La fuga de capitales y de empresas de Cataluña ha sido continua durante estas últimas semanas. Cinco claves para entender la reacción de la economía catalana a la situación política actual
En las últimas semanas un gran número de
empresas han tomado rápidamente la decisión de trasladar su sede fuera
de Cataluña, fruto de la incertidumbre económica y jurídica que reina la
comunidad autónoma. Algunas de las primeras consecuencias ya se están empezando a notar. Los siguientes puntos son algunos efectos económicos a destacar.
1. Menos empresas, menos impuestos
El traslado de la sede social supone una reducción de la tributación
de los ayuntamientos, a destacar el barcelonés. Al margen del
desarrollo del camino emprendido por el govern para llevar a cabo el
referéndum y de la singular declaración de Puigdemont, las medidas para
hacer frente a la estampida de empresas han sido nulas. Las
amenazas de posibles boicots a los productos elaborados en Cataluña,
junto con la inseguridad jurídica en el caso de una Declaración
Unilateral de Independencia (DUI), han forzado a los directivos a
trasladar la sede social a otros puntos del estado. Los
primeros en optar por esta opción han sido los bancos y los seguros,
fruto de la gran necesidad de mostrar confianza a los clientes.
2. Los órganos de dirección fuera de Cataluña
Tradicionalmente
Madrid ha tenido la gran ventaja frente a las otras comunidades
autónomas de albergar los órganos de dirección de las grandes empresas.
El capital humano, junto a la tributación de impuestos locales, son
elementos muy importantes que aportan estas empresas donde reside su sede social. Tras el masivo traslado de sedes, Cataluña ha perdido ventaja respecto a Madrid en este punto.
3. Menos poder sindical
Los
trabajadores de las empresas donde sus centros de decisión ya no están
en Cataluña ahora lo tendrán más complicado de negociar que en el
pasado. Siempre es más fácil llegar a realizar acuerdos laborales si se
trata directamente con la dirección. Con la dirección fuera del
territorio, las delegaciones de las empresas normalmente se mostrarán
más reticentes pactar con los sindicatos.
4. El turismo: otra de las víctimas
El
miedo en las corporaciones también ha llegado al cliente. Ya sea por
razones de emprender un boicot (en el caso de residentes de otras partes
de España) o por razones más relacionadas con la seguridad (más en el
caso de turistas internacionales).
El portal Weekendesk
informa que, a pesar de que Cataluña sea uno de los destinos favoritos
para este pasado puente de Octubre, las ventas de última hora se han
reducido considerablemente respecto el año anterior. Por otro lado
Booking explica que mientras Barcelona ha copado el 80% de ocupación en
este fin de semana, otros destinos rivales han tenido mejores
resultados. Madrid y Valencia han llegado al 90% de ocupación, al mismo
tiempo que San Sebastián ha rozado la plena ocupación. La agencia
Toprural calcula que la caída de reservas ha sido del 25%.
Por otro lado el Presidente de la Asociación de Agencias de Viaje de Aragón, Jorge Moncada, advierte que los aragoneses evitarán todo lo posible de viajar a Cataluña. Cabe destacar que estos son uno de los principales clientes del turismo nacional en Cataluña.
5. La volatilidad del dinero
Tras la pérdida millonaria en los principales bancos por el temor de los clientes, estos han decidido ofrecer la creación de cuentas espejo a todo aquel que lo desee. Se trata de un servicio gratuito ofertado durante estos días por los grandes bancos afincados en Cataluña
para dar la opción a sus clientes de trasladar su saldo a oficinas
bancarias fuera de la comunidad autónoma. Se trata de una cuenta de
ahorro normal vinculada a una oficina en territorio español (y por tanto
que cuenta con el paraguas del Banco Central Europeo y del Fondo de
Garantía de Depósitos), pero que viene acompañada de unas condiciones
especiales.
En el sector inmobiliario algunas empresas ofrecen a sus clientes una “cláusula antiindependencia”.Esto
consiste en la introducción en los contratos de arras que firman los
inversores internacionales para la compra de un inmueble, de tal manera
que si finalmente Catalunya fuera un estado independiente quedaría sin
efecto el contrato firmado de compra de un piso.
Un
contrato de arras es un documento privado entre dos personas, por el
cual uno se compromete a comprar un activo inmobiliario a un precio
fijado en un periodo corto de tiempo y para que conste el comprador da
una paga y señal al vendedor. Si finalmente el comprador no adquiere el
inmueble, el comprador pierde las arras dadas. Si es al revés, el
comprador debe devolver al vendedor las arras dadas más una cantidad
equivalente en concepto de penalización. Con la cláusula
antiindependencia, el comprador puede romper unilateralmente el acuerdo
de compra de la propiedad y recuperar íntegramente las arras dadas sin
penalización alguna. De esta manera, el comprador evita comprar un
activo fuera de España y el riesgo de que una posible independencia
hunda los precios de los inmuebles.
FORUMLIBERTAS.COM Vía FORUM LIBERTAS
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