Las sociedades modernas se definen por la calidad de sus liderazgos, respondiendo a una función objetiva de sus ciudadanos que, de forma madura y autónoma, tratan de elegir a los mejores candidatos para que les representen.
En este sentido, España, pero también el resto del mundo occidental, ha entrado en una deriva perniciosa, aupando a líderes cada vez de peor calidad, lo que sin duda ha devaluado la calidad de la democracia española. Gobernantes que mienten sistemáticamente, que engañan a los electores con promesas incumplibles y lo más grave, estafando ilusiones cuando no fondos públicos, sin el menor reproche entre la propia clase política.
La clase política en España sigue denigrando la calidad de la democracia
El espectáculo es digno de una novela negra, si no fuese tan triste, pero no parece que tenga solución a corto y medio plazo. La teoría del mal menor explica, por ejemplo, cómo una persona tan mediocre en lo política e intelectual como Rajoy, vaya a superar todos los registros de permanencia en el gobierno, sin que nadie pueda hacerle sombra. Los últimos gobiernos de Aznar encumbraron una era de nepotismo, pelotazos urbanísticos y extracción de fondos públicos que hoy se están juzgando, con la perniciosa defensa de los actuales dirigentes que tratan de esconder el botín, por si tienen que pagar las deudas de los anteriores.
La teoría del mal menor explica cómo un Presidente como Rajoy puede eternizarse en el poder
Esta forma de hacer política, al calor de la burbuja inmobiliaria, y de un sistema financiero y empresarial cómplice necesario en el desfalco de las arcas públicas, fue abrazado también en la época de Zapatero, cuando se desvió la mirada desde instituciones claves, como Banco de España y CNMV, hacia otro lado porque las cifras de empleo EPA y el PIB galopaban de forma imparable hacia la Champions League de las economías europeas. Con ello, la política se gangrenó y provocó el surgimiento de movimientos políticos, como el de Podemos, y que ha dejado a las grandes formaciones políticas en manos de subalternos, a cuan más mediocre, que luchan por repartirse lo que va quedando de esta democracia en coma.
La profunda crisis política que atraviesa la socialdemocracia en Europa tiene en España un calado aún más peligroso. Los sucesivos intentos de sustituir a la vieja guardia, que siempre vigila a los cachorros advenedizos, han resultado baldíos, lo que se deja notar en el respeto y admiración que hoy despierta la organización política más longeva en España: ninguno. Con estas premisas, en los próximos meses se va a dilucidar el futuro del PSOE, pero también dilucidar si hay o no alternativa real de poder en España, después del vodevil de Podemos que definitivamente les deja fuera del pódium.
La crisis de la socialdemocracia en España alcanza tintes dramáticos que no se superarán con los candidatos propuestos
Esta disputa, con tintes realmente tristes y desagradables, no augura ningún resultado halagüeño, dada la categoría profesional, política y humana de los contendientes, a la espera que Susana Díaz dé el paso al frente y decida competir. El denominador común que les une a los tres, es que han dedicado toda su vida al Partido, sin que tengan ninguna experiencia profesional en el mundo real. Esto les otorga una característica muy negativa de cara al electorado: todo se lo han dado hecho y sólo han tenido que demostrar servilismo y fidelidad perruna a los dirigentes que entonces estaban arriba, hasta que les han nombrado sucesores y depositarios de la esencia del socialismo decadente que hoy representan.
La característica común a todos ellos es el modelo de ascensor orgánico a través de las Juventudes
Esta disfunción política, que también se da en la acera de enfrente, es posiblemente lo que más denigra a la clase política actual y les aleja de la realidad social que viven millones de trabajadores y obreros de este país. El modelo ideado por el PSOE desde sus Juventudes es la antítesis de lo que hoy tiene que sufrir cualquier joven que abandona o termina sus estudios.
En este punto, destaca sobremanera el currículo de Susana Díaz, quien desde los 17 años ya inició el idílico viaje de los cargos orgánicos y públicos, trufando esta etapa con la licenciatura universitaria, que solo tardó diez años en finalizar. Pero no es este el principal problema del socialismo andaluz que representa la Presidenta de la Junta de Andalucía. El principal hándicap de cualquier dirigente del PSOE andaluz es defender que quieren extrapolar el modelo de gestión al resto del país, lo cual es delirante si uno analiza la situación de ese territorio después de 30 años de gestión ininterrumpida del socialismo andaluz.
El culmen de esta oficina de empleo que es el PSOE es Susana Díaz
Nadie duda de los avances en infraestructuras, capital físico y humano que se ha producido, pero sí hay que constatar que, a pesar del esfuerzo, sigue estando a la cabeza del desempleo, en el umbral del 25%-30%, y con niveles de pobreza que no han sido capaces de erradicar. Sin caer en demagogia barata, también es reprochable el modelo clientelar que sigue ejerciendo la Junta entre muchos ciudadanos, lo que fideliza el voto y arraiga unas prácticas que, salvo excepciones, deberían ser erradicadas.
El ejemplo palmario es reciente. Tras 5 años sin convocar ayudas a la formación para el empleo, curioso en la Comunidad con más desempleo, ahora han resuelto el concurso regando de fondos a familiares de los delegados territoriales, asociaciones de academias muy próximas al poder andaluz, dejando fuera a los empresarios de verdad que se han dejado la vida y el patrimonio en formar de verdad a los trabajadores desempleados. Un ejemplo gráfico: han adjudicado 9 cursos de cocina en Macael, sin saber siquiera si hay suficientes alumnos para cubrir las plazas ofertadas.
El clientelismo político en Andalucía no puede ser el ejemplo para gobernar España
El modelo del socialismo andaluz, como el que ejerce por ejemplo el PP en Galicia, debe ser erradicado de la práctica política en España para poder pasar página de una etapa muy triste. No solo por los casos de corrupción que también se están juzgando, sino porque ha permitido que empresas y trabajadores se aprovechen de una visión ficticia de la realidad que, a la postre, solo beneficiaba a los clanes políticos que sustentaban el poder del PSOE en dicho territorio.
Los graves problemas de empleo y pobreza en Andalucía tras 30 años de gobierno del PSOE tienen que dar paso a otro modelo de gestión
Por todo ello, es urgente que se regenere el panorama político en España y los partidos políticos alberguen entre sus filas y dirigentes personas que se parezcan de verdad a los ciudadanos que luchan cada día por salir delante, sin una ejecutiva de Juventudes que les vaya colocando orgánicamente hasta que pueden ser concejales, diputados o Presidentes/as de la Comunidad Autónoma.
ALEJANDRO INURRIETA Vía VOZ PÓPULI
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