FALTARON 117.000 DÍAS EN 2016
Radiografía de los médicos de cabecera madrileños. Hay 3.824, cada uno tiene asignados 1.693 tarjetas sanitarias, y trabajan en centros de salud que sufren 169 averías cada día
El ex presidente regional inaugurando el último centro de salud que se construyó en Madrid, el de Alpedrete en enero de 2015
Laura Domínguez tiene un catarro monumental desde hace un par de semanas. El pasado martes 27 de diciembre pidió cita a su médico de familia. Le dieron para seis días después, el 2 de enero. "Seguramente ya no me haga falta". Ana Sánchez estuvo más de un mes esperando para poder hacerse en su centro de salud el test del aliento, ya que lleva una temporada con problemas de estómago. La primera vez todo acabó en un chasco. Según argumentaron en el ambulatorio no había acudido el facultativo encargado de realizar el test. La segunda vez, semanas después, faltaba el reactivo necesario y volvieron a suspender la prueba. "Hasta la tercera vez no fue la vencida". Bienvenidos a los centros de salud madrileños.
Estamos en temporada de catarros, resfriados y gripes. Y queda lo peor, bastante invierno por delante. El médico de familia se convierte en protagonista especial. Es la primera línea de la sanidad pública (cada madrileño le vista de media cinco veces al año). Ya terminado 2016, los profesionales de la atención primaria denuncian que el principal problema sigue latente: hay poca plantilla, lo que se traduce en que el tiempo que se dedica a cada paciente sigue siendo bajo, insuficiente. El Servicio Madrileño de Salud (Sermas) tenía a 30 de noviembre de 2016 (últimos datos) 3.824 médicos de familia, de los que 517 eran interinos y eventuales (es decir, el 13,5% no tiene la plaza). En cuanto a pediatras, solo hay 908.
Hoy, cada médico de familia debe atender de media a 1.693 madrileños, según las tarjetas sanitarias en vigor, casi 6,5 millones. Las cifras nacionales no dejan en buena posición a la comunidad de Madrid. En 2015 (últimos datos), Madrid ocupaba la tercera peor plaza en el ratio de pacientes asignados a cada galeno, solo superada por Baleares y la dupla de las ciudades autónomas, Ceuta y Melilla. Podía ser peor. No hay oferta de empleo público desde el año 2012. Entonces se convocaron 306 plazas en atención primaria (hubo 4.511 solicitudes), un proceso selectivo que culminó en mayo de 2015 con 294 plazas adjudicadas.
La Consejería de Sanidad ha hecho un esfuerzo por intentar cubrir bajas y jubilaciones reconvirtiendo al personal eventual en interino. Este año se decidió además que las 31 nuevas plazas que se iban a crear se cubrieran "mediante nombramientos de carácter interino a través de las bolsas de empleo temporal constituidas". Un parche. Y eso que el número de consultas ha disminuido. De las 30,2 millones que hubo en el año 2010 se ha pasado a 26,9 millones en 2015.
"Han disminuido por la implantación de la receta electrónica. Muchos pacientes crónicos ya no vienen a verme para que les recete su medicamento porque van directamente a la farmacia. Esto ha disminuido relativamente la presión asistencial, pues las consultas actuales son puramente clínicas y por tanto precisan mucho más tiempo de atención", señala una médico de un centro de salud de un importante municipio del sur de Madrid. Aún así la actividad asistencial es alta. Cada médico ve una media de 30,59 pacientes diarios, según los datos del Sermas, Cada pediatra, 20,8 niños.
"Yo hay días que veo a 45 pacientes en siete horas, más entre cinco y diez que vienen de urgencias, lo que llamamos forzados", señala un médico. Según la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), "estamos muy lejos de los 10 minutos de atención que debe tener cada paciente. Seguimos en los seis o siete minutos. Hace falta un plan para que vuelvan los compañeros que se han ido a trabajar a otros países, como a Portugal, Suecia e Inglaterra, y poder atraer a médicos de otros países. Hay que equilibrar las plazas necesarias para garantizar la sustitución de los médicos que falten por vacaciones o formación, poder reponer anualmente las bajas previstas, y aumentar el número de médicos de familia necesarios para ejercer dignamente la profesión y garantizar la calidad y seguridad que necesitan los pacientes, lo que requiere un tiempo mínimo de 10 minutos para atenderles".
Aún así, los datos del ministerio de Sanidad señalan que Madrid ha ganado unos 300 médicos de familia desde el año 2010, cuando la población asistencial creció en 154.000 personas. Insuficientes según un estudio de la Asociación Profesional de Médicos y Facultativos de la Comunidad de Madrid (SIME), sindicato federado en CSIT-UP, que estima que hacen falta 800 galenos y 200 pediatras más.
Madrid ha ganado unos 300 médicos de cabecera desde el año 2010, cuando la población asistencial creció en 154.000 personas
La mejor evidencia de que falta personal es la incapacidad que tiene el sistema para suplir a los médicos que están de vacaciones, de baja por enfermedad o docencia, o que se han cogido días de libre disposición. Este verano, en los meses de julio y agosto, aunque es cierto que baja la presión asistencial por las vacaciones, el Sermas solo pudo suplir el 25% de las jornadas de los médicos que faltaron, cifra que bajó al 20% en el caso de los pediatras. "Este año ha habido muchas más ausencias que en 2015, porque nos restituyeron los 'moscosos' y los 'canosos', una especie de 'moscoso' adicional que tenemos la gente con mucha antiguedad y muchos trienios", señala otro galeno. Según los datos a los que ha tenido acceso El Confidencial, los médicos de los ambulatorios madrileños faltaron 117.311 días este año, 15.300 más que en 2015. Los pediatras se ausentaron 37.200 jornadas, 6.700 más. La suplencia se paga a 123 euros día; el doblaje, es decir, hacer dos turnos en la misma jornada, a 112,27 euros.
La ley del silencio
Lo más llamativo es que todos los médicos consultados prefieren guardar el anonimato. Aún colea el desagradable incidente que le ha costado el cargo a la jefa de enfermería de un centro de salud de Parla, noticia adelantada por la Cadena Ser. La profesional se quejó por Twitter de que no había vacunas de la tosferina para las embarazadas, obligatoria en el tercer trimestre de gestación. El consejero, Jesús Sánchez Martos, se disculpó en las redes sociales y la pidió que le indicara el ambulatorio al que se refería. Al día siguiente fue cesada.
Los profesionales consultados, no obstante, aseguran que en los últimos meses del año se ha producido un esfuerzo económico para mejorar la dotación de medios materiales en los 265 centros de salud que hay en la comunidad (sumando consultorios y centros adscritos la cifra sube a 430 instalaciones), una mejora motivada por uno de los puntos del acuerdo de investidura entre Cifuentes y Ciudadanos: 30 millones para la atención primaria. "Pedimos una camilla y han traído diez. Incluso un desfibrilador", señala un galeno. La Consejería de Sanidad ha informado incluso a los directores de centro cómo ha distribuido esos 30 millones: 14 en incrementar la plantilla (212 nuevos profesionales interinos, entre los que solo hay 31 médicos de familia, más otros 65 que están previstos en 2017), y 16 millones en el mantenimiento de los centros de salud y consultorios.
Se está regando de material a muchos ambulatorios. Se han comprado 40 ecógrafos (ya hay 119 ambulatorios con ecógrafos, lo que posibilita hacer estas pruebas en el centro sin tener que derivar al hospital), 308 expositores de vacunas, 461 desfibriladores, 160 espirómetros y 491 electrocardiógrafos. También se han hecho 116 obra de mejora en 83 centros. Aún así el presupuesto es bajo. Este año la atención primaria tenía asignados 1.854 millones de euros, el 25% del total y un 5% más que en 2015. Aunque más de la mitad de esa cantidad corresponde al gasto en medicamentos. Las recetas suponen 1.077 millones de euros (un 58% del presupuesto asignado a atención primaria). De los 776,5 millones restantes, 637 millones se gastan en pagar nóminas. En seis años, solo se han inaugurado siete nuevos centros de salud. El último se inauguró en enero de 2015, en la localidad de Alpedrete.
Hay mucho que mejorar. Las reclamaciones en atención primaria han subido un 19%. En 2015 se produjeron 35 diarias de media. Los profesionales que trabajan en los ambulatorios sufrieron además 716 situaciones conflictivas. Y en cuanto a las averías, la consejería tuvo que atender 61.842 (169 de media diarias), prácticamente la misma cifra con la que se ha acabado este año (unas 61.300). "La limpieza y el mantenimiento de los centros deja mucho que desear, mucho. Sobre todo teniendo en cuenta que la limpieza debería ser escrupulosa en un centro sanitario", señala un médico que trabaja en la capital.
DAVID FERNÁNDEZ Vía EL CONFIDENCIAL
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