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viernes, 13 de enero de 2017

Segundo eslabón de la democracia: separación de poderes. Partitocracia.

                                                                                 Charles Montesquieu

Democracia

El segundo eslabón de la cadena de la democracia sería la separación de poderes. Esto quiere decir que los poderes ejecutivos y legislativos no pueden juntarse. El judicial lo trataremos aparte

 

Poder ejecutivo

El poder ejecutivo está formado por el gobierno y por los funcionarios.

La principal función del gobierno es la de tomar decisiones para salvar al pueblo de cualquier situación de emergencia, es decir, el gobierno se encarga de todas aquellas situaciones que no están previstas. Por ejemplo, declarar una guerra, firmar la paz, coordinar como salvarnos de una pandemia, tratar las relaciones internacionales, las cuestiones de seguridad nacional o mandar en el ejército, la policía. Todo aquello que surja de una emergencia o de situaciones inesperadas. 

Los funcionarios se encargan de aquellas cosas que sí están previstas: educación (catedráticos, profesores, maestros), sanidad (médicos, enfermeras...), justicia (jueces, abogados, fiscales, procuradores, policías). Si nos encontramos enfermos está previsto el lugar al que nos tenemos que dirigir y las actuaciones de los profesionales también están previstas según sus funciones. También está previsto cómo tenemos que movernos dentro del sistema educativo, dónde cursar unos estudios u otros, dónde ir a estudiar dependiendo de la edad. Todo funcionario sabe lo que tiene que hacer según sus funciones: los médicos, los jueces, los abogados.

El poder judicial, en una democracia, tiene poco papel político. Está para resolver conflictos privados y también para resolver los casos de prevaricación aplicando las leyes. Prevaricación quiere decir que un político desleal con el pueblo pueda ser juzgado y se le aplique aquello que dicte la ley según el caso. El poder judicial también está para aquellas situaciones previstas. A tal delito tal multa, o tal condena en prisión. Los jueces se atienen a las leyes que han dictado desde el poder legislativo. 

Poder legislativo

Son los representantes del pueblo.  En una democracia los legisladores son los que proponen las leyes. Como decía Thomas Paine todo gobierno es un enemigo necesario del pueblo. Por lo tanto, nuestros representantes no pueden mezclarse nunca en asuntos del gobierno. En democracia deben estar separados del gobierno y el gobierno de nuestros representantes, Los diputados deben representar al pueblo pertenezcan o no pertenezcan a un partido político. Los partidos políticos y los sindicatos deben pagarlos sus miembros. Quien paga manda y el gobierno jamás puede, en una democracia, dar subvenciones ni pagar a sindicatos ni partidos políticos, ya que perteneces a la sociedad civil. Solo así serán partidos y sindicatos civilizados.

Segundo eslabón de la democracia: separación entre ejecutivo y legislativo

El segundo eslabón básico de una democracia es que los poderes estén separados. Los poderes legislativos y ejecutivos deben estar siempre no solo separados sino enfrentados entre sí. Cuanto más enfrentados y más se odien entre sí mejor para los ciudadanos, porque ello quiere decir que se mantendrán separados y vigilándose desconfiando el uno del otro. Solo así podremos los ciudadanos dormir tranquilos. Es la forma de que un poder controle a otro poder, ya que solo un poder puede controlar a otro poder. Un individuo está solo ante el peligro: solo ante el poder. El poder corrompe, así que esa es la mejor manera que se ha encontrado de controlar los poderes: no solo separarlos sino echarlos a pelear. Ello implica que el gobierno no puede legislar porque para eso están los diputados del Congreso (Poder Legislativo). Los
diputados tampoco pueden gobernar porque para eso está el gobierno. El gobierno debe tener totalmente prohibida la entrada en el Congreso, porque el Congreso solo está para proponer las leyes que antes prometieron sus representantes  a los ciudadanos, y por las cuales fueron elegidos.

Partitocracia

En una partitocracia no existe representación del ciudadano (ver apartado representación). Tampoco existe separación de poderes: en realidad cualquier presidente de gobierno tiene casi los mismos poderes que Franco tenía. El gobierno legisla. Si el gobierno legisla los diputados ya no son necesarios y nos podríamos ahorrar el gasto del Congreso y el Senado. Explicó en MCRC D. Antonio García Trevijano que, en realidad, con que cada jefe de partido se sentase con los otros jefes de partido en una sala acondicionada con dos taquígrafos y un pequeño equipo jurídico; cada uno con su mochila de votos a la espalda, podrían perfectamente poner las leyes que quisieran, como ya están haciendo. Entonces todo el gasto de mantener el Congreso con el personal, la seguridad, el mantenimiento y los sueldos de los diputados nos los podríamos ahorrar. En nuestra actual partitocracia los diputados y senadores no sirven para nada. 
 

Lealtad hacia los ciudadanos en partitocracia

Los jefes de partido que llegan al gobierno recogen las leyes no que les dicta el pueblo, sino las que  les dictan, por ejemplo, los equipos jurídicos de las eléctricas, gas, telefónica, etc. Quid pro quo: yo te he puesto las leyes que quieres, cuando salga del gobierno tú me metes a mí y mis altos cargos de consejeros en bancos, cajas, Telefónica o las eléctricas, digamos. Con las autonosuyas, ejem, las autonomías, el sistema que tenemos, este inútil y descomunal gasto político hay que multiplicarlo por 17, que son el número de Comunidades Autónomas que tenemos. Con este gasto monumental se plantea una deuda cuyo pago se supone lo tendrán que asumir las generaciones que nos siguen y los que no han nacido todavía. De ahí los recortes, la corrupción institucionalizada, el vaciado de la caja de los pensionistas, el run, run sobre el futuro de las pensiones, y lo que nos venga. Lo que llaman cuarto poder, la prensa, también forma parte del aparato del Estado. El sueño de Hitler, Mussolini y Stalin es que todo fuese Estado: la sociedad civil, los medios de comunicación, los tres poderes, medios de producción, propiedad... El sueño de la izquierda. No cabe duda que ciertas ideas de izquierda pudiesen transformarse en leyes de existir un democracia: lo que nunca aceptaría el pueblo instruido, en democracia, es perder su libertad siendo parte del Estado. Democracia e izquierda son conceptos antagónicos.



                                                  VICENTE JIMÉNEZ   @Parnasillo  Vía EL DIESTRO

Para mayor ampliación: Teoría Pura de la República, Antonio García Trevijano,

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