Translate

sábado, 8 de abril de 2017

UNA HERENCIA DE CASTIELLA


Con la verja fluida y los privilegios de la colonia, el Campo de Gibraltar no podrá sacudirse la dependencia


Los que saben de qué va el Brexit y los pocos que están al tanto de los pormenores sociopolíticos en torno a Gibraltar, se habrán quedado boquiabiertos con el anuncio -aún por constituirse en acuerdo- de que España tendrá derecho a veto en lo que se refiera a la colonia, en el proceso que ha de culminar con la salida del Reino Unido (RU) de la Unión Europea (UE). 

Cualquier pequeño acierto de España en el concierto internacional sorprende y, desde luego, ese veto, que está por ver si lo será, lo es en gran medida. Manejado con habilidad sería muy positivo para los intereses españoles. Sin embargo, casi en el mismo paquete de noticias, aparece la que alude a la ridícula inversión -unos veinte millones de euros- que el Gobierno tiene prevista para el próximo ejercicio en la línea férrea que une al Campo de Gibraltar con el interior de España y de Europa. 

El puerto de Algeciras, uno de los más importantes del continente, seguirá pues al margen de las comunicaciones interiores de la UE, por cuanto esa inversión está por debajo del 3% de la que se estima necesaria para su completa funcionalidad.

Esos dos hechos no parecen causados por los mismos actores. Por cuanto el montante previsto supone ignorar la urgente necesidad de dotar al Campo de Gibraltar de instrumentos que aligeren los efectos de un cierre selectivo de la verja. 


Gracias a F.M. Castiella, Gibraltar tiene en las Naciones Unidas el estatus de colonia y esa es la clave para entender el detalle del veto introducido por la UE. El RU no posee la soberanía sobre Gibraltar y una cosoberanía significaría una cesión de derechos que acabaría con los fundamentos de la reivindicación española, pues anularía los efectos del tratado de Utrecht y los logros de la acertadísima política de Castiella. 

El cierre de la verja hizo ver, a su pesar, a los dirigentes de la colonia, la imposibilidad de sobrevivir ignorando la geografía a la que pertenece y, al mismo tiempo, sentó las bases para un desarrollo industrial y comercial en su entorno que transformó completamente el dinamismo económico de la comarca.

A poco que den de sí las neuronas de nuestros gobernantes, deducirán que manteniendo la verja fluida y los privilegios actuales de la colonia en el contexto de la UE, el Campo de Gibraltar no podrá sacudirse la dependencia que supone tener integrado en la zona un territorio inductor de desequilibrios de todo tipo entre sus habitantes.




                                            ALBERTO PÉREZ DE VARGAS  Vía EUROPA SUR

No hay comentarios:

Publicar un comentario