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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Cristóbal Colón: "El descubridor no fue un genocida"

- "Soy Cristóbal Colón de Carvajal, el vigésimo descendiente del almirante y XVIII duque de Veragua"
- El descendiente directo del almirante que en 1492 cambió la Historia responde a las afrentas contra Colón en EEUU y Bolivia
- Asegura que la obra de Bartolomé de las Casas que habla de millones de muertes es "un libro de propaganda"
- Y que son "personajes de izquierdas los que están en contra del propio Estado y tratan de destruir la Historia"


El vigésimo descendiente de Cristóbal Colón Foto: JAVI MARTÍNEZ | Vídeo: DANIEL IZEDDIN


El piso de Cristóbal Colón apunta hacia el Suroeste. Desde su terraza se ve el Palacio Real, la Catedral de la Almudena y los jardines de Casa de Campo que son su horizonte. En su salón están los blasones familiares, un dibujo de su genealogía de más de 500 años... Sobre un atril destaca la reproducción de la 'Carta de Colón anunciando el descubrimiento del Nuevo Mundo' (Editorial Taberna Libraria), la edición conmemorativa de un escrito que este año cumple 525 años.

«Es el documento más importante de la historia de la Humanidad», suelta sin titubear. Al lado, una escultura de metal del almirante cuyo dedo apunta a su heredero. Se presenta así, con voz pausada y grave: «Soy Cristóbal Colón de Carvajal, duque de Veragua y almirante de las Indias. Soy el vigésimo descendiente del almirante». Tiene manos finas y dedos gruesos, como algunos retratos del hombre que partió de Puerto de Palos buscando las Indias. Luce cabello entrecano, posee modales de colegio católico y lenguaje de enciclopedia del siglo XIX. Éste será un viaje en el tiempo. Es Cristóbal Colón por Cristóbal Colón. Colón respondiendo sobre las acusaciones contra Colón.

La lista del resto de títulos nobiliarios de este Grande de España muestra el poder de antaño de su saga... Es el XVII marqués de Jamaica, el XIX marqués de Aguilafuente, el XX almirante y adelantado de las Indias... Casi nada. Mientras el fotógrafo y el realizador de vídeo recorren su salón lleno de recuerdos colombinos, reparamos en una bandera de España que podría estar en cualquier embajada. Sale en defensa de su alcurnia, de su antepasado más ilustre, en unos días donde el mundo ha visto como en la urbe fundada como «pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles del Río de Porciúncula», hoy sencillamente Los Ángeles (EEUU), se derribaba la estatua de Colón.

«Sus actos contribuyeron al mayor genocidio jamás registrado», espetó el concejal Mitch O'Farrell. En La Paz (Bolivia), vándalos han manchado de negro el monumento en su honor y han colocado frases como: «Colón fascista», «genocida»...

Mensaje a O'Farrell


El vigésimo descendiente no está dispuesto a dejar pasar la afrenta, ni que la palabra más repetida de Norte a Sur sobre el legendario marino genovés se lance sin una respuesta. Mira a la cámara, frunce el ceño y dice sereno: «Colón nunca fue un genocida. Ni su ética lo hubiera permitido... ni hay prueba histórica que lo sostenga».


Lanza un mensaje al edil norteamericano que ha hecho suya la campaña contra Christopher Columbus, como le denominan en los EEUU de Trump: «A O'Farrell le haría sólo una pregunta, ¿quién exterminó a los indios de Norteamérica? Mi antepasado no lo hizo. No pisó el territorio». Desde su perspectiva, solo desde la ignorancia se puede sostener algo así. El duelo comienza así.

Hay escritos clave para entender estas diatribas contra Colón. Bartolomé de las Casas llega a decir que se pasaron de unos tres millones de indios -en La Española, hoy República Dominicana y Haití-, a su exterminio casi total, a dejar una población de decenas de miles para cuando Colón muere, en 1506, solo 14 años después de que Rodrigo de Triana gritara «¡Tierra!, ¡Tierra!».

-De las Casas ve a indios esclavizados en España y eso le marca...

-Fray Bartolomé de las Casas era un encomendero. Tenía unos indios a su cargo para enseñarles lo que era la religión. Después tiene una evolución en su vida. Se convierte en historiador. Y en uno de los dos principales sobre la figura de Colón [le atribuyen la salvación del llamado 'Diario de abordo', sobre su primer viaje, cuyo original se perdió], junto con Hernando Colón, su hermano [Historia del Almirante]. Primero analiza los personajes de la primera etapa de la conquista como historiador. Después en su libro 'Brevisima destrucción de las Indias', ya no hace una tesis histórica. Es un manual de propaganda...

Las cifras dadas por De las Casas siempre han sido cuestionadas y fueron utilizadas por las potencias rivales del imperio español. Iván Vélez, autor del libro 'Sobre la Leyenda Negra', coincide con el heredero del Almirante. «No hubo tal genocidio. No puede llamarse así... Bartolomé de las Casas da estimaciones exageradas. Lo hace para defender a los indios». Señala, asimismo, que las más prudentes son las cifras que da Ángel Rosemblat, en 'La población indígena de América: Desde 1492 hasta la actualidad'.

Rosemblat hace estas estimaciones: «Una población de 100.000 habitantes nos parece lo máximo que podía haber sustentado la isla en 1494, cuando se inició el choque con el blanco, y es también lo máximo que permiten suponer los 60.000 habitantes con que contaba, según parece, en 1508». ¿Y las 40.000 muertes restantes? «Se ha dicho que la caballería invisible de los microbios ha hecho en toda conquista más víctimas que las armas» (Rosemblat, dixit). Eso sin negar que, a posteriori, se produjeran cientos de miles de muertes a manos de los conquistadores. «Colón quería establecer una factoría de esclavos. Lo que es cierto es que si quieres esclavos, no los exterminas», completa Vélez. La esclavitud, sin tapujos, es su sombra.

-¿Cómo se explica?

-Inicialmente para Colón hay una separación muy clara de los indios buenos y los indios malos. Él tuvo una relación muy cordial con los indios a su llegada. Después cuando regresa se encuentra destruido el Fuerte Navidad. Surge el primer conflicto. Antes hubo un hallazgo importante. Al pasar por la isla de la Guadalupe descubre que hay indios que son caníbales. Encuentran al entrar en un poblado unos pucheros con restos humanos. Eso le repugna. Le propone a la reina esclavizarles para que aprendan la fe en Cristo. Y librar, además, a los indios buenos de esa lacra.

-Aun así es lo perturbador en su legado... La esclavitud.

-Con los primeros indios caníbales llegados a España como esclavos, se acaba este debate. España tenía ya el reto de las Islas Canarias donde había aborígenes que pasaron por un proceso semejante. Ése fue el modelo. Pero rápidamente se dio un giro. Se produjo un debate ético. De allí se determina que los indios no podían ser esclavizados...

-Y la reina Isabel La Católica le retiró del poder...

-Colón fue un explorador. Él no se dedicó a gobernar. No le dejaron, los reyes le relevaron del mando enseguida. Él dedicó todo su tiempo a descubrir nuevos territorios. Desde la desembocadura del Orinoco hasta Honduras, con un tramo al norte de Venezuela. Con todo eso, él no tiene tiempo de exterminar al indio. Tampoco tenía voluntad de ello. Todo lo contrario. Tenía un sentimiento religioso muy arraigado. No entraba en su ética matar indios.

-En estos tiempos ser el vigésimo descendiente de Colón significa cargar con el peso de esa herencia, enfrentarse a estas acusaciones...

-Cuando yo era joven, el rol lo llevaba mi padre. Él tenía que ir a ciertos actos como Cristóbal Colón.

Cuando mi padre no estaba me tocó asumir ese rol. Es un orgullo descender del hombre que protagonizó el cambio más importante para la humanidad. A pesar de la controversia actual no todo es así. Para las élites intelectuales ese debate no existe. Saben la respuesta.

El escritor Arturo Pérez Reverte: «Al pobre Colón lleva tiempo cayéndole la del pulpo. Él sólo quería descubrir un mundo nuevo al otro lado del Atlántico, y se jugó el tipo para conseguirlo, gracias al apoyo que le dieron los reyes de España -ese país ahora de pronto inexistente- allá por el año 1492. Pero ya ven. Ha acabado comiéndose un marrón genocida como el sombrero de un picador: Cristina Kirchner le demolió la estatua en Buenos Aires... innumerables cantamañanas de toda condición y pelaje andan buscándole las vueltas a don Cristóbal».

-También está el silencio de las autoridades españoles ante las afrentas a su legado. Colón representa a España más que a Italia y son ellos quienes más le defienden.

-Eso me ha llamado poderosamente la atención en esta historia. Cabe recordar además que en el mundo americano, la mayor parte de las estatuas colombinas han sido levantadas por los italianos.

Ellos, felizmente, no se dejan manipular.

-¿Cómo vuelve ahora la leyenda negra de Colón?

-La leyenda negra española siempre, de forma tradicional, ha excluido a Colón. Últimamente se le ha querido incluir por individuos que no son historiadores. Sucede de una forma tendenciosa. La leyenda negra española nace de las guerras en Europa. Y son guerras psicológicas. España dominaba Europa. Sus enemigos trataban de desgastar el poder imperial. Se aprovechan del libro de propaganda que hizo De las Casas. Uno lee las cifras que manejó y era imposible que ocurriera así. Sin negar que hubiera transgresores de las leyes. Que los hubo como los hay ahora.

-Hasta su origen es cuestionado. ¿De donde considera que es Colón?

-He mantenido una actitud salomónica. Lo he dejado en manos de historiadores profesionales. Manteniendo esa equidistancia he escrito prólogos a libros con tesis distintas.

-Sí es cierto que su apellido lleva 19 generaciones ya en España.

-La familia, una vez que obtiene de los Reyes el tratamiento de almirante, y su hijo trato de virrey, se queda en España... La rama principal, a la que pertenezco, siempre ha permanecido aquí.

-«Es una agresión cultural retirar estatuas de Colón», clama Santiago Muñoz y Machado, último Premio Nacional de Historia...

-Es que no tiene base histórica. No se dedicó a matar indios. Era un descubridor, un explorador ...

-Cambiando de tema, mencionó a su padre antes. Él fue asesinado por ETA en 1986...

-Es muy difícil de aceptar que un padre fallece de una muerte en un accidente. Pero es mucho más terrible si ocurre como un atentado. Te marca la vida. Luego siempre uno trata de convivir, de olvidar aquello... Pero siempre permanece.

-Apenas se mencionó que era descendiente directo de Colón...

-Indudablemente no había que darle mayor publicidad al terrorismo. Actuamos con prudencia.

"Un desastre familiar"


Lo dice con una serenidad y elegancia que asombra. Es el vigésimo Colón. Descendiente también de ganaderos y agricultores. «Un antepasado a principios del siglo XX fue ministro de Marina. Otro fue capitán general de las galeras que España tenía en el Mediterráneo». Reconoce que su apellido cargó con un estigma. «La familia tuvo una maldición. El legado colombino generó muchos pleitos por los dineros que suponía. Hubo peleas en las distintas ramas de la familia. Fue un desastre familiar y económico».

-Los seguidores de Ada Colau, como recuerda Pérez Reverte, han dicho cosas similares a las del concejal de Los Ángeles...

-Precisamente, estos personajes de izquierdas son los que están en contra del propio Estado y tratan de destruir la Historia, el propio país. Como sea. No es solo Colon es lo que sea. Es todo.

-Y, sin embargo, sigue Colón en la zona más bella de Barcelona

-Efectivamente, es uno de los más hermosos erigidos en todo el mundo. Lo que sería preocupante es que los estudiosos, los expertos, defendieran esas ideas.

Al lado de la carta están un mueble de madera tallado por un ebanista. Muestra la partida del almirante. Dentro se oculta una Biblia encuadernada en piel. El duque de Veragua tiene dos hijos, uno de ellos es Cristóbal Cristóbal Colón XXI. Para terminar, recuerda sus vuelos como piloto de helicóptero de portaaviones. Con la mar como límite de su horizonte.


                                                                                     MARTÍN MUCHA   Vía EL MUNDO



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