El presidente del Supremo le pidió “atajar la incertidumbre y aclarar” aspectos de la sentencia, porque se estaban produciendo fuertes “daños económicos”
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder
Judicial, Carlos Lesmes (3i), y el magistrado Luis María Díez-Picazo
(4d). (EFE)
Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, llamó por teléfono desde Oviedo el pasado viernes 19 de octubre, a las 13:40 horas, a Luis María Díez-Picazo,
presidente de la Sala Tercera, para comunicarle que la sentencia de su
sección segunda que cambiaba la jurisprudencia sobre el sujeto pasivo del impuesto de actos jurídicos documentados en la formalización notarial de los créditos con garantía hipotecaria, y que obligaba a las entidades financieras a abonarlo, estaba provocando un “riesgo” sistémico para algún banco y era necesario que saliese públicamente a “aclarar” dicha resolución judicial.
El presidente del TS confirmó ayer a El Confidencial que el jueves pasado le llamó Díez-Picazo para comentarle la sentencia del 16 de octubre, “enfadado” por haberse enterado de la resolución “por la prensa”. Carlos Lesmes reconoce también que el viernes fue él quien telefoneó al presidente de la Sala Tercera para pedirle que se emitiese una “nota aclaratoria” para “atajar la incertidumbre y aclarar” aspectos de la sentencia, porque se estaban produciendo fuertes “daños económicos”. El presidente de la sala objetó que la resolución era firme y no revisable, pero ante una información como la que le proporcionaba Lesmes, que él consideró “grave, urgente y de fuente institucional”, articularía una declaración en el ámbito de sus competencias pero no una nota aclaratoria, tal y como le sugería el presidente del Tribunal Supremo.
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Luis María Díez-Picazo se trasladó de inmediato a su domicilio y desde su propio ordenador redactó una comunicación en la que, tras estudiar sus facultades como presidente de la sala, avocó los asuntos de la misma naturaleza a un pleno dado el giro jurisprudencial y las consecuencias económico-financieras de la resolución (el desplome en bolsa de las entidades bancarias). La primera decisión le correspondía a tenor de la Ley Orgánica del Poder Judicial, y la segunda —consideración a las repercusiones económicas de la resolución— disponía de precedentes de avocación en la misma sala.
El magistrado, antes de remitir la nota para su distribución por el gabinete de prensa del Supremo, contactó de nuevo con Carlos Lesmes, que estaba en Oviedo para asistir a la entrega de los premios Princesa de Asturias, quien mostró su acuerdo con la misma. En torno a las 14:30, la declaración de Díez-Picazo, ya en los medios de comunicación, detuvo la pérdida de cotización de las acciones de los bancos.
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Díez-Picazo desconocía la sentencia
Según las fuentes judiciales consultadas, el presidente de la Sala Tercera del Supremo viajó a Valencia para participar en un encuentro profesional el miércoles y jueves de la pasada semana. A la convención asistieron los presidentes de las salas de lo Contencioso de los tribunales superiores de las comunidades autónomas, el presidente de la sala correspondiente de la Audiencia Nacional, así como magistrados de la Sala Tercera, entre ellos de su sección segunda y, concretamente, el ponente de la sentencia de las hipotecas, Jesús Cudero.
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En ningún momento le informaron de la sentencia, que había sido firmada el día 16, martes. Es el jueves por la mañana, todavía en Valencia, cuando el magistrado tiene noticia por un colega de la resolución dictada. Estas mismas fuentes informan que Luis Díez-Picazo se sintió molesto por la falta de información previa al conocimiento público de la sentencia, pero no pensó en adoptar medida alguna. Él mismo firmó en su día el auto de admisión del recurso de casación que concluyó con la polémica sentencia del 16 de octubre.
Hasta tal punto el magistrado no tenía previsto adoptar ninguna decisión que convocó a los magistrados de la sección a una reunión el lunes 22, a la que se incorporaron el presidente del Supremo, Carlos Lesmes, y el vicepresidente, Ángel Juanes. En el encuentro se fijó la fecha del pleno jurisdiccional de la Sala Tercera (31 magistrados) para el día 5 de noviembre. El presidente del Supremo respaldó públicamente a Díez-Picazo y a los magistrados que dictaron la sentencia sobre la fiscalidad de las hipotecas. Dos días después, Unidos Podemos interpuso una querella criminal contra Díez-Picazo por un presunto delito de prevaricación cuya admisión y eventual enjuiciamiento corresponde a la Sala Especial prevista en el artículo 61 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
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Carlos Lesmes no desveló su intervención en la decisión de Díez-Picazo, ni en la reunión del lunes pasado ni en ningún acto público anterior, aunque fue él quien la sugirió. Entre el presidente del Supremo y los presidentes de sala y sus magistrados no hay relación ni orgánica, ni jerárquica ni funcional. No obstante, el presidente del TS y del CGPJ goza de 'auctoritas' y sobre todo de contactos que garantizan la correcta comunicación de informaciones relevantes para los miembros de las distintas salas del tribunal.
Desde hoy y hasta el sábado, el Tribunal Supremo celebra sus tradicionales jornadas de puertas abiertas, que este año estarán dedicadas al 40º aniversario de la Constitución. Esta mañana, el presidente del alto tribunal tiene previsto dirigirse a la prensa.
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS Vía EL CONFIDENCIAL
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