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viernes, 27 de abril de 2018

POLÍTICOS

Cifuentes era máster y ya no es mÁster. Y parece que ha producido una limpieza instantánea de currículums 


La expresidenta Cristina Cifuentes en la rueda de prensa en la que anunció su dimisión. (Gtres)


La pobre señora Cifuentes ha dimitido. Murmullos: sí, sí, pobre... pues sí, pobre.

Era máster y ya no es máster. Y parece que ha producido una limpieza instantánea de currículums (ya sé que se dice curricula, porque estudié latín en mi colegio, pero me gusta más currículums).

Hay quien era una cosa y ahora solo es "soltero". Otro era matemático y ahora es menos, aritmético o así.




Que, en la época de la posverdad, la señora Cifuentes haya conseguido que unos cuantos señores -y señoras, claro- se hayan pasado a la verdad, es un triunfo ético. ¡Gracias, señora Cifuentes! Quizá lo ha hecho sin querer, pero los frutos ahí están y hay que agradecérselos a usted.

Como siempre, tendemos a generalizar, extrapolando: si equis políticos son así, TODOS son así. No. Hay gente bien preparada y hay gente, quizá peor preparada, que honradamente ha dicho lo que era.
Pepiño Blanco afirmó que a él la vida le había hecho máster, con lo cual daba por supuesto que no había ido ni a la Carlos III ni a la Rey Juan Carlos.

José Luis Corcuera, que fue ministro del Interior, siempre dijo que era electricista de Altos Hornos.
¡Gracias, señora Cifuentes! Quizá lo ha hecho sin querer, pero los frutos ahí están y hay que agradecérselos a usted

Incluso Patxi López tiene una biografía tremendamente honrada. Dice que estudió Ingeniería Industrial, lo cual es verdad. Yo también estudié Económicas y conseguí aprobar dos asignaturas de primer curso, acabando así mis estudios, lo que no ha impedido que se me califique como 'gurú' (¡¡¡???!!!)

Para rematar la idea de que "la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad" es lo que importa, aparece el vídeo de las cremas, cuidadosamente guardado -¿ilegalmente?- durante años por algún amigo de la señora Cifuentes. De repente, las chicas que vivían en el Colegio Mayor que ella dirigía le acusan de cleptómana. De repente, Rajoy, con cara de asco y disimulando muy bien la pena que le da esta señora, asegura que "ha hecho lo que tenía que hacer. Su dimisión era obligada". Y la señora se va, aunque no del todo. Se queda de presidenta del PP madrileño y de diputada, porque, chicos, de algo hay que vivir.

Recibo un comentario a un artículo mío. Es un poco duro, pero me parece que lo puedo reproducir:
"¿Odio al catalán? No se engañe. Solo hartazgo de la matraca independentista.


Cristina Cifuentes tras la rueda de prensa en la que anunció su dimisión. (EFE)
Cristina Cifuentes tras la rueda de prensa en la que anunció su dimisión. (EFE)

"El problema en Cataluña ha sido que personas sin cultura, oficio, ni beneficio se han sentido pequeños burgueses catalanes, de esos de los que todos nos sentíamos orgullosos en España y han medrado desde la medianía apelando a un victimismo fundamentado en falacias".

De la política viven los políticos. De la política cobran los políticos. No siempre ha sido así. En casa siempre he oído que el abuelo de mi mujer, Jorge Jordana de Pozas, fue el último alcalde de Zaragoza que no cobró. En cuanto cesó como alcalde, volvió a su despacho de abogado.
Admito que cobren,
  1. Si son unos buenos profesionales en sus campos originales.
  2. Si han ido a alguna Escuela similar a la ENA de París, donde aprendieron a ser políticos gente como Giscard d'Estaign, Jospin, Chirac, Hollande...Si han ido a la misma ENA, mejor.
  3. Si son humildes, entendiendo por humildad la verdad, o sea, reconocer que no sabemos siempre todo de todo y que por eso es muy bueno -es necesario- escuchar a los demás.
  4. Si saben jugar en equipo, evitando ser la estrella que ha de brillar siempre y en todo lugar. O sea, más como Iniesta que como Ronaldo o Messi.
  5. Si tienen ideas económicas muy claras, aunque no hayan hecho "estudios de Económicas".
  6. Las "ideas económicas" son: la primera, que no es bueno estirar el brazo más que la manga; la segunda, que de donde no hay, no se puede sacar; la tercera, que NADA es gratis y que cuando se consigue incluir una partida de gasto en los PGE hay que preguntarse automáticamente de dónde sacaremos el dinero; la cuarta, cuándo habrá que devolverlo o refinanciarlo; la quinta, qué intereses habrá que pagar. Seguro que hay más, pero me conformaría con estas 5.
  7. Las 'ideas económicas' de esa persona tienen que ir empapadas de la 'idea ética'. Es decir, esa persona ha de ser decente por la mañana, por la tarde y por la noche. Si queréis que concrete un poco, recordaré algo de lo que estoy plenamente convencido y que sé que no les acaba de gustar a todos: que el/la que no es fiel a su mujer/marido no sé por qué tiene que ser leal a su partido político o a sus electores. (El cuento de allá su vida privada es muy viejo y está pasado de moda).
Y ya está.




Por tanto, no es que me oponga a que la vida les haya hecho máster, pero, en algún caso, es un cuento como una casa. La vida les ha enseñado a ser ratoneros, a driblar en corto, a meter goles con la mano diciendo que aquello es "la mano de Dios".
P.S.
  1. Ir a la ENA o similar no garantiza nada. A juzgar por su comportamiento, no todas las personas que he citado tienen claras las "ideas éticas". Eso quiere decir que, o bien no las traían claras de casa o que la ENA no garantiza nada, como es natural.
  2. Al final, como siempre, la responsabilidad es del individuo, que no puede echar la culpa a nadie de sus meteduras de pata.
  3. ¡Con lo cómodo que sería!


                                                                          LEOPOLDO ABADÍA   Vía EL CONFIDENCIAL

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