Translate

jueves, 23 de mayo de 2019

Se buscan políticos que odien Europa para vivir de Europa


La Unión Europea (UE) se ha convertido en una sólida fuente de ingresos y 'lobby' para aquellos que quieren destruir el bloque desde dentro. 


Foto: Nigel Farage. (EFE)

Nigel Farage. (EFE)


Por donde pasa Tommy Robinson le sigue la controversia. Los mítines del fundador del partido de extrema derecha Liga de Defensa Inglesa (EDL) suelen acabar con presencia de antidisturbios para evitar que sus adeptos y críticos lleguen a las manos. Robinson, actualmente asesor de los euroescépticos del UKIP, se convirtió en un icono de la 'alt right' global tras ser condenado a 13 meses de cárcel por difundir en redes sociales videos de procesos judiciales contra musulmanes. Y, a partir del domingo, los europeos podría estar pagándole su salario por aborrecer Europa.

Este activista radical de 36 años, cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon, se ha lanzado como candidato independiente a eurodiputado por la región North West England. Si la participación es baja, tiene muchas probabilidades de ganar un euroescaño, por lo que ingresaría un sueldo de unos 90.000 euros brutos al año, según 'The Telegraph'. Además, el Parlamento Europeo le podría dar un máximo de 270.000 euros al año para contratar a asistentes.

También podría recibir un pago adicional de alrededor de 50.000 euros para “costes de oficina y viajes en primera clase”. Según el rotativo, ni siquiera hay necesidad de presentar recibos. El dinero se transfiere directamente a la cuenta del eurodiputado. Excluyendo su pensión lucrativa y las dietas, Robinson podría recibir embolsarse unos 400.000 euros brutos al año de los contribuyentes. Si finalmente el Reino Unido no abandonara la UE esta legislatura de cinco años, la suma podría ascender a más de 2 millones de euros.

No sería el primero en hacer carrera mordiendo la mano que le da de comer. Nigel Farage, protagonista indiscutible del triunfo del Brexit, lleva 20 años como eurodiputado. En 2018, abandonó por completo el UKIP por su desacuerdo con las propuestas contrarias al Islam de la actual dirección. Pero conservó su escaño -con su correspondiente sueldo y dietas- como independiente. La nueva formación del carismático Farage lidera todas las encuestas de cara a las elecciones europeas que el Reino Unido se ha visto obligado a celebrar este jueves, después de que la clase política haya sido incapaz de ejecutar el divorcio por el que los británicos apostaron hace tres años.






Sin embargo, no se puede decir que aparezca mucho por el hemiciclo. Farage tiene uno de los peores registros de asistencia, tanto en el Parlamento en Bruselas y como en Estrasburgo. Ocupa el puesto 748 de los 751 eurodiputados. Ha participado en solo el 37% de los votos realizados en los últimos cinco años, según VoteWatch Europa. Pero eso no afecta a un sueldo que ronda los 101,808 euros brutos al año.

Los eurodiputados reciben además miles de euros extra para personal, viajes y gastos de oficina, y aquellos que son miembros de un grupo tienen acceso a más fondos públicos. Además, están las pensiones lucrativas. Por ejemplo la de Farage ronda los 79.000 euros anuales.

Cómo la UE financia el populismo


La gran ironía es que tanto Farage como otros líderes euroescépticos lejos de utilizar estos recursos para impulsar el proyecto comunitario los emplean en potenciar su mensaje contra la UE, ya sea en sus respectivos países o en otras plazas influyentes. Se trata de una práctica ilegal, pero extendida.

El año pasado, los auditores del Parlamento Europeo obligaron a Farage a pagar 40.000 euros tras concluir que el asistente que había contratado, Christopher Adams, no trabajaba para menesteres de la UE.




Por su parte, Roger Helmer, otro de los eurodiputados del UKIP, dimitió en 2017 sin dar ningún tipo de explicación después de que una investigación parlamentaria le obligara a pagar alrededor de 150.000 euros por el supuesto uso indebido de fondos públicos.

Bajo las reglas de la UE, los asistentes de los eurodiputados a tiempo completo no tienen permitido hacer un trabajo remunerado para un partido político nacional. Los asistentes a media jornada pueden tener un segundo empleo, tanto remunerado como voluntario, siempre y cuando sea aprobado por las autoridades parlamentarias para evitar un conflicto de intereses.

Durante años, Bruselas se limitó a asumir que los eurodiputados actuaban según las normas establecidas. Pero con el auge de los movimientos euroescépticos han venido prestando más atención.
En 2016, por ejemplo, a un grupo dominado por UKIP se le negaron 501.000 euros en fondos comunitarios tras descubrirse cómo habían canalizado dinero de la UE para la campaña Farage en las elecciones generales de 2015 en el Reino Unido. El euroescéptico ha intentado sin éxito entrar a Westminster hasta en siete ocasiones.

El Reino Unido no es un caso único. El año pasado el máximo tribunal de la UE desestimó una apelación de la líder de la extrema derecha francesa Marine Le Pen contra una orden del Parlamento Europeo para pagar 41.554 euros empleados para asuntos que nada tenían que ver con el bloque. Su padre, Jean-Marie Le Pen, exlíder de la formación bautizada ahora como Agrupación Nacional, también fue obligado a reembolsar el año pasado más de 300.000 euros empleados en contra de la normativa.

El lobby antieuropeo



El caso no se limita al Reino Unido. El año pasado, el máximo tribunal de la UE desestimó una apelación de la líder de la extrema derecha francesa Marine Le Pen contra una orden del Parlamento Europeo para pagar 41.554 euros empleados para asuntos que nada tenían que ver con el bloque. Su padre, Jean-Marie Le Pen, ex líder de la formación bautizada ahora como Agrupación Nacional, también fue obligado a reembolsar el año pasado más de 300.000 euros empleados en contra de la normativa.


El gasto de la UE en este tipo de actividades podrían incrementarse por el esperado aumento de las fuerzas euroescépticas en el hemiciclo de Bruselas que reforzarán política y financieramente grupos como la Europa de las Naciones y las Libertades, una alianza de extrema derecha que cuenta, hasta ahora, con 37 eurodiputados de partidos como la Liga (Italia), Agrupación Nacional (Francia) y el Partido Holandés por la Libertad, liderado por Geert Wilders.

Además de una sólida fuente de ingresos, la UE se ha convertido en el mejor 'lobby' para aquellos que quieren destruir el bloque desde dentro.

“Por inaudito que parezca la UE se ha convertido en el mejor centro de reunión para los partidos euroescépticos", explica a El Confidencial una importante figura del Partido del Brexit que pidió no ser identificada. "Es una plataforma fantástica. Nunca antes habíamos tenido tanta facilidad para estar en contacto los unos con los otros”.


                                                                            CELIA MAZA   Vía EL CONFIDENCIAL



No hay comentarios:

Publicar un comentario