Cristiano Ronaldo, sustituido ante el Levante, o Isco dan muestras de alejamiento de un técnico al que hasta el momento siempre habían respaldado. El capitán Ramos se muestra distante
Sergio Ramos y Zinedine Zidane tras la final de la Champions del año pasado. (Reuters)
El vestuario del Real Madrid
sigue a la deriva y desorientado. Si en los últimos meses la plantilla
se había mantenido firme en el respaldo a su entrenador, ahora están
confundidos por algunas de las decisiones de Zinedine Zidane,
enrareciendo el ambiente en el grupo en el peor momento de la
temporada: hay jugadores que no comparten sus decisiones, otros que no
las entienden y algunos pesos pesados, como Sergio Ramos, más preocupados de su futuro inmediato que del de su entrenador.
Zidane siempre se ha posicionado del lado de los futbolistas sabiendo que es algo que no caía bien en la zona noble del Bernabéu. El técnico francés no se ha cortado a la hora de tomar partido por los jugadores cuando el club tensaba la cuerda. El último caso, y uno de los más sonados, ha sido la petición de Cristiano de una mejora de contrato, que fue respaldada por Zizou en rueda de prensa. Lo que molestó a Florentino Pérez, quien ha desoído las exigencias del goleador.
El vestuario entendió la actuación de Zidane en el episodio del fichaje de Kepa como un movimiento para proteger al grupo, aunque eso haya conllevado que el francés haya firmado prácticamente su sentencia al desdecir a Florentino en público con aquel categórico "no necesito el fichaje de un portero". El vestuario, y especialmente Keylor Navas, agradecieron el gesto, sabiendo lo que podía conllevar en un futuro inmediato para el entrenador.
Sin embargo, la gestión de la crisis de resultados por parte del técnico ha desorientado al grupo. La insistencia en la titularidad de la BBC ha provocado que jugadores comoLucas o Asensio hayan tomado distancia respecto al entrenador. Esta temporada no existe el buen ambiente que había el año pasado, cuando los menos habituales también disfrutaban de oportunidades en la llamada 'unidad B'.
Este año Zidane se ha limitado a darles minutos en Copa, donde se ha evidenciado cierta desgana e indolencia de unos suplentes arrinconados por el técnico. Asensio, que comenzó de forma explosiva la temporada, no ha llegado a disfrutar nunca del rol de titular, convirtiéndose en este momento en un jugador intrascendente para el equipo. Lo mismo se puede decir del incansable Lucas Vázquez, condenado a ser el jugador número 13 del equipo.
Al malestar de estos jugadores se suma el de pesos pesados del vestuario como Cristiano Ronaldo o Isco. El primero fue sustituido en el Ciutàt de Valencia ante la sorpresa generalizada de aficionados e incluso compañeros. El portugués atraviesa por su peor momento como futbolista blanco, pero la decisión de relegarle al banquillo con el partido abierto ha acabado por descolocar al vestuario. A días del partido fundamental ante el PSG no entienden que señale a Cristiano con ese cambio.
Otro que se ha distanciado de Zidane es Isco. El malagueño, al que el técnico ha elogiado en numerosas ocasiones, ha vuelto a verse relegado al papel de suplente por la BBC. La recuperación de Bale y la tenacidad de Zidane por mantener a Cristiano y Benzema le cierran las puertas del once. No es la primera vez que Isco pasa por esta situación, pero llueve sobre mojado y las palabras de Zizou ensalzándole ya no le convencen.
Por último, llama la atención la posición de Sergio Ramos, bastante más tibia de lo habitual. Desde el club hablan de una extensión de contrato inminente que estaría a punto de concretarse, lo que explicaría que el sevillano no se haya pronunciado en los micrófonos con su contundencia habitual prefiriendo apostar por la discreción. Ramos y los capitanes no están jugando un papel protagonista en esta mala racha que ha llevado al equipo a quedar eliminado en Copa y descolgado de la Liga.
La comunión que existía en el vestuario entre el entrenador y los jugadores había salvado cualquier conato de crisis en el Real Madrid en los últimos tiempos, llevando al equipo a encadenar tres de las últimas cuatro Champions. Ocurrió con Ancelotti y volvió a pasar con Zidane. Pero ahora el escenario es diferente. Parte del vestuario del Real Madrid parece haber perdido la fe en Zidane.
FERMÍN DE LA CALLE Vía EL CONFIDENCIAL
Zidane siempre se ha posicionado del lado de los futbolistas sabiendo que es algo que no caía bien en la zona noble del Bernabéu. El técnico francés no se ha cortado a la hora de tomar partido por los jugadores cuando el club tensaba la cuerda. El último caso, y uno de los más sonados, ha sido la petición de Cristiano de una mejora de contrato, que fue respaldada por Zizou en rueda de prensa. Lo que molestó a Florentino Pérez, quien ha desoído las exigencias del goleador.
El vestuario entendió la actuación de Zidane en el episodio del fichaje de Kepa como un movimiento para proteger al grupo, aunque eso haya conllevado que el francés haya firmado prácticamente su sentencia al desdecir a Florentino en público con aquel categórico "no necesito el fichaje de un portero". El vestuario, y especialmente Keylor Navas, agradecieron el gesto, sabiendo lo que podía conllevar en un futuro inmediato para el entrenador.
El fracaso del Madrid y el impuesto al que se enfrenta por no moverse el pasado verano
El ambiente no es el del año pasado
Sin embargo, la gestión de la crisis de resultados por parte del técnico ha desorientado al grupo. La insistencia en la titularidad de la BBC ha provocado que jugadores comoLucas o Asensio hayan tomado distancia respecto al entrenador. Esta temporada no existe el buen ambiente que había el año pasado, cuando los menos habituales también disfrutaban de oportunidades en la llamada 'unidad B'.
Este año Zidane se ha limitado a darles minutos en Copa, donde se ha evidenciado cierta desgana e indolencia de unos suplentes arrinconados por el técnico. Asensio, que comenzó de forma explosiva la temporada, no ha llegado a disfrutar nunca del rol de titular, convirtiéndose en este momento en un jugador intrascendente para el equipo. Lo mismo se puede decir del incansable Lucas Vázquez, condenado a ser el jugador número 13 del equipo.
Los pesos pesados
Al malestar de estos jugadores se suma el de pesos pesados del vestuario como Cristiano Ronaldo o Isco. El primero fue sustituido en el Ciutàt de Valencia ante la sorpresa generalizada de aficionados e incluso compañeros. El portugués atraviesa por su peor momento como futbolista blanco, pero la decisión de relegarle al banquillo con el partido abierto ha acabado por descolocar al vestuario. A días del partido fundamental ante el PSG no entienden que señale a Cristiano con ese cambio.
Otro que se ha distanciado de Zidane es Isco. El malagueño, al que el técnico ha elogiado en numerosas ocasiones, ha vuelto a verse relegado al papel de suplente por la BBC. La recuperación de Bale y la tenacidad de Zidane por mantener a Cristiano y Benzema le cierran las puertas del once. No es la primera vez que Isco pasa por esta situación, pero llueve sobre mojado y las palabras de Zizou ensalzándole ya no le convencen.
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Sergio Ramos y su actual posición
Por último, llama la atención la posición de Sergio Ramos, bastante más tibia de lo habitual. Desde el club hablan de una extensión de contrato inminente que estaría a punto de concretarse, lo que explicaría que el sevillano no se haya pronunciado en los micrófonos con su contundencia habitual prefiriendo apostar por la discreción. Ramos y los capitanes no están jugando un papel protagonista en esta mala racha que ha llevado al equipo a quedar eliminado en Copa y descolgado de la Liga.
La comunión que existía en el vestuario entre el entrenador y los jugadores había salvado cualquier conato de crisis en el Real Madrid en los últimos tiempos, llevando al equipo a encadenar tres de las últimas cuatro Champions. Ocurrió con Ancelotti y volvió a pasar con Zidane. Pero ahora el escenario es diferente. Parte del vestuario del Real Madrid parece haber perdido la fe en Zidane.
FERMÍN DE LA CALLE Vía EL CONFIDENCIAL
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