Ni partido, ni socialista, ni obrero, ni español. EFE
Quién escribe, nació hace cuarenta y cinco años en Vallecas, barrio obrero por excelencia del sureste de la ciudad de Madrid.
Cuando era un chaval, en mi barrio, no había parques ni polideportivos. Jugábamos, en la calle, y, sobre todo, en los solares, también llamados, escombreras. Recuerdo muy bien cómo, en verano, las ratas de medio metro recorrían las calles, y miles de cucarachas emanaban como manantiales por las tapas de alcantarillas.
En 1979, el PSOE, con Enrique Tierno Galván, llegó a la alcaldía de Madrid, gracias a un pacto con el PCE. Desde esa fecha, empezaron a verse ciertas mejoras en el barrio. Alguna zona verde, columpios, bancos, papeleras, regado de calles…
A finales de los setenta, el paro azotaba con fuerza el barrio. La gran mayoría de sus habitantes creíamos en el PSOE como “el salvador” que arreglaría todo, acabaría con la desigualdad de clases y permitiría a la clase obrera vivir de forma digna. Este sentimiento era generalizado en toda España, y en las elecciones de 1982, el PSOE obtuvo una aplastante victoria con 202 escaños.
No olvido, una tarde de 1983, que vino a dar un mitin Jorge Verstrynge al barrio, entonces, candidato a la alcaldía por alianza popular. El pobre hombre no pudo empezar porque lo echamos de malas maneras. Digamos que sufrió un “pequeño escrache”.
El PSOE, ese partido que aniquiló la República con sus infames dirigentes, que estuvo desaparecido durante la dictadura, y que rescataron la socialdemocracia alemana y el intrigante Kissinger, había llegado para quedarse. Nada menos que catorce años seguidos de gobierno, y otros siete después. He aquí su balance.
NI PARTIDO: Desde su nacimiento, y posterior resurrección, el PSOE nunca ha sido una entidad de interés público con el fin de promover la participación de los ciudadanos en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional. El PSOE es un ente dónde los únicos intereses que han imperado son los de sus integrantes y dirigentes, convirtiéndose en una estructura endogámica acorazada de centenares de miles de familiares, amigos y correligionarios que viven parasitariamente del aparato del estado. Para ello, se han valido de las instituciones para crear un entramado de leyes y normas que les hacen intocables, además de corromper la justicia, saquear los bienes públicos y esquilmar a los ciudadanos a impuestos, con el único objetivo de enriquecerse y perpetuar su estatus privilegiado. El PSOE es, en resumen, una banda con forma de partido, igual que el PP.
NI SOCIALISTA: EL PSOE nunca ha realizado una planificación y organización colectiva consciente de la vida social y económica de España. Desde el inicio, fomentó la competencia entre ciudadanos, en lugar de la unión. Promovió el enriquecimiento con el mínimo esfuerzo, con la cultura del “pelotazo”. Eliminó el único resquicio de democracia e independencia del poder judicial al modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial. Abrió la brecha entre clases al introducir figuras fiscales como las SICAV. Utilizó las devaluaciones y el endeudamiento para paliar las crisis fruto de su desastrosa política económica y convirtió a una de las principales potencias industriales y agrícolas de Europa en un país marginal basado en servicios. Negó la crisis económica en contra de todas las evidencias. Manipuló la contabilidad nacional para ganar las elecciones, hundiendo a España en el abismo. Y, finalmente, se plegó a los burócratas de Bruselas traicionando su esencia socialista, si es que alguna vez la tuvo.
NI OBRERO: La política del PSOE siempre ha producido los peores resultados de empleo en España. Es, sin duda, el campeón absoluto del paro. A ello, hay que añadir que ha utilizado a los sindicatos y patronales para establecer unas redes clientelares de miles de liberados y beneficiaros que manejan a sus anchas los expedientes de regulación, los diferentes fondos de ayuda y la negociación de convenios, convertido el mercado laboral español en uno de los más corruptos del mundo.
NI ESPAÑOL: El comportamiento del PSOE con su país sólo es comparable, sino peor, al del rey felón. Ya es de sobra conocido cómo el PSOE contribuyó a acabar con la II República. No obstante, cuando recuperó el poder en 1982 tenía una misión clara, que era reducir a España a la marginalidad en Europa y en el mundo. Las instrucciones, de sus promotores, las cumplió al pie de la letra. En primer lugar, desmanteló la industria española manufacturera y agrícola, pasando a ser del 35% del PIB al 15%, en beneficio de los “socios europeos”, especialmente Francia y Alemania, quiénes se aseguraban quitarse de en medio a un competidor a cambio de “su permiso” para entrar en el mercado común.
En segundo lugar, desmanteló uno de los mejores sistemas de enseñanza de Europa, para instaurar una metodología que convirtiera a la comunidad educativa en un despropósito, dónde el esfuerzo, el trabajo y la disciplina fueron sustituidos por la mediocridad para garantizar que las próximas generaciones tampoco fueran competitivas ante “sus socios”.
En tercer lugar, promovió la competencia y la discordia entre las regiones, luego llamadas autonomías, y después “naciones” de un estado “discutido y discutible”, utilizando el idioma y la “memoria” como elementos de conflicto, provocando el desmoronamiento de España como nación, traicionando a su historia, costumbres, culturay valores, y en especial a los que dieron la vida por su país, incluidos, los asesinados por los terroristas, mucho de ellos, militantes del PSOE.
¿Qué es hoy el PSOE? La herencia de toda su trayectoria, basada en la traición y deslealtad a España y a sus ciudadanos para beneficio exclusivo de sus intereses.
El PSOE, hoy, es lo más parecido a una de esas escombreras en las que yo jugaba de chaval. Tanto el nivel que ostentan los tres candidatos que el domingo se presentan al cargo de secretario general, como el hecho de que no haya ningún militante en toda España que pueda, al menos, presentar cierta solvencia intelectual y profesional como alternativa, lo demuestra sin ningún género de dudas.
Es una organización putrefacta y apesta, porque ya está muerta y nadie recoge sus restos.
Honestamente, por los hechos descritos, lo mejor que le puede pasar a España es que, al igual que ha ocurrido en países como Italia o Francia, el mal llamado partido socialista obrero español desaparezca para siempre.
PD: Hoy, en homenaje a una asidua lectora de este diario, les dedico el tema de Queen “I was born to love you” https://youtu.be/Fna56a_r41s
JUAN CARLOS BERMEJO Vía VOZ PÓPULI
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