La emigración de británicos a países de la UE está ahora en su punto más alto de la última década, empujados por la incertidumbre del Brexit
Una manifestante pro-Brexit se manifiesta por la salida del Reino Unido de la UE este 31 de octubre. (Reuters)
Andreas, de 19 años, se mudó el año pasado a Alemania con
su padre y su madre. Viven en un bloque de pisos de protección oficial
con refugiados sirios. La vida allí es muy diferente a la que tenían en
Aberdeenshire (Escocia), pero, tras muchas noches en vela, la familia
llegó a la conclusión de que era la mejor opción: Andreas padece
leucemia. El temor a que el tratamiento pudiera quedar interrumpido tras un Brexit sin acuerdo
les llevó dejar su hogar y empezar todo de cero. "Ahora, al menos,
tenemos la tranquilidad mental de que puedo terminar las sesiones de
quimio con la esperanza de que me recupere por completo", sostiene el
joven.
Se suponía que este 31 de octubre, a las 24
horas, el Reino Unido debía haber abandonado la Unión Europea. Pero no
lo ha hecho. Al igual que tampoco lo hizo el pasado 29 de marzo. Más de
tres años después del histórico referéndum de 2016, Westminster sigue sin encauzar un divorcio que se antoja eterno. Lejos de acercar posturas, los políticos británicos han embarcado ahora al país en unas elecciones generales para el 12 de diciembre
-las terceras desde 2015- con tremendas repercusiones no sólo para la
Cámara de los Comunes sino también para la propia UE. Dependiendo de
quién sea el próximo primer ministro británico, Londres podrá tener una
relación más o menos cercana con el bloque, o, incluso, celebrar un segundo referéndum.
El problema es que mientras tanto la incertidumbre está forzando a muchas personas a cambiar sus vidas. Los informes -confirmados por las propias autoridades- que advierten de problemas de suministros de alimentos y medicinas en caso de una salida abrupta
no han pasado desapercibidos a ciudadanos como Uschi, madre de Andreas,
quien ha decidido poner tierra de por medio junto a su esposo escocés. Y
no es la única: un estudio realizado por Oxford en Berlín y el Centro
de Ciencias Sociales de la capital alemana revela que la emigración de británicos a países de la UE está ahora en su punto más alto de la última década.
El gran riesgo radiactivo de un Brexit duro: quedarse sin isótopos médicos en seis horas
"Yo
soy alemana. Me mudé a Escocia en 1997 cuando conocí a mi marido.
Tenemos 2 hijos. Aunque no éramos ricos, en Aberdeenshire éramos lo
suficientemente felices. Pero llegó el Brexit y lo cambio todo", relata
Uschi a este diario.
"Después del referéndum me di
cuenta de que el trabajo que tenía no pagaría las facturas en el futuro,
ya que la salida de la UE arruinaría la economía. Busqué otro empleo y
traté de adaptarme, pero en 2017 a Andreas le diagnosticaron leucemia.
La angustia de que, con un Brexit duro, se pudiera quedar sin medicinas, nos hizo hacer las maletas”, explica.
Gracias
a la libertad de movimiento la gente podía conocerse, enamorarse y
tener hijos. Éramos europeos. Pero el Brexit nos ha reducido
Se
cumple ahora un año de la mudanza y reconoce que no está siendo fácil.
Su hijo mayor se ha quedado en Escocia estudiando en la universidad. Su
marido, que está jubilado, intenta hacerse poco a poco al nuevo idioma.
"Yo trabajo y él es que el tiene que lidiar con los médicos. Fue él quien me animó a irnos del Reino Unido. Fue
una decisión muy compleja, muy meditada. Primero pensamos mudarnos a la
República de Irlanda. Solicité también un trabajo en Italia. Pero
finalmente acabamos en Alemania”, detalla.
Para Uschi lo más complicado de su nueva vida es haber perdido “la sensación de familiaridad”. "Mi corazón todavía está en Escocia, en este pequeño y sorprendente pueblo de Huntly, con su maravillosos vecinos", lamenta. "Gracias a la libertad de movimiento la gente podía conocerse, enamorarse, casarse y tener hijos. Éramos europeos. Pero el Brexit nos ha reducido nuevamente a nuestras nacionalidades nativas dejando a los niños en el medio. La nacionalidad nunca había jugado un papel importante para mí en los más de 20 años que he vivido fuera de Alemania. Y, de repente, ahora está dominando nuestras vidas", señala. En definitiva, para Uschi todo lo que está ocurriendo es un gran paso hacia atrás. "¿Dónde se ha ido el viejo sentido común británico?", se pregunta.
Éxodo de británicos a la UE
Su
caso no es ni mucho menos una excepción, según el estudio de Oxford en
Berlín y el Centro de Ciencias Sociales de Berlín. En lo que va de año,
alrededor de 84.000 ciudadanos del Reino Unido se han ido a vivir a
países del bloque, en comparación con los 58.000 de 2015 -año previo al
referéndum del Brexit- y los 46.000 de 2012. Alrededor de 1,2 millones
de británicos viven ahora repartidos por la UE, la gran mayoría de ellos
trabajadores y no pensionistas. Desde 2015, el número de británicos que ha solicitado la nacionalidad de algún país de la UE se ha incrementado un 600%.
Según Naciones Unidas, España es el primer destino europeo para los expatriados del Reino Unido.
Se estima que en nuestro país viven ahora alrededor de 300.000
británicos. Sin embargo, son muy pocos los que han solicitado la
nacionalidad. Según los datos del ministerio de Justicia español, en
2016 (año del referéndum) hubo 33 peticiones. En 2017, aumentaron hasta
181 y el año pasado a 209.
2.106 británicos solicitaron un pasaporte europeo en 2015 (año previo al plebiscito). En 2017, fueron 14.678
Un obstáculo importante es que España no reconoce la doble nacionalidad.
Aquellos que piden la nacionalidad española deben renunciar a la
británica. Aunque, a efectos prácticos, pueden conservar su pasaporte, y
para las autoridades del Reino Unido siempre van a ser considerados
británicos por lo que, si les pasara algo en el extranjero, pueden
seguir acudiendo a las embajadas y consulados británicos.
Analizando
a la UE en su conjunto, 2.106 británicos solicitaron un pasaporte
europeo en 2015 (año previo al plebiscito), comparado con los 14.678 que
lo pidieron en 2017. La nacionalidad alemana es una de las más demandadas. Según
el estudio de la Universidad de Oxford y el Centro de Ciencias Sociales
de Berlín, 622 británicos recibieron la ciudadanía alemana en 2015. En
2017, fueron 7.493.
Daniel Tetlow, co-autor del estudio junto a Daniel Auer, asegura que estamos viviendo el mayor proceso de "nacionalización europea" de la historia del Reino Unido.
Y, en este sentido, recalca que el Brexit ha creado "un nuevo fenómeno
social de identidad". "La gente está muy concienciada con el valor de
ser británicos y europeos al mismo tiempo y no quieren que haya una
división", asevera a este diario.
El investigador
asegura que este patrón se cumple para todo tipo de orígenes sociales,
"no solo para clases medias", como se suele pensar. “Hemos hablado con
mecánicos, exmilitares, conductores de ambulancias, maestros… y se
sienten tan británicos como europeos", señala. "En este debate del
Brexit hay muchos estereotipos. Los mismos políticos creen, por ejemplo,
que la mayoría de británicos que viven en España son jubilados, cuando
no es cierto, la mayoría son trabajadores", aclara.
Expatriados o inmigrantes
Por
otro lado, Tetlow recalca que normalmente los británicos que salían a
vivir a otros países se consideraban así mismos como "expatriados", pero
ahora cada vez más se ven como "inmigrantes", asumiendo que "parten de
cero", que "tienen que aprender otro idioma" y que deben "integrarse con
su nueva comunidad local".
Los académicos entrevistaron para su estudio a británicos de todo tipo de contextos que residen actualmente en Alemania. La mitad de ellos considerarían renunciar a su nacionalidad británica si fuera necesario para poder mantener pasaporte europeo.
Asimismo, el 56% asegura que tomaron un "riesgo moderado" a la hora de
cambiar de país, el 42% señala que tuvo que asumir una reducción de
salario y el 30% recalca que el Brexit ha tenido un impacto directo en
su salud mental.
El Brexit les ha llevado ya a un completo hartazgo: "Esto es eterno y nadie entiende nada"
Por
su parte, muchos de los británicos que viven en el Reino Unido
reconocen que el Brexit les ha llevado ya a un completo hartazgo. "Pero,
¿todavía seguís con eso?", responde Martin, camarero en un pub del sur
de Londres, cuando se le plantea cómo está viviendo la situación. "Esto
es eterno y nadie entiende nada. Que si hay pacto, que si no hay pacto, que si salimos que si no... Avísame cuando salgamos de verdad y te diré cómo veo la situación", señala.
Con
todo, la incertidumbre sí a afecta en el día a día. Dependiendo sobre
todo si se trabaja en determinados sectores. Caron, por ejemplo, está en
una inmobiliaria y se queja de que todo está muy parado. "Los precios de las casas han bajado y tenemos muchos clientes que están a la espera de ver que pasa. Con el tema del alquiler hay más movimiento, pero llevamos tres años malos", cuenta.
Quiera
uno o no, el Brexit está presente en los pequeños detalles. Se ha
convertido en el mejor emblema para menús de algunas cafeterías: "Brexit, ¿te deprime? A nosotros también.
Así es cómo lo afrontamos. Leave (deja) el pasado atrás. ¿El menú
antiguo? Fuera. Remain (permanece) fiel a ti mismo. Aquí está el nuevo".
Hay
incluso algunas tiendas de decoración, como Heal's, que ofrecen una
"garantía Brexit". Junto al mostrador puede leerse el siguiente aviso:
"Para calmar cualquier preocupación que tengas sobre la incertidumbre de
la salida de la UE, te garantizamos que cualquier pieza que encargues
el día antes de la salida (cuando quiera que sea) te llegará. Puedes
comprar con total confianza (….) Incluso para los muebles que realizamos
en Europa, te prometemos que llegarán sin ninguna subida de precio, aunque nosotros tengamos que pagar más tarifas".
Con
todo, el joven que está atendiendo en la misma tienda es un francés que
ha llegado al Reino Unido hace tan sólo una semana. Y es que, con o sin
Brexit, muchos han apostado por seguir adelante con sus planes. Es el
caso de Jordi Mon, español de 38 años, que llega justo estos días a suelo británico para comenzar una nueva etapa.
Su
mudanza coincide con una salida que al final no se ejecuta, unas
elecciones donde nadie se atreve a hacer predicciones y un Brexit en el
limbo que puede obligarle a hacer de nuevo las maletas en enero, si cuando termina la nueva prórroga concedida por la UE se ejecuta finalmente una salida sin pacto.
Algunos españoles, contracorriente
"Siempre
me ha interesado mucho la política. Estos días bromeaba con que estaba
viviendo las noticias con más tensión que un TEDAX cortando un cable
rojo. Pero lo cierto es que estoy bastante tranquilo", asegura. "Mi
entorno tampoco me ha dicho nada. No se si es porque están igual de
tranquilos que yo o porque no quieren preocuparme", añade.
"También es cierto que mis circunstancias personales me lo permiten. Ahora estoy sin pareja y no tengo niños. Si estuviera con otra situación familiar igual me lo hubiera pensado dos veces o directamente no habría ido", matiza.
Jordi
trabaja en el sector tecnológico y tras un largo y complejo proceso de
selección, ha conseguido un puesto en Londres para una empresa
estadounidense. Explica que durante las numerosas entrevistas que tuvo
que realizar, el Brexit nunca salió a colación. "Alguno quizá me lo
preguntó, más por curiosidad personal. Pero en recursos humanos no ha
salido el tema. Y en ningún momento se planteó como un dilema que yo
fuera europeo", señala.
Por decisión propia sí ha comenzado los trámites del 'Estatus de asentamiento' con los que los comunitarios deben ahora regularizar su situación.
Sin embargo, pese al clima político, se muestra bastante relajado. "Sea
cual sea el desenlace, estoy convencido de que el Reino Unido apelará a
su sentido pragmático y no va a empezar a echar gente ni a plantear
unas condiciones laborales a los europeos distintas", recalca.
Educado
en Madrid en un colegio británico, asegura que siempre se ha sentido
atraído por la cultura del Reino Unido. "Había viajado a Londres ya
antes infinidad de veces y estos días que he tenido que ir para buscar
casa me he encontrado la misma ciudad cosmopolita que recordaba", matiza.
Como
única anécdota, quizá, la conversación que mantuvo con su nueva casera.
"Es una señora muy mayor. Y por lo que hablamos deduzco claramente que
votó por el Brexit y apoya ahora a los conservadores. Pero el hecho de que yo fuera español no supuso problema. Supongo que mientras que pague no le importa mucho de dónde venga", añade.
Nadie
sabe a día de hoy qué es lo que va a pasar realmente con el Brexit. Lo
único que ha quedado claro estos últimos tres años en este universo
paralelo es que no se puede descartar ningún escenario, por remoto que
parezca inicialmente. Nadie puede prever si finalmente los británicos
abandonarán en enero el bloque, si lo harán con pacto o sin él, y si el
periodo de transición que se inaugure en caso de que haya desconexión
ordenada finalizará en algún momento de 2022 o será un proceso que -como
hasta ahora- pueda alargarse 'sine die'.
CELIA MAZA Vía ELCONFIDENCIAL
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