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martes, 27 de noviembre de 2018

ANDALUCÍA: RECTA FINAL CON LAS GENERALES EN EL RETROVISOR

La campaña andaluza está dando la razón a los que desde el primer momento pronosticaron que iba a ser la primera vuelta de las generales

Pedro Sánchez y Susana Díaz durante la campaña de las andaluzas EFE


Tres días escasos restan de campaña electoral, la más extraña de todas desde que en mayo del 82 arrancasen los procesos electorales autonómicos en Andalucía. Antes de que comenzasen los rituales propios de estos periodos, los electores andaluces ya sabían más o menos quién las va a ganar. Lo vienen diciendo machaconamente desde hace tiempo las encuestas: volverán a ganar los que llevan gobernando Andalucía desde hace 36 años.


Otra cosa es con quién podrá pactar Susana Díaz para seguir ocupando el despacho principal del antiguo seminario del palacio de San Telmo en Sevilla. Esta campaña, como todo el mundo ha reconocido, tiene muy poco que ver con las anteriores, entre otras razones porque quienes han defendido que estamos en una primera vuelta de las generales han acabado teniendo razón; lo han logrado porque han sido ellos –Casado y Rivera– los grandes promotores de la desnaturalización del proceso electoral andaluz.

Esto ha sucedido también por una derecha cuarteada y dividida que ha convertido el territorio del sur en un campo de pelea donde se está escenificando casi la misma división que un día no lejano padeció la izquierda tras el fenómeno del 15M. Añadan dos gallos en el mismo corral y un tercero que se acerca a caballo, y con mucho ruido.

La izquierda, sin presencia de sus líderes


La izquierda, el PSOE y Adelante Andalucía, han intentado no caer en la trampa, de hecho, han sido contadas las visitas a Andalucía de sus líderes estatales Sánchez, Iglesias o Garzón, algo que ayudará y mucho a los analistas del 3D para delimitar y repartir responsabilidades en función de los votos ganados o perdidos por cada formación este domingo.

Ni Susana Díaz ni Teresa Rodríguez, desde sus respectivas formaciones, en caso de bajar en número de votos, podrán echarle las culpas a Pedro Sánchez o a Pablo Iglesias. De ellas será el éxito o el fracaso. Ambas dirigentes han dejado clara su autonomía con palabras y con hechos en los últimos meses. Algo que no podrán hacer ni Juanma Moreno Bonilla ni Juan Marín en el PP y Ciudadanos respectivamente. Que Casado y Rivera se hayan instalado durante toda la campaña en Andalucía, anulando literalmente a sus candidatos, capitalizando los mensajes y discursos en favor de las cuestiones nacionales, les convierten en los máximos responsables de lo que suceda con sus respectivas formaciones el próximo domingo en las urnas. En justicia, Moreno y Marín quedarán exonerados.
En caso de bajar en número de votos, ni Susana Díaz ni Teresa Rodríguez podrán culpar a Pedro Sánchez o a Pablo Iglesias
No tiene pinta que en estos tres días que restan de campaña se produzca ningún acontecimiento que haga variar la brújula marcada por las encuestas desde hace semanas. Ni siquiera el levantamiento del bloqueo ferroviario a Granada después de casi cuatro años de permanecer aislada. ¿Por qué no lo ha hecho antes?, se preguntan muchos granadinos cabreados, tras comprobar cómo se monta todo en plena campaña.

Un pelotazo atribuido a Borbolla


Tampoco las revelaciones de El Mundo sobre otro expresidente de la Junta, PepoteRodríguezdelaBorbolla, mezclado en un pelotazo urbanístico en Valencina de la Concepción, a 12 kilómetros de Sevilla. Se habla de 12 millones de euros y, una vez más, aparece detrás de la operación una de las cajas sevillanas (desaparecidasvíaCajasol/BancaCívica), herida mal cerrada en la democracia andaluza a la que nadie le quiere meter el bisturí de una comisión de investigación en condiciones.

Parece que, ahora, Unidos Podemos ya se han dado cuenta del alcance y la gravedad de lo que ha sucedido tras comprobar cómo han desaparecido unas cajas y sus respectivos patrimonios propiedad de todos los andaluces, no descartando que este sea uno de los temas de arranque en la próxima legislatura andaluza.
El PP andaluz puede pagar muy caro el caprichoso manejo al que lo han sometido desde Madrid dirigentes como Soraya, Cospedal, Arenas o Zoido
Tampoco la polémica sobre Gibraltar parece que haya podido influir en esta campaña, ya que, en la propia comarca, los diez mil trabajadores que a diario se desplazan a trabajar en la roca, no han mostrado preocupación alguna. Allí las cosas, históricamente, se han visto de forma distinta a como las suelen ver algunos dirigentes políticos y sociales de la derecha patriótica. Cuadros y dirigentes de Vox con su secretario general al frente, hace dos años se colaron en el Peñón para desplegar una enorme bandera española en su ladera de 18 por 11 metros, gesto con escaso eco mediático al otro lado de la verja.

Miedo a Vox, pero pactarían con ellos


El partido de la derecha más extrema que lidera Santiago Abascal va camino de convertirse en la gran novedad de esta campaña andaluza. Empezó el CIS de Tezanos por darle un escaño por Almería y conforme han ido pasando los días crece la preocupación en el PP andaluz ante la posibilidad de que hasta puedan configurar grupo parlamentario –cinco escaños– un verdadero milagro en el viejo hospital de las Cinco Llagas.

Todo a costa, evidentemente, del PP andaluz, que lleva 36 años en la oposición y que puede pagar muy caro el caprichoso manejo al que lo han sometido desde Madrid distintos dirigentes, como Soraya, Cospedal, Arenas o Zoido, por citar a quienes han maniobrado de espaldas a la militancia andaluza del partido en los últimos años. No obstante, en el supuesto de que se produjese el milagro con el que muchos sueñan en el centro-derecha, que la suma de escaños pudiese desbancar al PSOE de la Junta, el PP de Pablo Casado no dudaría en contar para ello con los votos de Ciudadanos y Vox.

En cinco días habrá terminado todo; o comenzado, según se mire.


                                                                                      PEPE FERNÁNDEZ   Vía VOZ PÓPULI

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