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jueves, 16 de marzo de 2017

ENFANGANDO DERECHOS INALIENABLES

En la presentación del XIV Informe sobre Pobreza y Derechos Humanos elaborado por los distintos Defensores del Pueblo de España e Iberoamérica se constata lo obvio, por en realidad no serlo, la necesidad de que las autoridades sean participes de las recomendaciones que allí se establecen.
Colas en la puerta de un establecimiento de Cáritas. EFE

Hay una tendencia creciente por parte del poder de culpabilizar a quienes sufren y padecen una situación de pobreza, o de indignidad en el sentido más amplio del derecho, de que en el fondo ellos son responsables de su situación. En este relato, los poderes públicos, el Estado, no debe de intervenir para corregir los problemas crecientes de pobreza y desigualdad, sino que deben quedarse al margen. Es un ejemplo más de cómo las élites manipulan, enfangan y ponen sus sucias manos en los conceptos más románticos, incluidos los sueños de mejora presentes en el subconsciente de los más desfavorecidos, los despreciados, los humillados. El ascensor social ya no funciona. Pero a la mayoría de los gobernantes les da igual.
¿Cómo es posible que hayamos llegado a tal punto de insensibilidad?
¿Cómo es posible que hayamos llegado a tal punto de insensibilidad? Muy sencillo, en la actualidad se combinan los ingredientes básicos que permiten semejante atrocidad y manipulación. Se trata del predominio cultural de la élite, centrado en el uso y abuso de cuatro elementos: educación, escuelas de pensamiento, medios de comunicación y lenguaje. Sobre los dos primeros ya hemos hablado largo y tendido, ya saben, incompetencia académica e instinto de clase. Respecto a los dos últimos, medios de comunicación y lenguaje, se observa un acoso creciente al disidente y se responsabiliza de la situación de sufrimiento a quienes la padecen. Pura distopía, enésimo ejemplo de la psicopatía de las élites.

Pobreza: el XIV Informe sobre Derechos Humanos

Y es todo ello lo que explica que en la presentación del XIV Informe sobre Pobreza y Derechos Humanos elaborado por los distintos Defensores del Pueblo de España e Iberoamérica se constatara lo obvio, por en realidad no serlo, la necesidad de que las autoridades sean participes de las recomendaciones que allí se establecen. Es un enfoque marcadamente jurista, alejado de las aproximaciones economicistas, pero tremendamente útil. Nos referimos al derecho como arma para el cambio de la sociedad. Desde esta perspectiva existen argumentos a favor de que exista un derecho humano de protección contra la pobreza. La pobreza es inmoral y el derecho a la dignidad reconocido ampliamente exige el cumplir que todos y cada uno de nuestros conciudadanos lleven una vida decente.
Los otrora pobres y débiles han sido recolocados en el cuadro conceptual donde solíamos situar a los más ricos y poderosos
Sin embargo ocurre lo contrario, mitos y más mitos, todos ellos alrededor de lo mismo, cómo los poderosos pueden maniobrar y usar a su antojo lo que haga falta para mantener el statu-quo actual. En él, los otrora pobres y débiles -desempleados, discapacitados, refugiados…- han sido recolocados en el cuadro conceptual donde solíamos situar a los más ricos y poderosos. Son ellos, la categoría social previamente etiquetada como "pobre", a quienes se les acusa de vivir en grandes casas, revolcarse en el lujo y no tener ganas que trabajar. Les presentan como vagos, perezosos, parásitos. Mientras que los que antes se consideraban ricos, ahora, por obra y gracia del lenguaje, se les presenta como aquellos que trabajan muy duro para obtener una recompensa más o menos justa. Y bajo ese lenguaje perverso, “hay que apoyar a esta nueva categoría de pobres”, los otrora ricos.
En esta nueva versión del mito de Robin Hood, el sheriff de Nottingham es el Estado, que lleva a cabo un despiadado saqueo de las propiedades y dinero de aquellos campesinos honestos que trabajan duro, con el objetivo último de financiar al nuevo concepto de ricos, es decir, los desempleados, los discapacitados, los refugiados, las madres solteras de la clase trabajadora, los gorrones, los garrulos, los cinceladores y tramposos. En esta nueva versión del mito, Robin Hood es el que rebaja los impuestos a los ricos.

Ahorrar para financiar la Seguridad Social

Veremos como poco a poco se irá extendiendo un nuevo mito, la Seguridad Social debe ser pre-financiada por sus beneficiarios, mito de la misma naturaleza que aquel donde se apostilla que los impuestos progresivos deben ser abolidos en favor de un impuesto uniforme. La mitología que se extenderá como la pólvora tiene como objetivo convencer a la gente de que si son beneficiarios de la Seguridad Social, deben ser responsables de ahorrar para pre financiarla. Es como decir que como eres el beneficiario de la educación pública tienes que pagar por la educación. La idea es prestar el dinero al gobierno por adelantado para cuando sea necesario.
Los políticos que nos gobiernan en vez de tener el coraje de pedir mejores condiciones de trabajo, están traumatizando a los trabajadores
Como hemos señalado antes, es un derecho de los ciudadanos el tener una vida digna, y ello debe ocurrir también después de su jubilación, de manera que tras el período de vida laboral no tengan que mendigar en la calle. El problema es que se empieza a extender la idea de que son los beneficiarios de la Seguridad Social los que tienen que realmente pagar por ello. Los políticos que nos gobiernan en vez de tener el coraje de pedir mejores condiciones de trabajo, están traumatizando a los trabajadores, estrujándolos tanto para que no tengan el suficiente valor de rebelarse. Pero ello ha ido acompañado de fuertes reducciones en los impuestos sobre bienes inmuebles y capitales, en definitiva, para aquellas personas que viven de rentas económicas, no trabajando, no produciendo bienes, pero amasando dinero a través de sus bienes raíces, acciones y bonos. Es así como el cinco por ciento más rico ha sido básicamente capaz de hacer su dinero.
El plan de que la Seguridad Social tiene que ser pre financiada por sus beneficiarios ha sido una disposición formulada por los más ricos que extienden la idea de que el presupuesto del gobierno no tiene suficiente dinero para pagarla. La Seguridad Social ya tiene déficit presupuestario, y, por lo tanto, empiezan a bramar estas élites, tenemos que empezar a reducir la Seguridad Social. La implicación es que si optan por ello, un porcentaje creciente de los asalariados tendrán que pasar hambre en la calle después de que se jubilen. ¡La enésima indignidad!.

                                                                            JUAN LABORDA  Vía  VOZ PÓPULI

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