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sábado, 16 de noviembre de 2019

ESPIRITUALIDAD GLOBAL


Opinión

Albert Cortina


En un acto celebrado el 20 de septiembre de 2019 en la Biblioteca Pública de Nueva York, el Comité Superior para la Fraternidad Humana desveló el diseño de la Casa de la Familia Abrahámica que se construirá en la isla Saadiyat en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. El citado Comité Superior se fundó recientemente para implementar el Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común firmado en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019 por el Papa Francisco y el Gran Imán Ahmed Al-Tayyeb de la Universidad Al-Azhar de El Cairo en el curso del Año de la Tolerancia.

Cientos de personas de las más diversas tradiciones religiosas se reunieron en dicha reunión de Nueva York,  celebrada a la sombra de la asamblea nacional anual de las Naciones Unidas, por segunda vez aquel mes de septiembre.

La primera reunión del citado Comité se realizó el 11 de septiembre de 2019 coincidiendo con una fecha llena de simbolismo como resulta ser el 11S y tuvo lugar en Casa Santa Marta, residencia del Papa Francisco en la Ciudad del Vaticano.

El Comité Superior para la Fraternidad Humana está formado por siete miembros. La Santa Sede está representada por monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y por monseñor Yoannis Lahzi Gaid, secretario personal del Santo Padre.
El presidente del Comité, el cardenal electo Miguel Ángel Ayuso, declaró, según Vatican News, que “la Santa Sede ha hecho mucho para contrarrestar el mal y que ahora es el momento de demostrar de manera positiva que la familia humana puede convivir fraternalmente”. El hecho de formar parte del Comité representa la culminación del trabajo de toda una vida: “Crear un diálogo para superar el miedo en los corazones y las almas”.

La Universidad de Al-Azhar participa con su director, el Prof. Dr. Mohamed Husin Abdelaziz Hassan, y con Mohamed Mahmoud Abdel Salam, juez y ex asesor del Gran Imán Al-Tayyib. Los Emiratos Árabes Unidos están representados por Mohamed Khalifa Al Mubarak, presidente de la Cultura de Abu Dhabi, Yasser Saeed Abdulla Hareb Almuhairi, escritor y periodista, y el sultán Faisal Al Khalifa Alremeithi, secretario general de los Ancianos Musulmanes.

Mohamed Khalifa Al Mubarak, en representación de los Emiratos Árabes Unidos, comentó en la reunión que “en un mundo donde hay tantas cosas que dividen, los Emiratos están comprometidos en unir. Como un faro luminoso, quieren llevar la luz a un mundo oscuro”, refiriéndose al documento firmado el mes de febrero de 2019.  Al Mubarak dijo que “la Declaración es la más importante firmada en los últimos tiempos”.

Por otra parte, el miembro judío del Comité, el rabino Bruce Lustig, habló sobre la importancia del Documento y del Comité que lo pondrá en práctica. Fue increíble, dijo, ver a dos líderes religiosos mundiales firmar un documento que representa un hito en el camino hacia el acercamiento de judíos, cristianos y musulmanes, añadiendo, además, que los miembros del Comité quieren llevar sanación a un mundo destruido.

Bajo este espíritu de fraternidad universal, el edificio denominado la Casa de la Familia Abrahámica ha sido concebido como un complejo religioso que alberga, por primera vez en un mismo espacio, una sinagoga, una iglesia y una mezquita, creando de este modo, según los autores del proyecto, “una comunidad de diálogo e intercambio entre religiones que alimentará los valores de la convivencia pacífica y la aceptación de distintas creencias, nacionalidades y culturas”.

La Casa de la Familia Abrahámica ha sido diseñada por Sir David Adjaye, oficial de la Orden del Imperio Británico. Adjaye es uno de los arquitectos más cotizados del planeta, cuyo perfil responde perfectamente a la idea de que los artistas son pensadores que nos permiten ver el mundo de una manera diferente.

Casa de la Familia Abrahámica.

El complejo arquitectónico pretende ser un lugar de culto igualitario para judíos, cristianos y musulmanes. Cuenta con tres templos cúbicos construidos exactamente bajo el mismo modelo con respecto al volumen y la orientación, con diferentes decoraciones abstractas e interiores diseñados para que sean apropiados en la celebración de los diferentes tipos de culto que atenderán. Resulta significativo que en el cubo destinado al templo cristiano se ubique una cruz muy simple, sin ninguna imagen de Jesucristo ni otra simbología de la tradición católica. Los tres cubos se colocan en los vértices de un triángulo a modo de un simple y perfecto emblema ternario, constituyendo en el centro un jardín destinado a espacio común exento de referencias religiosas.

Casa de la Familia Abrahámica

La Casa de la Familia Abrahámica no es el único precedente en la construcción de un lugar de culto dedicado a la espiritualidad global. La gran pirámide de Astana (Kazajistán) es uno de sus más relevantes exponentes. Dicho edificio también denominado Palacio de la Paz y la Reconciliación fue construido por el arquitecto británico Sir Norman Foster y se inauguró a finales del año 2006. La pirámide fue construida para acoger el Congreso Mundial de Dirigentes de Religiones y Tradiciones que se viene celebrando en Astana con una periodicidad trianual.

Palacio de la Paz y la Reconciliación

El uso del Palacio de la Paz y la Reconciliación está dedicado a la renuncia de la violencia y a la reunificación de todas las religiones, otorgando prioridad a las cuatro más extendidas, como son el cristianismo (católicos, protestantes, ortodoxos, anglicanos, etc.), el islam (sunismo, chiísmo, sufismo, jariyismo), el budismo (theravada, mahayana y vajrayana), el hinduismo (visnuismo, krisnaísmo, shivaísmo, shaktismo, etc.), y una quinta religión añadida entre las anteriores privilegiadas que, aun no siendo de las más extendidas en el mundo, mantiene una gran influencia tanto dentro de este edificio como fuera de él: el judaísmo (judaísmo ortodoxo, judaísmo reformista, judaísmo conservador, etc.). En la Pirámide de Astana se les otorga a todas ellas un espacio específico para su práctica dentro del edificio.

Muchos investigadores han señalado el alto grado de simbolismo presente en este edificio que recuerda el mundo oculto y esotérico, al estar concebido en forma de pirámide, uno de los símbolos más usados por la masonería y otras sociedades secretas.

Finalmente, citaremos un nuevo proyecto arquitectónico de espiritualidad global en Berlín (Alemania) denominado la Casa de Uno (House-of-One). Dicho edificio pretende ser una “casa común” para judíos, cristianos y musulmanes concebido para que sirva como casa de oración y enseñanza interdisciplinar y a la vez como un lugar de encuentro entre personas de diferentes religiones para conocerse e intercambiar experiencias espirituales. La Casa de Uno también estará abierta para quienes se mantienen alejados de las religiones tradicionales.

Casa de Uno

Por supuesto, la Casa de la Familia Abrahámica, el Palacio de la Paz y la Reconciliación y la Casa de Uno, no son los únicos complejos arquitectónicos que se están desarrollando actualmente desde una espiritualidad global que resulta de máximo interés para los poderes mundiales.

Frente a las cosmovisiones soberanistas, la agenda globalista sueña con instituir una Religión Universal cuyos principios ya están revelándose hoy en día a través de ciertas ofertas New Age, del mesianismo transhumanista, del gnosticismo tecnológico, de la confianza en el advenimiento de la Singularidad, de la fe en una pretendida “salvación científico-técnica” para una Nueva Humanidad y de la esperanza en una trascendencia e inmortalidad cibernética que los utópicos transhumanistas prometen alcanzaran los futuros seres posthumanos.

Con esa estrategia de globalización espiritual parece como si se pretendiera diluir las identidades religiosas tradicionales en un sincretismo espiritual al servicio de un poder religioso global unificado. Si fuese así, dicha estrategia sería muy peligrosa para las personas por su presumible alto grado de manipulación de las conciencias.

Por otro lado, resulta como mínimo contradictorio que simultáneamente a esa emergencia de una espiritualidad global, retornen ciertas imágenes de viejos dioses adorados desde la Antigüedad.
La Iglesia católica, por su parte, está participando recientemente en algunas de las iniciativas de espiritualidad global que, como hemos visto, tienen su reflejo en la arquitectura destinada a un cierto culto sincrético. Así mismo, la Santa Sede se ha adherido a documentos de ética universal como la Carta de la Tierra aprobada por las Naciones Unidas en junio del 2000 junto a otras tradiciones religiosas, en una posición horizontal e igualitaria que la mundaniza.

Parecen ir en esa misma dirección documentos como la encíclica Laudato Si’ firmada por el Papa Francisco el 24 de mayo de 2015, iniciativas recientes como el Sínodo Amazónico celebrado en Roma del 6 al 27 de octubre de 2019, así como el evento mundial sobre el Pacto Educativo Global que se celebrará el 14 de mayo del 2020 en Roma. A través del citado evento, el Papa Francisco invita al mundo a una alianza educativa global para construir un Nuevo Humanismo (a veces denominado también como Humanismo Fraterno) que unifique a las personas en una convergencia mundial entre todos los habitantes de la Tierra, que el pontífice denomina a menudo como la Casa Común de la familia humana, entendida esta como un gran pueblo universal.

Ante esas tendencias de espiritualidad global que se aceleran en el presente siglo XXI, la universalidad de la espiritualidad cristiana recuerda al mundo que su propuesta se centra en Jesucristo, Redentor y Salvador de la humanidad. Y es que precisamente en Cristo, según la Revelación, serán restauradas todas las cosas y de este modo la Creación entera, al final de los tiempos, será renovada como obra bellísima del Dios-Amor.


                                                                  ALBERT CORTINA
                                                                  Publicado en español en Frontiere. Rivista di Geocultura.

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