La elevada tasa de desempleo, que afecta cada vez más a la juventud y es causa del aumento de pobreza y exclusión, el paro de larga duración y la caída del poder adquisitivo “aumentan la indignación”, según un estudio del Barómetro Social de España (1994-2016)
Mas sombras que luces enla calidad del empleo en España
En España hay más de 4,2 millones de
personas en paro y casi 1,4 millones de hogares que tienen a todos sus
miembros activos en situación de desempleo, según los últimos datos de
la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al primer trimestre de este año.
La tasa de paro, que ronda el 18,7%, más del doble de la que registraba en diciembre de 2016 la UE (8,2%), es “la principal causa de una mayor pobreza y exclusión en nuestro país”.
Esta es una de las conclusiones del estudio ‘Calidad del empleo en España. Índice sintético del BSE (1994-2016)’, elaborado por el Barómetro Social de España (BSE) y publicado el pasado 28 de abril, que advierte de que la baja calidad del empleo genera “malestar social y rechazo a la clase política”.
Junto
a la elevada tasa de paro y de hogares con todos sus miembros en paro,
el desempleo de larga duración y la caída del poder adquisitivo “aumentan la indignación” entre la población española, añade el estudio.
El
índice sintético de empleo se basa en 14 indicadores, a los que se
asigna un valor entre 0 y 10, agrupados en dos dimensiones: acceso al empleo y condiciones de trabajo. El resultado de analizar esos indicadores se resume en este gráfico, que muestra “las grandes tendencias de los últimos 23 años”
Acceso al empleo: creciendo hasta 2007, pero…
En
el gráfico se puede observar la evolución de la dimensión de “acceso al
empleo”, un índice “muy sensible a los ciclos económicos” y que desde
1994 muestra una mejora ininterrumpida hasta llegar a 2007, donde se observa una brusca caída “hasta 2013 e iniciar después una senda ascendente”, destaca el estudio.
En todo este proceso hay que destacar algunas cuestiones importantes, como “el continuo avance de la tasa de actividad de las mujeres hasta 2012, que explica la mayor parte del crecimiento del empleo”.
También influye “la incorporación de población inmigrante”, aunque estos dos factores se han estancado en los últimos años.
Otras
cuestiones que destaca el estudio en este apartado son la ya mencionada
y elevada tasa de paro, que “se arrastra desde los años setenta del
siglo pasado y afecta cada vez más a la juventud”; y el “incremento del paro de larga duración (más de un año buscando empleo), que llegó a la cota máxima del 62% en 2014”.
El
estudio aclara que la dimensión “acceso al empleo” se nutre de seis
indicadores: tasa de actividad de la población adulta; tasa de paro de
la población activa; tasa de paro de la juventud; paro de larga
duración; hogares con todos los activos en paro; y creación o
destrucción de empleo.
Condiciones de trabajo, sin pasar del 5 sobre 10
En
cuanto al indicador de las “condiciones de trabajo”, el estudio señala
que, aunque “este índice presenta mayor continuidad”, solo “está en torno a 4,5 puntos sobre 10, con una bajada brusca en 2005, debida a la confluencia negativa de varios indicadores,
y una subida importante en 2007, que obtiene la mejor puntuación de la
serie (5,1 puntos), para empeorar en los años siguientes y mejorar de
nuevo de forma moderada a partir de 2013”.
Entre esa “confluencia negativa” el informe destaca el “gran peso del empleo eventual
entre la población asalariada hasta 2007, siempre por encima del 30%,
una tasa que triplicaba la de la Unión Europea en aquellos años”.
“Los contratos temporales
fueron los más afectados por la destrucción de empleo, actuando de
parachoques de la crisis económica, lo que redujo de forma significativa
el peso del empleo eventual, que registró la tasa más baja en 2013
(23,4%) para crecer de nuevo en los años siguientes”, añade.
También indica que “el empleo a tiempo parcial
ha seguido el camino inverso: a partir de unas tasas muy bajas en
relación a la media europea (en torno al 8% entre 1994 y 2004) dobló
esta proporción en la década siguiente, hasta alcanzar la cota más alta
en 2014 (15,9%), y reducirse de nuevo ligeramente en 2015 y 2016”.
Otra cuestión importante es que “el poder adquisitivo del salario medio
ha experimentado subidas y bajadas constantes en función de los ciclos
económicos, pero la tendencia general ha sido a la baja, con una pérdida
del 10% de poder de compra entre 1994 y 2015”, mientras “el crecimiento
del valor monetario de las acciones empresariales en España se ha
multiplicado por cinco en el mismo periodo”.
Y una última cuestión en este apartado es que “la siniestralidad laboral
(accidentes laborales con baja y enfermedades profesionales) aumentó de
forma significativa en los años noventa, se redujo de forma importante
en la primera década del siglo XXI y ha vuelto a empeorar en los últimos
años”.
De hecho, “la tasa de
accidentes laborales con baja de más de 3 días es un 50% más frecuente
en España que en el conjunto de la Unión Europea”, concluye.
El
estudio también aclara aquí que la dimensión “condiciones de trabajo”
se nutre de ocho indicadores: empleo temporal en general; empleo
temporal en el tramo de 30 a 49 años; empleo a tiempo parcial; poder
adquisitivo de los salarios; diferencia entre la evolución de la masa
salarial y de los activos financieros; ingresos salariales y de
prestaciones de desempleo por persona activa; accidentes laborales; y
enfermedades profesionales, agrega el informe.
Conclusión: crece el malestar social
A
continuación, el informe concluye que “el índice general del empleo,
elaborado a partir de las dos dimensiones anteriores, presenta unos resultados negativos en el conjunto del período, con valores superiores a 5 puntos sobre 10 en tan sólo tres años (2006, 2007 y 2008)”.
Los responsables del estudio consideran que el periodo analizado “se sitúa, en nuestra opinión, en la onda larga neoliberal iniciada en los países occidentales en los años setenta del siglo pasado”, y subraya el siguiente esquema de funcionamiento:
- La tasa de ganancia del capital se recupera gracias a una disminución general de la participación de los salarios y a la elasticidad del empleo que aumenta la masa salarial en los ciclos expansivos y la reduce en los de crisis como consecuencia de la destrucción de empleo.
- La disminución de ingresos salariales reduce el poder de compra de la mayoría de la población, lo que unido a los recortes del gasto social da lugar a crecientes segmentos de población empobrecida.
- El dinero sobrante se canaliza hacia el hiperconsumo de los rentistas y nuevas clases medias funcionales, y a la colocación de “capital libre” en el mercado financiero internacional gracias a la desregulación y a la creación de sofisticados productos financieros.
Por todo ello, el informe insiste en que “crece el malestar social que se manifiesta en el rechazo de la clase política (considerada uno de los mayores problemas de España en los sondeos mensuales del CIS) y aumenta la indignación y la crítica de amplios sectores de la sociedad”, lo que ha planteado “un cambio de paradigma en la economía y una participación directa de la población en la política”.
ISABEL ORDÓÑEZ Vía FORUM LIBERTAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario