La Comisión corrige el plan presupuestario del Gobierno y advierte de que el déficit estructural apenas bajará una décima en 2019, pese a que el objetivo quiera reducirlo en cuatro décimas
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. (Reuters)
Cuando el Gobierno presentó las líneas maestras del presupuesto para 2019 prometió que se habían acabado los 'espejismos fiscales'. La ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguró que el Gobierno había adoptado "una política responsable,
sentando las bases para un saneamiento permanente de nuestras cuentas
públicas que no solo se apoye en la situación cíclica y, por supuesto,
en línea con los compromisos europeos".
Con esta contundencia, la ministra se comprometía a proyectar un ajuste estructural del déficit público de cuatro décimas del PIB, unos 5.000 millones de euros. Los números que presentó a Bruselas así lo recogían, pero a medida que las instituciones los van analizando en detalle, confirman que las cuentas no cuadran.
El Ejecutivo minusvaloró los gastos comprometidos con Unidos Podemos e infló su previsión de ingresos con la subida de impuestos. Así lo detalló la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y esta semana lo ha refrendado la Comisión Europea. Bruselas advierte en sus previsiones económicas de otoño que el ajuste del déficit que ha planteado el Gobierno en el plan presupuestario apenas alcanza una décima del PIB, cuatro veces menos de lo prometido. Esto significa que el ajuste volverá a ser cíclico y no generará el "saneamiento permanente" que prometió Calviño.
La Comisión Europea estima que el déficit público estructural caerá del 3,2% del PIB al 3,1%, lo que significa que si no fuese por el incremento del PIB nominal (crecimiento más inflación), España apenas conseguiría avances en la corrección de las cuentas públicas. "Esta previsión está basada en una evaluación prudente de las medidas incluidas en el plan presupuestario de 2019. En particular, hay una incertidumbre sobre la recaudación de las nuevas medidas de impuestos así como el impacto fiscal de la subida planeada del salario mínimo interprofesional (SMI)", explica la Comisión.
No solo eso: España volverá a ser el país europeo con mayor déficit estructural y el único que todavía lo mantendrá por encima del 3%, si se cumplen las estimaciones de la Comisión Europea. Estará incluso por encima de Italia, que después de toda la polémica por su plan presupuestario, se quedará en el 3% de déficit estructural. La única esperanza que muestra Bruselas sobre una corrección más intensa del déficit en España es que el Gobierno no sea capaz de aprobar a tiempo todas las políticas de gasto acordadas. Un consuelo que en ningún caso supone un alivio estructural de las cuentas públicas.
Bruselas mostró sus dudas sobre los números de Sánchez en una carta remitida al secretario general del Tesoro y Política Financiera, Carlos San Basilio. La principal incertidumbre de la Comisión era que el plan presupuestario apenas contenía detalles sobre las medidas de ingresos, de modo que era (y es) muy difícil juzgar las cuentas que ha elaborado el ejecutivo. En su respuesta, el Gobierno aseguraba que el plan presupuestario recoge el mayor ajuste estructural del déficit desde 2013, algo que la Comisión no se cree, ya que estima que la reducción será de apenas una décima del PIB.
España saldrá del procedimiento de déficit excesivo de la Comisión Europea en 2019, lo que se conoce como el 'brazo preventivo'. Lo hará tras bajar el déficit público nominal por debajo del 3% del PIB al cierre de este año. A partir de ese momento, Bruselas empezará a vigilar que España realiza un ajuste estructural del déficit, esto es, permanente. Para 2019 exigía una reducción del déficit de seis décimas del PIB, pero finalmente el Gobierno convenció a la Comisión de que sería suficiente con recortarlo en cuatro décimas. No obstante, el plan presupuestario apenas incluye una décima de ajuste, si las previsiones de Bruselas son correctas.
Las previsiones de la Comisión y las de la AIReF mostraban claramente que las medidas recogidas en el plan presupuestario serían incapaces de conseguir los ingresos que figuraban en el mismo. Para dar un poco más de veracidad a sus cifras, comunicó a los dos organismos que también pretendía subir entre un 10% y un 12% las bases máximas de cotización a la Seguridad Social para aumentar la recaudación entre 1.000 y 1.100 millones de euros.
"El Gobierno ha manifestado su intención de incluir en los PGE una subida de las bases máximas de cotización aunque el plan presupuestario no recoge específicamente esta medida", explica la AIReF en su informe sobre las líneas presupuestarias de 2019.
De hecho, el Gobierno no ha anunciado públicamente esta medida, pero es de esperar que la incluya en los Presupuestos de 2019. Esto significará un importante incremento de las cargas sociales a las empresas, especialmente en los sectores más productivos, que son los que tienen los mayores salarios. Sin embargo, ni siquiera con esta medida la Comisión Europea considera que el Gobierno esté planteando un ajuste estructural suficiente.
JAVIER G. JORRIN Vía EL CONFIDENCIAL
Con esta contundencia, la ministra se comprometía a proyectar un ajuste estructural del déficit público de cuatro décimas del PIB, unos 5.000 millones de euros. Los números que presentó a Bruselas así lo recogían, pero a medida que las instituciones los van analizando en detalle, confirman que las cuentas no cuadran.
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El Ejecutivo minusvaloró los gastos comprometidos con Unidos Podemos e infló su previsión de ingresos con la subida de impuestos. Así lo detalló la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y esta semana lo ha refrendado la Comisión Europea. Bruselas advierte en sus previsiones económicas de otoño que el ajuste del déficit que ha planteado el Gobierno en el plan presupuestario apenas alcanza una décima del PIB, cuatro veces menos de lo prometido. Esto significa que el ajuste volverá a ser cíclico y no generará el "saneamiento permanente" que prometió Calviño.
La Comisión Europea estima que el déficit público estructural caerá del 3,2% del PIB al 3,1%, lo que significa que si no fuese por el incremento del PIB nominal (crecimiento más inflación), España apenas conseguiría avances en la corrección de las cuentas públicas. "Esta previsión está basada en una evaluación prudente de las medidas incluidas en el plan presupuestario de 2019. En particular, hay una incertidumbre sobre la recaudación de las nuevas medidas de impuestos así como el impacto fiscal de la subida planeada del salario mínimo interprofesional (SMI)", explica la Comisión.
No solo eso: España volverá a ser el país europeo con mayor déficit estructural y el único que todavía lo mantendrá por encima del 3%, si se cumplen las estimaciones de la Comisión Europea. Estará incluso por encima de Italia, que después de toda la polémica por su plan presupuestario, se quedará en el 3% de déficit estructural. La única esperanza que muestra Bruselas sobre una corrección más intensa del déficit en España es que el Gobierno no sea capaz de aprobar a tiempo todas las políticas de gasto acordadas. Un consuelo que en ningún caso supone un alivio estructural de las cuentas públicas.
Bruselas mostró sus dudas sobre los números de Sánchez en una carta remitida al secretario general del Tesoro y Política Financiera, Carlos San Basilio. La principal incertidumbre de la Comisión era que el plan presupuestario apenas contenía detalles sobre las medidas de ingresos, de modo que era (y es) muy difícil juzgar las cuentas que ha elaborado el ejecutivo. En su respuesta, el Gobierno aseguraba que el plan presupuestario recoge el mayor ajuste estructural del déficit desde 2013, algo que la Comisión no se cree, ya que estima que la reducción será de apenas una décima del PIB.
España volverá a ser el país europeo con mayor déficit estructural y el único que todavía lo mantendrá por encima del 3%
España saldrá del procedimiento de déficit excesivo de la Comisión Europea en 2019, lo que se conoce como el 'brazo preventivo'. Lo hará tras bajar el déficit público nominal por debajo del 3% del PIB al cierre de este año. A partir de ese momento, Bruselas empezará a vigilar que España realiza un ajuste estructural del déficit, esto es, permanente. Para 2019 exigía una reducción del déficit de seis décimas del PIB, pero finalmente el Gobierno convenció a la Comisión de que sería suficiente con recortarlo en cuatro décimas. No obstante, el plan presupuestario apenas incluye una décima de ajuste, si las previsiones de Bruselas son correctas.
La 'trampa' del plan presupuestario
Las previsiones de la Comisión y las de la AIReF mostraban claramente que las medidas recogidas en el plan presupuestario serían incapaces de conseguir los ingresos que figuraban en el mismo. Para dar un poco más de veracidad a sus cifras, comunicó a los dos organismos que también pretendía subir entre un 10% y un 12% las bases máximas de cotización a la Seguridad Social para aumentar la recaudación entre 1.000 y 1.100 millones de euros.
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"El Gobierno ha manifestado su intención de incluir en los PGE una subida de las bases máximas de cotización aunque el plan presupuestario no recoge específicamente esta medida", explica la AIReF en su informe sobre las líneas presupuestarias de 2019.
De hecho, el Gobierno no ha anunciado públicamente esta medida, pero es de esperar que la incluya en los Presupuestos de 2019. Esto significará un importante incremento de las cargas sociales a las empresas, especialmente en los sectores más productivos, que son los que tienen los mayores salarios. Sin embargo, ni siquiera con esta medida la Comisión Europea considera que el Gobierno esté planteando un ajuste estructural suficiente.
La Comisión advierte de que el ajuste del déficit gracias al ciclo económico se agota: apenas se reducirá en dos décimas del PIB
El problema es incluso mayor de cara a 2020, ya que Bruselas estima que el ajuste del déficit gracias al ciclo económico se agota:
apenas será de dos décimas del PIB. Esto es, el impulso generado por el
crecimiento económico se va agotando con la desaceleración y los
problemas de déficit de España van quedando al descubierto. Y esta
situación llegará cuando el déficit siga todavía en el entorno del 2%,
según la Comisión, en el 1,9%, una cifra muy elevada para estar ya en la
fase descendente del ciclo económico. En resumen, el déficit nominal
tiene poco margen de mejora a partir de 2020 si no es con un ajuste
estructural. De lo contrario, la realidad mostrará que España tiene un
grave problema fiscal con unas cuentas públicas que no llegan a
equilibrarse ni en la parte expansiva del ciclo económico.
JAVIER G. JORRIN Vía EL CONFIDENCIAL
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