/PIETER BRUEGHEL
2. Entre las primeras decisiones de los hermanos y de los amigos, cuando niños, está la de darse un código secreto que los demás no entiendan. El único sentido que tienen las lenguas en esta etapa aún pueril de la humanidad.
3. La desdichada proliferación lingüística, y todas las atufantes mentiras sentimentales que comporta, debe ser encarada en términos políticos de una manera realista. No parece sensato un régimen de multas lingüísticas por hablar lenguas, como otros lo instauran por no hablarlas. Pero la proliferación no debe seguir gozando de prestigio. La diversidad lingüística es un imponderable cultural y hay que tratar que reciba el mismo castigo moral y político que recibe, por ejemplo, el imponderable biológico de la desigualdad.
4. Un contador lingüístico debe erigirse en lugares emblemáticos de las ciudades, Torre Eiffel, Times Square; y en Barcelona en el monumento a Colón. Cada vez que muera una lengua registrarlo y celebrarlo con una bella onomatopeya rugiente.
5. No hay nada intraducible. Pero si lo hubiera, déu n'hi do el mísero interés que tendría.
6. Fue un ilustrado español, Nicolás Fernández de Moratín, el que puso a las lenguas en su sitio -y no a los portugueses, contra lo que cree el vulgo ibérico- de un manera más clara, rápida y profunda: "Asombróse un portugués que, desde su más tierna infancia, todos los niños en Francia supieran hablar francés".
7. El único error de los esperantistas fue añadir otra lengua al letal acervo.
8. A diferencia del mito de Ícaro en el de Babel no es lo principal el pecado sino el castigo. El castigo de las lenguas. "Y dijo el Señor: -Forman un solo pueblo, con una misma lengua para todos, y esto es sólo el comienzo de su obra; ahora no les será imposible nada de lo que intenten hacer". (Génesis, 11, 6-7) Es impresionante que los capellanes hayan conseguido hacerlo pasar por virtud.
9. Hay una gran definición sobre el lingüismo en el diccionario de la lengua, expertos: "Desviación sexual que consiste en fijar alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él como objeto de la excitación y el deseo".
10. Las presuntas ventajas neurológicas del manejo de lenguas me recuerdan, en el mejor de los casos, las ventajas neurológicas de ser taxista en Londres, tan útiles para hacer de taxista en Londres.
11.Entre las desgracias españolas resaltan las de sus -llamémosles- lenguas, sólo mitigadas por la poderosa, articulada y paciente koiné que las soporta, también llamada lengua franca por algún corrupto catalán.
12. Así pues es indudable que la propuesta de Cs de rebajar de requisito a mérito las vernáculas es un pequeñísimo paso, aunque en la dirección adecuada, que es la de la extinción.
ARCADI ESPADA Vía EL MUNDO
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