La ponencia del 14º Congreso recoge la posición histórica del partido y su defensa del federalismo. La dirección de Iceta ya presionó a Sánchez para cambiar el programa del 10-N
Pedro Sánchez y Miquel Iceta, en el mitin de cierre de campaña de los socialistas para el 10-N. (EFE)
"Reconocer Cataluña como nación y España como un
Estado plurinacional es nuestra manera de entender nuestra unión y la
igualdad en la diversidad". Es la fórmula que recoge el Partit dels
Socialistes de Catalunya (PSC) en su ponencia marco del 14º Congreso,
que se celebrará del 13 al 15 de diciembre. No deja de ser el
posicionamiento clásico del partido hermano del PSOE, pero que ahora
adquiere más simbolismo por la negociación de la investidura de Pedro Sánchez, en la que la abstención de ERC es una pieza imprescindible.
Todos los documentos del cónclave del PSC se encuentran en la web de la formación. Y uno de ellos, el programático, de 36 páginas, es el que refleja el pronunciamiento político del partido, no solo respecto al encaje de Cataluña en España, sino también sobre otras cuestiones, como medidas sociales o de avance de la agenda feminista y de lucha contra el cambio climático. Asimismo, propone "flexibilizar" la inmersión lingüística.
El primer epígrafe del texto es el que concierne "Una Cataluña unida en la diversidad y bien gobernada". El PSC defiende que la historia de la comunidad no se puede entender "sin la del resto de España", porque ambas están entrelazadas". La Constitución de 1978 es "la primera de toda la historia de España que se elaboró desde un amplio consenso, con los catalanes en cabeza", reconoce el documento, que recuerda que la Carta Magna fue votada por una "inmensa mayoría de catalanes" y se convirtió en un punto de encuentro "en un momento político excepcional", un acuerdo que ha proporcionado a España el periodo más largo y próspero de su historia y la etapa de "más autogobierno y de mejor reconocimiento de la singularidad de Cataluña".
"Tanto Cataluña como el resto de España son plurales y diversas, un conjunto de pueblos con singularidad propia y lazos sociales, culturales y políticos que los han mantenido unidos. Hoy, España es un país moderno, plurilingüe y pluricultural, que se fundamenta en la igualdad de derechos y en la garantía del derecho de autonomía de los pueblos que la integran". Ahí se encaja, sigue el mismo punto, ese reconocimiento de Cataluña como nación y de defensa de España como un "Estado plurinacional".
El PSC remarca que "después de décadas de nacionalismo conservador hegemónico en las instituciones catalanas" y su deriva independentista, "se ha instalado una división importante en el seno de Cataluña y una crisis institucional sin precedentes". "Un conflicto permanente agravado por el victimismo, a través de la tergiversación de la historia y de la situación de Cataluña respecto a otros territorios, el uso partidista de las instituciones democráticas y de derecho, por la falta de imparcialidad y neutralidad de los medios de comunicación públicos [TV3] y por la instrumentalización política de los sentimientos, las emociones y las expectativas de la ciudadanía".
Así, los socialistas se muestran convencidos de que el federalismo es la mejor salida al choque, la solución para "reconocer, respetar e integrar las diversas identidades nacionales que conviven, sin disminuir la cohesión social y la igualdad entre españoles". La "reformulación en sentido federal" de la Constitución es "la más viable políticamente, la estable económicamente, la más justa socialmente y la única capaz de aglutinar un amplio apoyo social", sigue el texto. "Federalismo es reconocimiento, autogobierno y gobierno compartido, financiación justa y suficiente, respeto a la pluralidad desde la libertad individual y colectiva, es asegurar la convivencia y los derechos a través del pacto". Para el PSC, la reforma constitucional "no es un fin en sí mismo", sino el camino para "recomponer consensos rotos, renovar las reglas de convivencia e impulsar la modernización del Estado".
El partido de Miquel Iceta se alinea con Ferraz en la defensa del diálogo "desde un total respeto a la legalidad". El nuevo marco de convivencia ha de ser fruto de "reformas acordadas entre las fuerzas catalanas, pactado con todo el Estado y refrendado por el conjunto de la ciudadanía".
En definitiva, el PSC aboga por "promover el acuerdo político", "rehuyendo" de aquello que divide, "rechazando la división en bloques". "Trabajaremos por la convivencia, por contribuir a un clima de diálogo y entendimiento respetando el pluralismo", remacha el documento.
Por muy llamativo que parezca el documento del PSC, en realidad no se distancia apenas de su última resolución política, la del 13º Congreso [aquí en PDF], celebrado en noviembre de 2016 —el PSOE estaba entonces dirigido por la gestora de Javier Fernández y Sánchez había sido ya defenestrado—. Entonces, se apuntaba al "reconocimiento de Cataluña como nación y de la plurinacionalidad de España". "España es un Estado plurinacional que, de forma natural, debe evolucionar hacia un Estado completamente federal, que reconozca y promueva su pluralidad lingüística y cultural, proyectándola a nivel europeo".
El PSC ya presionó al PSOE el mes pasado cuando comprobó que el último borrador del programa electoral del 10-N no aparecía una referencia implícita a las declaraciones de Granada (2013) y Barcelona (2017). Sus conversaciones con Ferraz surtieron efecto y Sánchez ordenó volver a la redacción de las generales del 28-A, en la que se recogía esa alusión soterrada al federalismo y a la España plurinacional. En todo caso, el PSC (igual que el PSOE a partir de su 39º Congreso Federal, en 2017) defiende Cataluña como nación cultural, ya que la soberanía nacional no es divisible. El partido hermano, ya con Iceta al frente, abandonó la reivindicación del derecho a decidir hace años y se acopló a la línea de su socio mayor. En cualquier caso, ni PSOE ni PSC han hecho bandera de este asunto en los últimos años ni en campaña.
Indudablemente, esta cuestión se cruza con la negociación de la investidura de Sánchez. Con un contexto en el que el Gobierno de coalición con Unidas Podemos necesita, para salir adelante, la abstención de ERC, que condiciona a una mesa de negociación entre gobiernos para abordar el futuro de Cataluña, según incidió por escrito, en una tribuna en 'La Vanguardia', el 'vicepresident' del Govern, Pere Aragonès.
El PSC se adentra además en un territorio conflictivo con el soberanismo: la lengua. Los socialistas catalanes consideran que el pacto de convivencia en materia lingüística "se ha roto por la instrumentalización que el nacionalismo ha hecho de la lengua, por el proceso independentista, que ha asociado el catalán a su causa, y por una utilización partidista del catalán en la escuela". Ante el "riesgo" de que el idioma materno se convierta en un factor de "división social", los socialistas abogan por hacer "todo lo posible por una convivencia afectiva del catalán y el castellano, haciendo desaparecer la confrontación entre lenguas que está poniendo en riesgo la convivencia y el patrimonio lingüístico común".
El PSC plantea, por tanto, un "modelo plurilingüe en la escuela, con la flexibilidad que exige la realidad sociolingüística presente en Cataluña". También promete "promover" en todo el Estado el "reconocimiento y preservación del plurilingüismo, articulando la defensa de todas las lenguas oficiales y el reconocimiento de la riqueza lingüística de toda España".
Congruente con esta reflexión, el PSC subraya que una sociedad "plural y democrática" necesita de unos medios de comunicación "libres y responsables que respondan a los principios de libertad de información y de opinión". Por eso, apuesta por "reconfigurar" la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), el conglomerado público que agrupa a TV3, Catalunya Ràdio y que participa en la Agència Catalana de Notícies (ACN). Quiere que la compañía recupere su "credibilidad" y esté al servicio de todos los ciudadanos. El consenso que guió su creación, inciden los socialistas, "se ha roto", también por el uso que de la CCMA ha hecho el nacionalismo. TV3 y Catalunya Ràdio se han convertido, señalan, en "instrumentos de agitación y propaganda al servicio de una determinada idea política de Cataluña". La salida pasaría por un "concurso internacional" para renovar las direcciones de la tele y radio públicas.
JUANMA ROMERO Vía EL CONFIDENCIAL
Todos los documentos del cónclave del PSC se encuentran en la web de la formación. Y uno de ellos, el programático, de 36 páginas, es el que refleja el pronunciamiento político del partido, no solo respecto al encaje de Cataluña en España, sino también sobre otras cuestiones, como medidas sociales o de avance de la agenda feminista y de lucha contra el cambio climático. Asimismo, propone "flexibilizar" la inmersión lingüística.
El primer epígrafe del texto es el que concierne "Una Cataluña unida en la diversidad y bien gobernada". El PSC defiende que la historia de la comunidad no se puede entender "sin la del resto de España", porque ambas están entrelazadas". La Constitución de 1978 es "la primera de toda la historia de España que se elaboró desde un amplio consenso, con los catalanes en cabeza", reconoce el documento, que recuerda que la Carta Magna fue votada por una "inmensa mayoría de catalanes" y se convirtió en un punto de encuentro "en un momento político excepcional", un acuerdo que ha proporcionado a España el periodo más largo y próspero de su historia y la etapa de "más autogobierno y de mejor reconocimiento de la singularidad de Cataluña".
"Tanto Cataluña como el resto de España son plurales y diversas, un conjunto de pueblos con singularidad propia y lazos sociales, culturales y políticos que los han mantenido unidos. Hoy, España es un país moderno, plurilingüe y pluricultural, que se fundamenta en la igualdad de derechos y en la garantía del derecho de autonomía de los pueblos que la integran". Ahí se encaja, sigue el mismo punto, ese reconocimiento de Cataluña como nación y de defensa de España como un "Estado plurinacional".
Diálogo dentro de la ley
El PSC remarca que "después de décadas de nacionalismo conservador hegemónico en las instituciones catalanas" y su deriva independentista, "se ha instalado una división importante en el seno de Cataluña y una crisis institucional sin precedentes". "Un conflicto permanente agravado por el victimismo, a través de la tergiversación de la historia y de la situación de Cataluña respecto a otros territorios, el uso partidista de las instituciones democráticas y de derecho, por la falta de imparcialidad y neutralidad de los medios de comunicación públicos [TV3] y por la instrumentalización política de los sentimientos, las emociones y las expectativas de la ciudadanía".
Así, los socialistas se muestran convencidos de que el federalismo es la mejor salida al choque, la solución para "reconocer, respetar e integrar las diversas identidades nacionales que conviven, sin disminuir la cohesión social y la igualdad entre españoles". La "reformulación en sentido federal" de la Constitución es "la más viable políticamente, la estable económicamente, la más justa socialmente y la única capaz de aglutinar un amplio apoyo social", sigue el texto. "Federalismo es reconocimiento, autogobierno y gobierno compartido, financiación justa y suficiente, respeto a la pluralidad desde la libertad individual y colectiva, es asegurar la convivencia y los derechos a través del pacto". Para el PSC, la reforma constitucional "no es un fin en sí mismo", sino el camino para "recomponer consensos rotos, renovar las reglas de convivencia e impulsar la modernización del Estado".
El
PSC denuncia la "división" en Cataluña, por la deriva separatista, la
"tergiversación" de la historia, el "uso partidista" de las
instituciones y de TV3
El partido de Miquel Iceta se alinea con Ferraz en la defensa del diálogo "desde un total respeto a la legalidad". El nuevo marco de convivencia ha de ser fruto de "reformas acordadas entre las fuerzas catalanas, pactado con todo el Estado y refrendado por el conjunto de la ciudadanía".
En definitiva, el PSC aboga por "promover el acuerdo político", "rehuyendo" de aquello que divide, "rechazando la división en bloques". "Trabajaremos por la convivencia, por contribuir a un clima de diálogo y entendimiento respetando el pluralismo", remacha el documento.
Por muy llamativo que parezca el documento del PSC, en realidad no se distancia apenas de su última resolución política, la del 13º Congreso [aquí en PDF], celebrado en noviembre de 2016 —el PSOE estaba entonces dirigido por la gestora de Javier Fernández y Sánchez había sido ya defenestrado—. Entonces, se apuntaba al "reconocimiento de Cataluña como nación y de la plurinacionalidad de España". "España es un Estado plurinacional que, de forma natural, debe evolucionar hacia un Estado completamente federal, que reconozca y promueva su pluralidad lingüística y cultural, proyectándola a nivel europeo".
El PSC ya presionó al PSOE el mes pasado cuando comprobó que el último borrador del programa electoral del 10-N no aparecía una referencia implícita a las declaraciones de Granada (2013) y Barcelona (2017). Sus conversaciones con Ferraz surtieron efecto y Sánchez ordenó volver a la redacción de las generales del 28-A, en la que se recogía esa alusión soterrada al federalismo y a la España plurinacional. En todo caso, el PSC (igual que el PSOE a partir de su 39º Congreso Federal, en 2017) defiende Cataluña como nación cultural, ya que la soberanía nacional no es divisible. El partido hermano, ya con Iceta al frente, abandonó la reivindicación del derecho a decidir hace años y se acopló a la línea de su socio mayor. En cualquier caso, ni PSOE ni PSC han hecho bandera de este asunto en los últimos años ni en campaña.
La presión del PSC obliga al PSOE a rectificar su programa y recuperar el federalismo
Indudablemente, esta cuestión se cruza con la negociación de la investidura de Sánchez. Con un contexto en el que el Gobierno de coalición con Unidas Podemos necesita, para salir adelante, la abstención de ERC, que condiciona a una mesa de negociación entre gobiernos para abordar el futuro de Cataluña, según incidió por escrito, en una tribuna en 'La Vanguardia', el 'vicepresident' del Govern, Pere Aragonès.
"Instrumentalización" del nacionalismo
El PSC se adentra además en un territorio conflictivo con el soberanismo: la lengua. Los socialistas catalanes consideran que el pacto de convivencia en materia lingüística "se ha roto por la instrumentalización que el nacionalismo ha hecho de la lengua, por el proceso independentista, que ha asociado el catalán a su causa, y por una utilización partidista del catalán en la escuela". Ante el "riesgo" de que el idioma materno se convierta en un factor de "división social", los socialistas abogan por hacer "todo lo posible por una convivencia afectiva del catalán y el castellano, haciendo desaparecer la confrontación entre lenguas que está poniendo en riesgo la convivencia y el patrimonio lingüístico común".
El
PSC se adentra en un terreno conflictivo con el independentismo:
apuesta por "flexibilizar" el modelo de inmersión lingüística en
Cataluña
El PSC plantea, por tanto, un "modelo plurilingüe en la escuela, con la flexibilidad que exige la realidad sociolingüística presente en Cataluña". También promete "promover" en todo el Estado el "reconocimiento y preservación del plurilingüismo, articulando la defensa de todas las lenguas oficiales y el reconocimiento de la riqueza lingüística de toda España".
Congruente con esta reflexión, el PSC subraya que una sociedad "plural y democrática" necesita de unos medios de comunicación "libres y responsables que respondan a los principios de libertad de información y de opinión". Por eso, apuesta por "reconfigurar" la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), el conglomerado público que agrupa a TV3, Catalunya Ràdio y que participa en la Agència Catalana de Notícies (ACN). Quiere que la compañía recupere su "credibilidad" y esté al servicio de todos los ciudadanos. El consenso que guió su creación, inciden los socialistas, "se ha roto", también por el uso que de la CCMA ha hecho el nacionalismo. TV3 y Catalunya Ràdio se han convertido, señalan, en "instrumentos de agitación y propaganda al servicio de una determinada idea política de Cataluña". La salida pasaría por un "concurso internacional" para renovar las direcciones de la tele y radio públicas.
JUANMA ROMERO Vía EL CONFIDENCIAL
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