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miércoles, 24 de mayo de 2017

LAS PRIMARIAS DEL PSOE LIQUIDAN LA LEGISLATURA

El diálogo con el PSOE comenzó a funcionar porque la gestora socialista adoptó el modelo de la oposición útil. Ese modelo ha colapsado con la victoria de Pedro Sánchez

 Mariano Rajoy. (Reuters)

 Uno de los efectos trascendentes de las primarias del PSOE es que esta legislatura, que arrancó con cuatro meses de retraso entre grandes dolores de parto, ha devenido inviable.

Desde el principio se vio que todo venía prendido con alfileres. Un Parlamento fragmentado, un Gobierno en amplia minoría y ningún acuerdo de coalición o de legislatura para apuntalar la estabilidad. La única esperanza consistía en consolidar el apoyo de Ciudadanos y mantener abierta la interlocución con el PSOE para alcanzar acuerdos, especialmente en las reformas de fondo. Esa fue la apuesta de Rajoy.
Lo primero solo se ha cumplido en parte. Ciudadanos suele coincidir con el Gobierno en la política socioeconómica, pero se distancia o se pasa a la oposición en casi todo lo demás, especialmente en lo que se refiere a reformas políticas y lucha contra la corrupción.
Lo segundo, el diálogo con el PSOE, comenzó a funcionar porque la gestora socialista, consciente de la posición estratégica de su partido en la Cámara y necesitada de convalidar la abstención, adoptó el modelo de la oposición útil. Con él arrancó algunas conquistas relevantes y logró abrir espacios de negociación sobre grandes reformas bloqueadas durante largo tiempo.
Ese modelo se paralizó al iniciarse la carrera por la secretaría general del PSOE. Y ha colapsado y con él la legislatura con la victoria de Pedro Sánchez.
En ese breve periodo se comenzó a abrir la puerta de acuerdos trascendentales: por ejemplo, la reforma de las pensiones y la reconstrucción del Pacto de Toledo. O el sistema de financiación autonómica. O un pacto educativo que lleva décadas esperando. O una nueva ley de seguridad ciudadana, o la recuperación de una radiotelevisión pública presentable. Incluso se vislumbró la posibilidad de reconsiderar algunos de los aspectos más tenebrosos de la reforma laboral.
Ninguno de esos acuerdos verá la luz. El partido del 'no es no' ya no está disponible para conversar
Ninguno de esos acuerdos verá la luz. Todas las reformas importantes pasan obligatoriamente por el diálogo entre el Gobierno y el primer partido de la oposición. Pero el partido del 'no es no' ya no está disponible para conversar sobre nada: hacerlo sería traicionar el mensaje de confrontación que ha devuelto a Pedro Sánchez el liderazgo del PSOE.
La decisión estratégica de los socialistas es terminante: combate sin tregua contra el PP y competencia con Podemos por el liderazgo de la oposición (competencia que requiere colaboración frecuente contra el enemigo común). Dada la composición de la Cámara, esa decisión destruye la base de sustentación de la legislatura.
Tampoco se iniciará el proceso de la reforma constitucional. Los partidarios de esa reforma debemos ir despidiéndonos de ella, al menos con este Parlamento.
Queda la otra gran cuestión de Estado, Cataluña. Cuando se precipiten los acontecimientos y llegue la hora de la verdad, el PSOE de Pedro Sánchez estará en un aprieto. Ciertamente, no podrá dejar de ponerse del lado de la ley. Pero ahí está su discurso oportunista sobre la “nación de naciones” y su secreta aspiración de asaltar La Moncloa con el consentimiento necesario de los independentistas. En la tesitura insurreccional que se avecina, todo lo que el Gobierno puede esperar de esta versión del PSOE es un apoyo retórico, lleno de reservas y de matices.
Sigamos. La precaria mayoría presupuestaria está hoy en el alero. El diputado de Nueva Canaria —el voto 176— resulta ser un devoto sanchista, así que el secretario general reelecto podría arruinar el negocio al Gobierno.
Quevedo, sé fuerte, pensará Rajoy. Pero aunque logre retener ese voto rociando de millones a las Islas Canarias como ha hecho con el País Vasco, a la vuelta del verano hay que presentar otro Presupuesto y estaremos en los mismos apuros. Y al año siguiente otro, y otro más, hasta llegar a 2020. ¿Ustedes lo creen posible?
(Por cierto, en la situación anterior, el PSOE tenía la ocasión de negociar provechosamente sus enmiendas al Presupuesto. Ahora puede hacer un paquetito con todas ellas y tirarlas a la papelera, porque no pasará ni una).

                                                    IGNACIO VARELA  Vía EL CONFIDENCIAL

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