Podemos y Ciudadanos no plantean una mejora pensando en el interés
general, sino un cambio para repartir la tarta actual de forma más
favorable a sus intereses
Irene Montero con Juan Carlos Girauta antes de su última reunión sobre la reforma electoral
EFE/Mariscal
Entiendo que la propuesta de Podemos para reformar la ley electoral
busca simplemente repartir más escaños a favor de Podemos. En estas
páginas, hemos comentado el asunto varias veces, de manera comparada, y
principalmente con el Reino Unido. Las
comparaciones serán odiosas pero iluminan el pensamiento con el paso del
tiempo si uno no lo toma muy a pecho mientras. Parlamentario o
presidencialista; uninominal o proporcional; circunscripción única, por
provincias o (en el caso del RU) sub-provincial; representación local a
nivel nacional o reparto justo de los escaños entre los partidos; una
cámara más grande o más pequeño (en España hay 350 diputados y en RU
650). Podría ser un debate muy amplio.
En Inglaterra hay un diputado para cada 373 kilómetros
cuadrados o cada 100,000 habitantes, y en España hay uno para cada 1.445
kilómetros cuadrados o cada 133,000 personas. Si el fin fuera el mismo
nivel de representación que en Reino Unido, por población tendría que
haber 465 diputados en el Congreso y por superficie—como España es un
país más grande, casi el doble—tendría que haber 1.350 escaños en
Madrid.
Luego está el problema de las listas cerradas,
que tienen efectos democráticos y sistémicos más allá de la
representación parlamentaria. Una relación directa con y en
representación de los votantes de cada circunscripción más pequeña hace
que sus señorías se cuiden más a la hora de la seriedad, la imagen, los
asuntos a tratar y a la hora de prestar atención a los medios y sus
preguntas, por incómodas que sean, porque así además de avanzar su
propia carrera se pueden comunicar con sus propios votantes quienes son
la clave última de su oportunidad política. También se expresan de
manera más independiente: hay discrepancia y debate entre partidos pero
también existe el criterio propio dentro de los partidos, y en público; y
eso es algo normal.
"La reforma del modelo electoral es la madre de todas las reformas, porque si se hiciera bien los demás problemas se irían arreglando con el tiempo"
Aquí, un Rajoy ya puede
estar 14 años en la presidencia de su partido y un par de lustros en
Moncloa sin que nadie le quite de allí si no se quiere marchar. Como la
palabra última sobre las listas la tiene él, todos deben lealtad al
líder, no al votante. En ese sentido no son representantes del pueblo
sino fichajes para llenar el banquillo. Si el equipo recibe apoyo
suficiente, entran los primeros 50 o 100 y listos, a apretar el botón
según el dictado del portavoz del grupo cada vez que hay una votación.
Da más o menos igual que huya el líder de la prensa por el garaje del
Senado, que nunca conteste ninguna pregunta comprometida o que aparezca
en la pantalla plasma en vez de en persona; va de número uno por Madrid y
aquí se vota a la lista, que es el partido, el equipo.
El llamado modelo mixto, empleado en Alemania,
combina las ventajas de ambos sistemas: cada votante tiene dos votos:
elige primero un diputado local para elevar asuntos relevantes a nivel
nacional—mediante el sufragio uninominal representativo—y luego otro en
clave proporcional—con una circunscripción nacional única que busca un
reparto equitativo entre los partidos y las ideologías y política que
defienden. Pero aumentar la cantidad de diputados en España a más de
400, o cambiar o aumentar de alguna manera las circunscripciones, o
implementar un sistema mixto, requeriría de cambios constitucionales
mayores.
Aplaudo que un partido político, en este caso
Podemos, haga un intento para cambiar el sistema electoral español pero
vistas las consecuencias a largo plazo que tendría para todos los
españoles, me parece tremendamente cínico que planteen directamente una
mejora que, miren por dónde, les beneficiaría a ellos más que a los
demás partidos. No plantean una mejora del sistema para todos los
ciudadanos españoles, sino un cambio para repartir mejor la tarta actual
entre los partidos existentes. Qué rápido han aprendido los nuevos de
los viejos que tanto critican. Los demás partidos, sin embargo, en vez
de archivar esta causa porque es de Podemos, deberían aprovechar la
ocasión y plantear algo más serio.
"Si se alcanzara un acuerdo parecido al de la Transición, España podría convertirse en una de las democracias con uno de los sistemas electorales más modernos y representativos"
Hace falta reformar el sistema electoral español -sería
quizás la más importante de todas las reformas, porque si se hiciera
bien los demás problemas se irían arreglando con el tiempo, conforme los
votantes eligiesen a sus representantes, o se deshicieran de ellos si
no cumplen-, pero debe de haber un debate más grande y más amplio, no
este arreglo rápido de la existente ley electoral que propone Podemos y
que parece que apoyará Ciudadanos. España
podría avanzar desde la posición consolidada durante la Transición y
convertirse en una de las democracias más avanzadas del mundo, con el
sistema electoral más moderno y más representativo. Las opciones
teóricas están allí al alcance del país que las quiera aprovechar,
siempre y cuando los diputados actuales de todos los partidos sean
capaces de actuar con grandeza y visión de futuro en beneficio de todos sus ciudadanos.
MATTHEW BENNETT Vía VOZ PÓPULI
No hay comentarios:
Publicar un comentario