Blog Soy Católico ¿pasa algo?
Conocí a un político de segunda fila que
en las postrimerías de los días de plomo no salía sin su escolta. Como
Whitney Houston, pero con menos voz. La amenaza de ETA era entonces casi
testimonial y el riesgo de que acabara como Carrero Blanco
prácticamente nulo, pero, por el marcaje al hombre que le hacía su
guardaespaldas, parecía que de un momento a otro iba a aparecer el
comando Barcelona. Nada que ver con la decisión de Francisco de
transitar por El Cairo sin el coche blindado. De lo que se deduce que si
Su Santidad hubiera sido objetivo de la banda vasca, en lugar de
contratar a un vigilante jurado, habría consagrado el Cáliz en una
herriko taberna y comprado el papamóvil a José María Arregui Erostarbe,
alias Fitipaldi.
Que el lenguaje del pontífice sea directo no implica que su discurso no
tenga segundas lecturas ni sus gestos segundas enseñanzas. Para
interpretar adecuadamente la renuncia de Francisco al coche blindado es
preciso tener en cuenta lo que propuso Juan Pablo II en su primera a los
romanos: no tengáis miedo. En el catolicismo la valentía no es
opcional. Ni Jesús se hizo pasar por Nicodemo cuando fueron a por Él ni
Francisco circulará en tanque por las calles de Egipto, aunque es
consciente de que así facilita las cosas al hombre bala yihadista. Y no
lo hará porque ha sido educado para eso. Al fin y al cabo, un católico
es siempre un mártir en potencia.
El yihadista siembra el terror porque no sabe sembrar el trigo. El católico, el trigo, da pan del bueno en Egipto, pero de molde en
Europa, donde la feligresía huye de la polémica con el laicismo, que
impone su tesis por incomparecencia. Frente a este catolicismo
vergonzante contrapone el Papa un modelo de conducta apuntalado en la
evangelización, esto es, en la visita a la periferia. Francisco sabe que
para un Papa un viaje a Egipto es lo más parecido a un viaje a Dallas
para un Kennedy, pero entiende que debe dar testimonio. El católico
vergonzante, empero, con tal de pasar desapercibido, es capaz, no ya de
no defender la Cruz, sino de hablar árabe en la intimidad.
JAVIER LÓPEZ Vía RELIGIÓN en LIBERTAD
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