La transformación del mapa electoral no se ha detenido. Acabará cuando se consumen los cuatro sorpasos que están en marcha
Ilustración: Raúl Arias.
Las elecciones de 2015/16 produjeron el tránsito del bipartidismo a
un sistema de cuatro partidos de ámbito nacional. La legislatura se está
perdiendo lamentablemente, pero la transformación del mapa electoral no se ha detenido.
Acabará cuando se consumen los cuatro sorpasos que están en marcha. El
de la derecha sobre la izquierda. El de los nuevos partidos sobre los
viejos. El de Ciudadanos sobre el PP. Y el de Podemos sobre el PSOE. Los
tres primeros están cantados; el último depende de la cantidad y
calidad de los errores de Pablo Iglesias.
De todos ellos hay abundantes pistas en las encuestas del CIS. También en la que se publicó ayer, pese a una estimación cariñosa con el cliente.
En las elecciones generales de 2016, el PP y el PSOE sumaron el 56% de los votos, frente al 34% de Unidos Podemos y Ciudadanos. En esta encuesta del CIS, el 42% de quienes declaran inclinación de voto a algún partido opta por el CIPOD (Ciudadanos+Podemos) y el 46% por el PPSOE. Incluso dando por buena la benévola cocina, aquella ventaja de 22 puntos de los viejos partidos sobre los nuevos se habría reducido a cuatro (46-42). Las magnitudes serán debatibles, pero la tendencia parece firme.
Algunos dirán que hay trampa en este cálculo, porque en realidad todo se debe al hundimiento del PP y a la crecida de Ciudadanos, mientras el PSOE permanece melancólicamente estable y Podemos se sostiene a duras penas. Es otro espejismo. La encuesta viene preñada de malas noticias tanto para el partido de Rajoy como para el de Sánchez. Tomemos como referencia el barómetro de julio de 2017 (el primero tras el retorno de Sánchez) y observemos la evolución de algunos indicadores.
La probabilidad de voto
Hace 10 meses, el 63% de los votantes del PP declaraba una probabilidad alta (entre 7 y 10) de repetir su voto en unas futuras elecciones, y el 31% afirmaba que lo haría “con toda seguridad” (probabilidad 10). Ahora, el 58% lo considera probable y solo el 23% lo da por seguro. Por cierto, ha subido 10 puntos el porcentaje de quienes consideran altamente probable pasarse del PP a Ciudadanos.
Por su parte, los votantes socialistas que dan una probabilidad alta de repetir su voto por el PSOE se han reducido del 63% al 50%.
La gestión del PP en el Gobierno y del PSOE en la oposición
En julio de 2017, el 40% de los votantes del PP valoraba positivamente la gestión del Gobierno y solo el 8% la consideraba mala, mientras para el 52% era regular. ¿Datos actuales? Solo uno de cada tres votantes populares (36%) aplaude la gestión; para el 48% es regular y para el 14% es mala. Para qué hablar de lo que opina el resto de la población…
En cuanto al PSOE, solo el 16% de sus propios votantes aprueba expresamente su actuación en la oposición. La mitad de ellos (51%) la califican como regular y el 32%, como mala.
Rajoy y Sánchez
Aquí la cosa se oscurece aún más. Al 16% de los españoles Mariano Rajoy les inspira confianza y al 82%, desconfianza. En cuanto a los suyos (los que lo votaron), el 59% sigue confiando en él (ocho puntos menos que hace 10 meses) y el 40% desconfía.
Aún peor es lo de Sánchez.
Con las primarias recién ganadas, inspiraba confianza al 54% de los votantes socialistas. Hoy ya solo se fía de él el 39%, mientras el 60% muestra su desconfianza hacia el líder al que votaron en 2016. En el conjunto de la población, la cosa es apabullante: el 12% de los españoles dice confiar en Pedro Sánchez y el 86% dice lo contrario. También es el líder con menor puntuación por parte de su propio electorado. Todo un panorama.
La menguante fidelidad de sus votantes
Todos lo dicen: antes de pensar en ganar votos ajenos, hay que asegurar los propios. Pues bien, el PPSOE pierde lealtad de voto a un ritmo tan firme como sostenido. A lo largo de los últimos cuatro barómetros del CIS, el PP ha perdido 15 puntos en su 'tasa de voto fiel': del 79% al 63%. Y el PSOE ha pasado del 84% al 72%. Esto querría decir que en los últimos 10 meses los de Rajoy habrían extraviado algo más de un millón de votantes y los de Sánchez, unos 650.000.
El voto
Esta vez han tenido que hacer virguerías los cocineros del CIS para sostener al PP en la primera posición y al PSOE luchando por la segunda. Aun así, observen la evolución de las estimaciones del instituto oficial:
Este es el avance hacia los cuatro sorpasos de los que les hablaba al principio:
Derecha vs. izquierda: en julio del 17, la izquierda (PSOE+Podemos) superaba por tres puntos a la derecha (PP+Cs). En abril de 2018, la derecha ya está 4,8 puntos por delante.
Nuevos vs. viejos partidos: hace 10 meses, el PPSOE aventajaba al CIPOD en 19 puntos, que ahora se han quedado en cuatro.
Ciudadanos vs. PP: 14,3 puntos de ventaja para el PP en el último verano, que se reducen a 1,7 en esta primavera (aun contando con la obsecuencia del chef).
Podemos vs. PSOE: en octubre, con casi seis puntos de ventaja para el PSOE, esta batalla se daba por resuelta. Ahora la ventaja es de 2,4 puntos. Imaginen lo que podría ocurrir si los de Iglesias empezaran a hacer las cosas medio bien.
El llamado PPSOE subsiste vegetativamente. La clave no está en esta lluvia de cifras sino, como siempre, en el factor generacional. El 60% de los votantes del PP y del PSOE tienen más de 55 años; y entre los menores de 45, esos dos partidos se disputan, en los puestos tercero y cuarto, el farolillo rojo. Así que, como en todo en la vida, al final resolverá la biología.
Una curiosidad final: si el resultado de las elecciones fuera parecido al de esta estimación del CIS, estaríamos ante un Parlamento en el que ningún partido llegaría a 100 escaños. Como dijo en su día Felipe González, una situación italiana pero sin políticos italianos. Aunque últimamente los políticos italianos parecen españoles…
IGNACIO VARELA Vía EL CONFIDENCIAL
De todos ellos hay abundantes pistas en las encuestas del CIS. También en la que se publicó ayer, pese a una estimación cariñosa con el cliente.
En las elecciones generales de 2016, el PP y el PSOE sumaron el 56% de los votos, frente al 34% de Unidos Podemos y Ciudadanos. En esta encuesta del CIS, el 42% de quienes declaran inclinación de voto a algún partido opta por el CIPOD (Ciudadanos+Podemos) y el 46% por el PPSOE. Incluso dando por buena la benévola cocina, aquella ventaja de 22 puntos de los viejos partidos sobre los nuevos se habría reducido a cuatro (46-42). Las magnitudes serán debatibles, pero la tendencia parece firme.
Algunos dirán que hay trampa en este cálculo, porque en realidad todo se debe al hundimiento del PP y a la crecida de Ciudadanos, mientras el PSOE permanece melancólicamente estable y Podemos se sostiene a duras penas. Es otro espejismo. La encuesta viene preñada de malas noticias tanto para el partido de Rajoy como para el de Sánchez. Tomemos como referencia el barómetro de julio de 2017 (el primero tras el retorno de Sánchez) y observemos la evolución de algunos indicadores.
La probabilidad de voto
Hace 10 meses, el 63% de los votantes del PP declaraba una probabilidad alta (entre 7 y 10) de repetir su voto en unas futuras elecciones, y el 31% afirmaba que lo haría “con toda seguridad” (probabilidad 10). Ahora, el 58% lo considera probable y solo el 23% lo da por seguro. Por cierto, ha subido 10 puntos el porcentaje de quienes consideran altamente probable pasarse del PP a Ciudadanos.
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Por su parte, los votantes socialistas que dan una probabilidad alta de repetir su voto por el PSOE se han reducido del 63% al 50%.
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En julio de 2017, el 40% de los votantes del PP valoraba positivamente la gestión del Gobierno y solo el 8% la consideraba mala, mientras para el 52% era regular. ¿Datos actuales? Solo uno de cada tres votantes populares (36%) aplaude la gestión; para el 48% es regular y para el 14% es mala. Para qué hablar de lo que opina el resto de la población…
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Rajoy y Sánchez
Aquí la cosa se oscurece aún más. Al 16% de los españoles Mariano Rajoy les inspira confianza y al 82%, desconfianza. En cuanto a los suyos (los que lo votaron), el 59% sigue confiando en él (ocho puntos menos que hace 10 meses) y el 40% desconfía.
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Aún peor es lo de Sánchez.
Con las primarias recién ganadas, inspiraba confianza al 54% de los votantes socialistas. Hoy ya solo se fía de él el 39%, mientras el 60% muestra su desconfianza hacia el líder al que votaron en 2016. En el conjunto de la población, la cosa es apabullante: el 12% de los españoles dice confiar en Pedro Sánchez y el 86% dice lo contrario. También es el líder con menor puntuación por parte de su propio electorado. Todo un panorama.
La menguante fidelidad de sus votantes
Todos lo dicen: antes de pensar en ganar votos ajenos, hay que asegurar los propios. Pues bien, el PPSOE pierde lealtad de voto a un ritmo tan firme como sostenido. A lo largo de los últimos cuatro barómetros del CIS, el PP ha perdido 15 puntos en su 'tasa de voto fiel': del 79% al 63%. Y el PSOE ha pasado del 84% al 72%. Esto querría decir que en los últimos 10 meses los de Rajoy habrían extraviado algo más de un millón de votantes y los de Sánchez, unos 650.000.
El voto
Esta vez han tenido que hacer virguerías los cocineros del CIS para sostener al PP en la primera posición y al PSOE luchando por la segunda. Aun así, observen la evolución de las estimaciones del instituto oficial:
Este es el avance hacia los cuatro sorpasos de los que les hablaba al principio:
Derecha vs. izquierda: en julio del 17, la izquierda (PSOE+Podemos) superaba por tres puntos a la derecha (PP+Cs). En abril de 2018, la derecha ya está 4,8 puntos por delante.
Nuevos vs. viejos partidos: hace 10 meses, el PPSOE aventajaba al CIPOD en 19 puntos, que ahora se han quedado en cuatro.
Ciudadanos vs. PP: 14,3 puntos de ventaja para el PP en el último verano, que se reducen a 1,7 en esta primavera (aun contando con la obsecuencia del chef).
Podemos vs. PSOE: en octubre, con casi seis puntos de ventaja para el PSOE, esta batalla se daba por resuelta. Ahora la ventaja es de 2,4 puntos. Imaginen lo que podría ocurrir si los de Iglesias empezaran a hacer las cosas medio bien.
El llamado PPSOE
subsiste vegetativamente. La clave no está en esta lluvia de cifras
sino, como siempre, en el factor generacional
El llamado PPSOE subsiste vegetativamente. La clave no está en esta lluvia de cifras sino, como siempre, en el factor generacional. El 60% de los votantes del PP y del PSOE tienen más de 55 años; y entre los menores de 45, esos dos partidos se disputan, en los puestos tercero y cuarto, el farolillo rojo. Así que, como en todo en la vida, al final resolverá la biología.
Una curiosidad final: si el resultado de las elecciones fuera parecido al de esta estimación del CIS, estaríamos ante un Parlamento en el que ningún partido llegaría a 100 escaños. Como dijo en su día Felipe González, una situación italiana pero sin políticos italianos. Aunque últimamente los políticos italianos parecen españoles…
IGNACIO VARELA Vía EL CONFIDENCIAL
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