Hace tiempo que sabemos por experiencia que entre la confusión y la mentira apenas hay espacio para la verdad
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
EFE
Estaba con José Luis Martín Prieto en los viejos estudios de Onda Cero en el Paseo de la Habana. Hace ya algunos lustros de esto que cuento. Él esperaba a que Luis del Olmo
diera paso a su comentario diario, que llamaban “La chispa de MP”. Yo, a
dar una noticia de urgencia, porque entonces casi todos los días las
había. Hoy la urgencia se ha convertido en pura redundancia prevista
cuando no esperada y pautada en el guion. MP era en ese momento uno de
los periodistas de más prestigio y fuste de este país. Se podía estar o
no de acuerdo -era fácil discrepar de sus juicios, tan bien traídos, por
radicales-, pero su independencia era tal que hoy cuento con los dedos
de una mano compañeros en ese estado de gloria periodística.
-El día que los políticos digan en público lo mismo que
en privado podremos hablar de democracia. Y ese día, me decía MP, yo no
lo conozco.
Tampoco lo conozco yo, ni creo que lo
vayamos a conocer jamás. Probablemente sea sólo un deseo y nada más.
Pero yo me quedé con aquello y de hecho no lo he olvidado. Y creí
entonces y creo ahora que las cosas irían mejor para España si así se
comportara nuestra clase política; y la periodística.
No
son solo los políticos los que dicen cosas distintas dependiendo de
donde estén. Para ellos nuestro oficio inventó algo tan necesario y
dañino al mismo tiempo como el llamado off the record,
lo que se dice para no ser contado. Ahí, en ese momento es en el que
los políticos encuentran su tranquilidad para asegurar sin ningún rubor
justo lo contrario que cuando tienen delante un micrófono. Verlos en esa
situación avergüenza mucho, pero no tanto como la sensación tantas
veces repetida de que uno está recibiendo una información que no sirve
para nada, y que de haberla conseguido por otros medios -trabajando, por
ejemplo-, sería de utilidad y estaríamos más cerca del periodismo que
un día nos enseñaron. ¿O es que lo soñamos?
Todos mienten. Y los que ayudamos a que la mentira se amplíe y parezca menos mentira, la mitad de la mentira o simplemente una verdad, lo pagaremos
¿Se pude ir a peor? Podemos. Ahora no hace falta pasar
por el trámite de que lo dicho en público y privado coincida siempre,
condición necesaria según MP para asegurar que vivimos en una
democracia. Ahora Pedro Sánchez puede decir
que no anticipará las elecciones -¿de verdad está tan seguro?-, cuando
el día que le votaron presidente dijo lo contrario. Ahora puede decir
que no ve claro que los presos políticos hayan cometido delito de
rebelión, cuando le dijo a Susana Griso
-claro, antes de pisar la moqueta de La Moncloa-, que él lo veía
clarísimo. Oigan, que está grabado, que lo hemos visto, que las teles
-algunas-, repiten constantemente una cosa y la contraria, pero la
imagen de Sánchez, según el CIS elaborado con el Método Tezanos, es la más valorada.
Y ahora se hace fotos con Susana Díaz que bien podrían estar en un reportaje de Hola
cuando todos sabemos que simplemente no se soportan. Pero todo vale
cuando llegan las elecciones. Siempre habrá un ejército de vicetiples
del periodismo oficiando de exegetas e instalados en el “yo creo que lo
que realmente quiso decir….”. Todos mienten. Y los que ayudamos a que la
mentira se amplíe y parezca menos mentira, la mitad de la mentira o
simplemente una verdad, lo pagaremos. Si no lo estamos pagando ya con
estos tiempos de muermo y grisura que nos toca vivir. Los políticos
simplemente no lo pagan, porquese castiga ni te quita del poder. ue
aquaba a la confusi y grisura que nos toca vivir. la mitad de la mentira
o simplemente una aquí la mentira ni se castiga ni te quita del poder.
Otro
periodista de la misma quinta que Martín Prieto recuerda que hacemos
mal en enterrar el usted y pavonearnos con el tuteo cuando tenemos
frente a nosotros al presidente del Gobierno o a un magistrado del
Supremo. “La proximidad inducía a una pérdida de los papeles que cada
uno de los campos había de desempeñar y el amontonamiento llevaba a la
confusión”. Y ya sabemos por experiencia que entre la confusión y la
mentira apenas hay espacio. Pues eso.
Un apunte para terminar…
En
el momento de finalizar me entero de que una mujer de 37 años se ha
tirado desde su vivienda, un sexto piso en Murcia, abrazada al cuerpo de
su hijito de cuatro años. Enseguida siento que nada de lo escrito
arriba está a la altura de un suceso como este lleno siempre de
interrogantes. Qué noticia más triste. Y qué horror de periodista el que
la redacta, que llama “suicidio ampliado” a lo que ha pasado. Al niño
de cuatro años lo ha asesinado la madre, que es lo que la noticia
probablemente diría si el que se hubiera tirado hubiera sido el padre.
¡Dios, a que velocidad degenera mi oficio!
FÉLIX MADERO Vía VOZ PÓPULI
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