La mayor parte de los españoles perdieron poder adquisitivo en 2016. Así lo ha confirmado el INE con la publicación del cierre del IPC el año pasado en el 1,6%, por encima de lo que subieron las pensiones, los sueldos de los empleados públicos y de casi todos los trabajadores españoles.
En concreto, la inflación subió un 0,6% en diciembre respecto al mes anterior y elevó nueve décimas su tasa interanual, hasta el 1,6%, cuarta tasa positiva consecutiva y su nivel más alto desde junio de 2013 (1,8%), según los datos definitivos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, la tasa definitiva de IPC es una décima superior a la avanzada inicialmente (1,5%), confirmándose de este modo el subidón que dieron los precios en el último mes del año, como consecuencia del encarecimiento de las gasolinas, de la electricidad, del gasóleo para calefacción, del gas, de los viajes organizados y de algunos alimentos, como las legumbres y las hortalizas.
Y esta subida es la que hace que la pérdida de poder adquisitivo sea incluso mayor que la que se había calculado hace dos semanas. Supera en más de medio punto el incremento salarial pactado en convenio (1,06%), en seis décimas la subida salarial de los funcionarios (1%) y en casi punto y medio del aumento que experimentaron las pensiones (0,25%).
Es decir, que los pensionistas son sin duda los más perjudicados de la fuerte subida de precios en el tramo final de 2016. Y volverán a serlo en 2017, puesto que se espera que la inflación siga creciendo a un ritmo cercano al 1,5%, mientras que las prestaciones volverán a subir un 0,25%.
Lo cierto es que los precios han experimentado un gran cambio en 2016. Arrancaron el ejercicio en tasas negativas (-0,3% en enero) y se mantuvieron en rojo durante ocho meses. Hasta que en septiembre volvieron a terreno positivo, con una tasa del 0,2%. En el último trimestre el IPC creció 1,4 puntos, volviendo al finalizar 2016 a niveles de 2013, más acorde con la evolución habitual de los precios en la economía española.
En términos mensuales, el IPC subió un 0,6% en diciembre respecto al mes anterior, su mayor repunte en este mes desde diciembre de 2010, cuando también se incrementó un 0,6%. Y la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, aumentó dos décimas, hasta el 1%, seis décimas por debajo de la tasa general del IPC.
Encarecimiento de los carburantes
El fuerte repunte del IPC interanual en diciembre se debe a varios factores, entre ellos la subida los precios de la gasolina y la electricidad. En concreto, el grupo de transporte elevó más de tres puntos su tasa interanual en diciembre, hasta el 4,7%, por el encarecimiento de los carburantes. De hecho, los precios de la electricidad y del gasóleo encarecieron también el grupo de vivienda, que subió hasta el 0,8%.
El ocio y la cultura también nos salieron más caros el año pasado. Este grupo elevó más de dos puntos su variación interanual, hasta el 0,5%, por el encarecimiento de los viajes organizados, mientras que la tasa interanual de los alimentos y bebidas no alcohólicas creció cuatro décimas, hasta el 0,8%, por el mayor coste de las legumbres y hortalizas frescas y el menor descenso de los precios de las frutas frescas respecto al experimentado en diciembre de 2015.
En términos mensuales (diciembre de 2016 sobre noviembre del mismo año), el IPC subió un 0,6%, su mayor repunte en este mes desde diciembre de 2010. Este incremento mensual de los precios, que no pudo ser compensado por el efecto rebajas en el vestido y calzado, se debe al encarecimiento de los los carburantes, los viajes organizados, la luz y algunos alimentos, entre otros factores.
Variación interanual de precios
Variación interanual de precios
TERESA LÁZARO Vía VOZ PÓPULI
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