«Gobernar es asumir el compromiso del Pacto de Toledo de revalorizar las pensiones conforme al IPC. Es algo que vamos a hacer», afirmó sin más matices el pasado día 26 el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en rueda de prensa en Nueva York. «Que los pensionistas tengan la seguridad de que el IPC va a regir para actualizar las pensiones», proclamó horas antes la portavoz socialista en el Pacto de Toledo, Mercé Perea.
Calviño afirma ahora que «hay que analizar la sostenibilidad teniendo en cuenta toda una serie de variables: variables demográficas, empleo, nivel salarial, el sistema normativo y, por tanto, el número de años de cotización, la características y la tasa de reposición de las pensiones». Es decir, todas las variables que, según el informe del pasado año del actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, justificaban la reforma del sistema de pensiones de 2011 y también la de 2013 para conseguir un equilibrio a largo plazo del sistema. Este informe advertía entonces que, si se cambiaba la reforma de 2013 -la de subir sólo un 0,25% las pensiones- sería necesario buscar alternativas de ajuste como la de reducir el porcentaje del último sueldo que representan la pensión o alargar la edad de jubilación.
Urge que Hernández de Cos diga ahora públicamente lo que piensa y que, según su informe de cuando era jefe del Servicio de Estudios, hace inasumible revalorizar las pensiones con el IPC sin nuevas medidas de ajuste. Es infumable la demagogia de todos los partidos con el sistema de pensiones que, encima, tiene un recorrido muy corto. También el secretario de Economía del PP, Alberto Nadal, matizó a este diario el pasado lunes que «se pueden revalorizar las pensiones con el IPC, si se dan dos premisas. La primera, que se elimine el déficit de la Seguridad Social , y para eso hay que reducir el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas. Y la segunda premisa es que el IPC sea una referencia fundamental, pero se tenga en cuenta la realidad del ciclo económico».
Tanto Calviño como Nadal tienen razón en defender la sostenibilidad del sistema y los estudios de Hernández de Cos lo avalan, pero hay que explicarlo sin regates. Los partidos pueden alegar que la ambigua redacción del Pacto de Toledo para subir las pensiones «en base al IPC real» en vez de «conforme al IPC real» ya deja margen para ignorar la inflación, pero es lamentable trampear para hacer creer lo que no es.
CARLOS SEGOVIA Vía EL MUNDO
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