Entre dos adultos las principales
relaciones existentes son las de amistad, la amorosa y la sexual. La más corriente
es la sexual, que se basa en la física atracción mutua, y
puede ser esporádica o prolongada. En este último caso, acaba estableciéndose
una cierta dependencia temporal de una persona a la otra.
En la relación amorosa hay una mezcla de
atracción física y un deseo de posesión permanente, que a veces va asociada a
una entrega absoluta de una persona a otra. El amor puede ser
egoísta y excluyente, si no se basa en una auténtica amistad previa entre los
enamorados. El amor no suele conllevar inicialmente el equilibrio de la pareja,
pues uno no estará tranquilo hasta que se convenza de que es la persona más amada de aquella a
la que ama.
En la amistad verdadera una persona se
relaciona con otra porque se encuentra cómoda y es libre para ser ella misma.
Pero si entre ambas hay conexión sexual, la pasión resultante les puede orientar
hacia una relación más o menos amorosa que puede interferir la amistad, aunque sea
para bien.
Para que dos personas mantengan una buena relación amistosa no basta que tengan sentimiento amistoso mutuo y empatía. Hace falta también que en esa relación ambos se encuentren cómodos y que tengan sinceridad y una plena confianza entre ellos, para que su amistad sea fecunda y permanente. Tanto en la relación amistosa como en la amorosa es necesario dejar de lado el egoísmo y ejercer la empatía.
Para que dos personas mantengan una buena relación amistosa no basta que tengan sentimiento amistoso mutuo y empatía. Hace falta también que en esa relación ambos se encuentren cómodos y que tengan sinceridad y una plena confianza entre ellos, para que su amistad sea fecunda y permanente. Tanto en la relación amistosa como en la amorosa es necesario dejar de lado el egoísmo y ejercer la empatía.
La relación amistosa que se realiza exclusivamente 'on line' o digital es deficiente, incómoda y da lugar a malentendidos. La verdadera amistad es una relación personal serena,
equilibrada y duradera. En ella ambas personas siguen siendo libres, sin
derecho a invadir o interferir la vida o la intimidad de la otra, y pueden dejar
esa amistad cuando quieran, porque controlan su sentimiento.
Lo esencial de la amistad es que una persona quiere lo mejor para su amigo, al que nunca le hará algo malo o indebido. Se relacionará con él generosamente, con benevolencia y con gratuidad porque no exige contraprestación o retorno a su actitud o a su acción amistosa. La amistad verdadera es difícil de encontrar, es un tesoro.
La amistad, que se basa en la libertad
de ambos, suele ser una relación equilibrada, donde los dos amigos controlan la
configuración, el transcurso y, en su caso, el fin de su amistad; ya que pueden
dejar esa amistad cuando quieran, dado que su sentimiento amistoso no es insuperable.
En cambio, la relación amorosa, que es pasional, suele ser poco controlable, al menos para uno de
los enamorados. Y también la relación sexual es difícilmente controlable, sobre
todo al principio; pero como a largo plazo pierde atractivo para una persona o para las dos, entonces sus relaciones sexuales pueden llegar a desequilibrarlas más todavía con el paso del tiempo.
La relación amorosa será equilibrada si incluye una previa y verdadera amistad. La relación
amistosa sí que será normalmente equilibrada, pues se basa en un sentimiento sincero y
puro, con respeto mutuo. Las relaciones interpersonales son más equilibradas si no incluyen pasiones: amor, sexo, ...
¡Así es!, si así os parece...
JOAQUÍN JAVALOYS
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