de tejer grandes acuerdos
mientras el Gobierno trata de ningunearlos y acercarse a los socialistas.
Precisamente este lunes, Rajoy reunió a los barones territoriales del PP
y a la cúpula del partido en la sede de Génova para abordar los
próximos meses y preparar las lineas estratégicas de cara a 2019. Sin
embargo, al término de la reunión, los dirigentes populares insistían: "No hemos hablado ni un solo minuto de Ciudadanos".
El coordinador de la formación, Fernando Martínez-Maillo, se pronunció
en la misma línea, aunque los constantes reproches hacia la formación de
Rivera no decían lo mismo. Primero los culpó del bloqueo en Cataluña
por la negativa de Arrimadas de presentarse a una investidura que no
tiene ni una sola opción de salir adelante. Después, no dudó en cargar
contra Rivera por el bloqueo de los PGE. "Esperemos no llegar a ese
punto y que el acuerdo se pueda reeditar pero, si no, señalaremos a los culpables", anticipó. Eso sí: sobre el crecimiento del partido naranja en muchas de las encuestas publicadas, ni una sola palabra.
En
vista de esta situación de rivalidad y bloqueo, la incógnita que queda
por resolver es cómo de sostenible será el escenario actual en el
tiempo. Todavía quedan dos años para que acabe la legislatura y aunque
Rajoy siempre ha dicho públicamente que su intención es agotarla, será
la capacidad legislativa del Ejecutivo (y los apoyos que tenga) lo que
realmente determine lo que dure.
La realidad es que en la aritmética
actual (al menos en lo que a Presupuestos se refiere) el triángulo de PP, Ciudadanos y PNV es necesario
—además del apoyo de los grupos canarios—. Su capacidad de
entendimiento disminuye cada día y su convivencia política también ha
mermado en los últimos tiempos, pero la suma de escaños no deja más
opciones en este momento.
La guerra de Rajoy y Rivera se consuma y aumenta el riesgo de elecciones anticipadas
Está por ver si en los próximos meses la estrategia política de cada uno quedará a un lado. Ciudadanos exige al PP la dimisión de la senadora Pilar Barreiro
(imputada en la trama Púnica) para dar luz verde a las cuentas, que ya
están prorrogadas. El partido del Gobierno no tiene intención, al menos
por ahora, de dar su brazo a torcer y conceder ese tanto a la formación
naranja. Y, entre tanto, el partido de Rivera ha pasado a un ataque
frontal con los nacionalistas vascos. Que ha tocado hueso está claro, a
juzgar por las reacciones que ya se aprecian en Euskadi. Precisamente
este martes, el secretario de Relaciones Institucionales del PNV, Koldo
Mediavilla, acusó directamente a Ciudadanos de "envolverse en la bandera [de España]" y "morder" a su partido para lograr el sorpaso al PP al que algunos sondeos apuntan.
Al
tiempo, justificó la propuesta del nuevo estatuto del País Vasco,
asegurando que el PNV "se ha esforzado para no plantear su 'desideratum'
político más elevado" y seguir tendiendo puentes. Sobre esa
propuesta se pronunció también el portavoz parlamentario del PP, Rafael
Hernando, reconociendo que no les ha gustado "nada" que incluyan el
derecho de autodeterminación, y echó balones fuera sobre las recientes
acusaciones del partido naranja, que apuntan a un acercamiento entre el
Ejecutivo y el PNV en materias sensibles como podría ser una
modificación de la polémica 'ley mordaza', asegurando que es una
"falsedad".
Ciudadanos suma a su retahíla de críticas por las "concesiones" de Rajoy a los nacionalistas vascos la "inacción" del PNV
a la hora de exigir medidas de regeneración, contra la corrupción o
reformas de calado para España, pese a los distintos pactos que han
establecido en los últimos años.
PALOMA ESTEBAN Vía EL CONFIDENCIAL
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