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domingo, 23 de abril de 2017

CORRUPCIÓN Y RÉGIMEN NEOLIBERAL

Detrás de tanta pestilencia está la concepción de la economía y de la política dominante, la del régimen neoliberal.


Corrupción y régimen neoliberal. EFE




El régimen neoliberal se construyó a partir de una teoría económica basada en hipótesis falsas, no corroboradas por la realidad de los datos. Todos y cada uno de sus pilares básicos no soportan la prueba del algodón. Dichos pilares, además, huelen a rancio, a naftalina. La teoría neoclásica constituye, en líneas generales, un gran fraude académico. Pero al régimen, como dirían en mi tierra, “se las trae al pairo”. Porque los objetivos eran otros. Primero, legitimar un gigantesco proceso de acumulación y adquisición de riquezas por todo el globo a favor de unos pocos, las grandes multinacionales. A continuación, asaltar las instituciones democráticas con el objetivo de hacer y deshacer gobiernos a su antojo, la mayoría sumisos a su causa. Hay que mantener ese proceso de acumulación, que con “tanto esfuerzo” han ido amasando. Y como telón de fondo la corrupción. Un ejemplo, España.

Los partidos políticos surgidos del Régimen del 78 no dudaron en crear redes de clientelismo, incluidas empresas públicas de distinto pelaje
La corrupción en España es asfixiante; el olor que emana, nauseabundo. Es un reflejo de la mala calidad de nuestra democracia. Lo que está saliendo a la luz estos días muestra cómo se las gastan las élites patrias. Por un lado, políticos que se autodenominan irónicamente gente de orden, templada, buenos gestores. Simplemente son una mafia organizada. ¡Qué situación más hilarante si no fuera por todo el daño que han infligido a la ciudadanía! Por otro, los empresarios que se benefician de todas estas marañas de operaciones, mordidas. Es el capitalismo de amiguetes. Y detrás de todo el expolio de lo público. Pero además, y para ello, los partidos políticos surgidos del Régimen del 78 no dudaron en crear redes de clientelismo, incluidas empresas públicas de distinto pelaje, donde ir ubicando a familiares, amigos, “gente del partido”. Y estos puestos y cargos de confianza son muchísimos. En nuestro país faltan médicos, enfermeras, profesores, policías, bomberos, agentes forestales, jueces, fiscales,.. pero sobran todos y cada uno de esos puestos creados para colocar a afines.

El libre albedrío

No duden ustedes que detrás de tanta pestilencia está la concepción de la economía y de la política dominante, la del régimen neoliberal. Se deja todo al libre albedrio del mercado, sin control alguno, para forrarse a costa de la ciudadanía. Como el retorno del capital en la mayoría de las actividades privadas era decreciente, ingeniaron, apoyándose en los pilares de la teoría económica neoliberal, el abaratamiento del factor trabajo; y, por otro lado, el asalto a los servicios públicos, desde la recogida de las basuras, pasando por la luz, agua y telefonía, hasta la educación y la sanidad.
En nuestro país se hizo, y se continúa haciendo, sin disimulo, con descaro, utilizando los resortes de los cuatro poderes, tejiendo una maraña de intereses cruzados que se mantenían incluso al margen de quien ocupara el poder. Puro capitalismo de amiguetes. Pero ello ocurre exactamente igual en los países aparentemente más democráticos, donde el asalto no se hace de manera tan descarada, sino de una forma más sibilina. Por un lado, creando mecanismos de búsqueda y extracción de rentas. Por otro, mediante una intensa inversión en política.
La búsqueda de rentas se produce cuando las instituciones, invocando al mercado, tienen incentivos para deformarlo y distorsionarlo, permitiendo una apropiación de la riqueza
La búsqueda de rentas se produce cuando las instituciones, invocando al mercado, tienen incentivos para deformarlo y distorsionarlo, permitiendo una apropiación de la riqueza. Al distorsionar la asignación de recursos para el beneficio de algunos, la búsqueda de rentas no sólo fomenta la desigualdad, sino que también ahoga el crecimiento. La búsqueda de rentas que ahogan el crecimiento toma muchas formas, desde transferencias ocultas, pasando por subsidios del gobierno a grupos de presión, leyes que favorecen los oligopolios y una aplicación laxa de leyes de competencia. Para ello, la superclase, además de invertir en jets personales, yates gigantes, obras de arte, áticos de lujo, también compra voluntades políticas. Existe suficiente evidencia académica que muestra como la “inversión” en política por parte de las élites ha crecido más rápidamente que sus gastos en cualquier otro bien. Y sin duda han sido sus “gastos” más rentables.

Reconstrucción del poder político soberano

Pero todo ello acaba teniendo un impacto negativo sobre la ciudadanía. Las elites capitalistas occidentales a base de sacrificios de los trabajadores, y de espaldas a las aspiraciones de las poblaciones del resto del mundo, han impuesto un decrecimiento real de las condiciones de vida, un neo-feudalismo. Lo que subyace es la incapacidad política de las democracias para liberarse de la soga de las oligarquías occidentales dominantes, que se han consolidado en las últimas tres décadas tras una patológica aplicación de políticas que mejoran las condiciones de los propietarios del capital.
Hoy más que nunca es necesaria una reconstrucción del poder político soberano y democrático
Hoy más que nunca es necesaria una reconstrucción del poder político soberano y democrático. Serán inútiles todos los esfuerzos sino se orientan prioritariamente a conseguir que las grandes corporaciones transnacionales, que depredan sin límites el ecosistema económico y político planetario, sean controladas y se sometan al poder soberano y democrático. Y por mera cuestión de higiene debemos combatir todas y cada una de las teorías que arrojan sobre las leyes de la naturaleza la responsabilidad de la miseria de los más desfavorecidos, y fomentan una profunda indiferencia y culpabilidad hacia sus padecimientos. Porque, como hemos visto, es simplemente mentira, siendo otro el problema de fondo.

                                                                            JUAN LABORDA  Vía VOZ PÓPULI


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