Antonio Gil Moreno
Parece, y lo es, una contradicción en sus término, afirmar que "la
bondad es nociva", ya que en su propia esencia está el bien. Pero se
entiende, si nos damos cuenta que muchos actos o gestos, aparentemente
admirables, llevan por dentro efectos perniciosos. Y esto puede ocurrir,
y está ocurriendo, actualmente, en el mundo político. El reciente
acuerdo del gobierno con Podemos, de cara a los Presupuestos del Estado,
incluía una serie de medidas admirables que, en abstracto, todos
aplaudimos con nuestro corazón solidario y algunos cuestionamos con
nuestro cerebro racional. Los economistas no contaminados
ideológicamente afirmaban ya en el año 1960 que "hay medidas admirables
que producen efectos perversos". Efectivamente, ese pacto, cuyo
contenido está incluido en el proyecto de Presupuestos enviados a
Bruselas, contiene diez medidas admirables que, en principio, todos
deseamos, ya que, también en principio, contribuyen a una mayor justicia
social y distributiva. Pero, ¿qué ocurre? Sencillamente que estas
medidas admirables tendrían de inmediato unos efectos perversos. Es el
juego dialéctico que tanto se practica hoy en todos los campos de
nuestra sociedad. O si lo preferimos, es el mismo argumento de las
viejas tentaciones que se nos presentan en las páginas bíblicas: Ofrecer
sólo la cara buena, las preciosas metas, olvidando o escondiendo sus
efectos y sus consecuencias. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el
BBVA y la Confederación Española de Organización Empresariales (CEOE)
han expresado su temor a que las medidas propuestas por el gobierno y
Podemos aceleren la recesión económica que está viniendo. Y advierten
que serían doblemente nocivas ahora, cuando el contexto internacional
está cambiando de tal modo que los vientos favorables de cola, -los
bajos precios del crédito y del petróleo, el crecimiento general de la
economía-, se han tornado adversos. Y nuestros economistas
independientes nos señalan esa "bondad nociva", los efectos perversos de
esas "medidas admirables" que el gobierno propone y pacta sin rubor y a
la ligera.
ANTONIO GIL MORENO en su blog Luces en mi Agenda
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