La Unión Europea (UE) se ha convertido en una sólida fuente de ingresos y 'lobby' para aquellos que quieren destruir el bloque desde dentro.
Nigel Farage. (EFE)
Por donde pasa Tommy Robinson le sigue la controversia. Los mítines
del fundador del partido de extrema derecha Liga de Defensa Inglesa
(EDL) suelen acabar con presencia de antidisturbios para evitar que sus
adeptos y críticos lleguen a las manos. Robinson, actualmente asesor de
los euroescépticos del UKIP, se convirtió en un icono de la 'alt right' global tras
ser condenado a 13 meses de cárcel por difundir en redes sociales
videos de procesos judiciales contra musulmanes. Y, a partir del
domingo, los europeos podría estar pagándole su salario por aborrecer
Europa.
Este activista radical de 36 años, cuyo nombre real es
Stephen Yaxley-Lennon, se ha lanzado como candidato independiente a
eurodiputado por la región North West England. Si la participación es
baja, tiene muchas probabilidades de ganar un euroescaño, por lo que ingresaría un sueldo de unos 90.000 euros brutos al año, según 'The Telegraph'. Además, el Parlamento Europeo le podría dar un máximo de 270.000 euros al año para contratar a asistentes.
También
podría recibir un pago adicional de alrededor de 50.000 euros para
“costes de oficina y viajes en primera clase”. Según el rotativo, ni siquiera hay necesidad de presentar recibos.
El dinero se transfiere directamente a la cuenta del eurodiputado.
Excluyendo su pensión lucrativa y las dietas, Robinson podría recibir
embolsarse unos 400.000 euros brutos al año de los contribuyentes. Si
finalmente el Reino Unido no abandonara la UE esta legislatura de cinco años, la suma podría ascender a más de 2 millones de euros.
No sería el primero en hacer carrera mordiendo la mano que le da de comer. Nigel Farage, protagonista indiscutible del triunfo del Brexit, lleva 20 años como eurodiputado.
En 2018, abandonó por completo el UKIP por su desacuerdo con las
propuestas contrarias al Islam de la actual dirección. Pero conservó su
escaño -con su correspondiente sueldo y dietas- como independiente. La
nueva formación del carismático Farage
lidera todas las encuestas de cara a las elecciones europeas que el
Reino Unido se ha visto obligado a celebrar este jueves, después de que
la clase política haya sido incapaz de ejecutar el divorcio por el que
los británicos apostaron hace tres años.
"Nos llevará 40 años salir de la UE": candidato del Partido del Brexit por Londres
Sin
embargo, no se puede decir que aparezca mucho por el hemiciclo. Farage
tiene uno de los peores registros de asistencia, tanto en el Parlamento
en Bruselas y como en Estrasburgo. Ocupa el puesto 748 de los 751
eurodiputados. Ha participado en solo el 37% de los votos realizados en los últimos cinco años, según VoteWatch Europa. Pero eso no afecta a un sueldo que ronda los 101,808 euros brutos al año.
Los
eurodiputados reciben además miles de euros extra para personal, viajes
y gastos de oficina, y aquellos que son miembros de un grupo tienen
acceso a más fondos públicos. Además, están las pensiones lucrativas.
Por ejemplo la de Farage ronda los 79.000 euros anuales.
Cómo la UE financia el populismo
La
gran ironía es que tanto Farage como otros líderes euroescépticos lejos
de utilizar estos recursos para impulsar el proyecto comunitario los emplean en potenciar su mensaje contra la UE, ya sea en sus respectivos países o en otras plazas influyentes. Se trata de una práctica ilegal, pero extendida.
El
año pasado, los auditores del Parlamento Europeo obligaron a Farage a
pagar 40.000 euros tras concluir que el asistente que había contratado,
Christopher Adams, no trabajaba para menesteres de la UE.
May chantajea a Westminster: ofrece un 2º referéndum si aprueban su plan del Brexit
Por su parte, Roger
Helmer, otro de los eurodiputados del UKIP, dimitió en 2017 sin dar
ningún tipo de explicación después de que una investigación
parlamentaria le obligara a pagar alrededor de 150.000 euros por el
supuesto uso indebido de fondos públicos.
Bajo las reglas de la
UE, los asistentes de los eurodiputados a tiempo completo no tienen
permitido hacer un trabajo remunerado para un partido político nacional.
Los asistentes a media jornada pueden tener un segundo empleo, tanto
remunerado como voluntario, siempre y cuando sea aprobado por las
autoridades parlamentarias para evitar un conflicto de intereses.
Durante
años, Bruselas se limitó a asumir que los eurodiputados actuaban según
las normas establecidas. Pero con el auge de los movimientos
euroescépticos han venido prestando más atención.
En 2016, por ejemplo, a un grupo dominado por UKIP se le negaron 501.000 euros en fondos comunitarios tras descubrirse cómo habían canalizado dinero de la UE para la campaña Farage en
las elecciones generales de 2015 en el Reino Unido. El euroescéptico ha
intentado sin éxito entrar a Westminster hasta en siete ocasiones.
El
Reino Unido no es un caso único. El año pasado el máximo tribunal de la
UE desestimó una apelación de la líder de la extrema derecha francesa
Marine Le Pen contra una orden del Parlamento Europeo para pagar 41.554 euros empleados para
asuntos que nada tenían que ver con el bloque. Su padre, Jean-Marie Le
Pen, exlíder de la formación bautizada ahora como Agrupación Nacional,
también fue obligado a reembolsar el año pasado más de 300.000 euros
empleados en contra de la normativa.
El lobby antieuropeo
El
caso no se limita al Reino Unido. El año pasado, el máximo tribunal de
la UE desestimó una apelación de la líder de la extrema derecha francesa
Marine Le Pen
contra una orden del Parlamento Europeo para pagar 41.554 euros
empleados para asuntos que nada tenían que ver con el bloque. Su padre,
Jean-Marie Le Pen, ex líder de la formación bautizada ahora como
Agrupación Nacional, también fue obligado a reembolsar el año pasado más
de 300.000 euros empleados en contra de la normativa.
El gasto de
la UE en este tipo de actividades podrían incrementarse por el esperado
aumento de las fuerzas euroescépticas en el hemiciclo de Bruselas que
reforzarán política y financieramente grupos como la Europa de las
Naciones y las Libertades, una alianza de extrema derecha que cuenta,
hasta ahora, con 37 eurodiputados de partidos como la Liga (Italia),
Agrupación Nacional (Francia) y el Partido Holandés por la Libertad,
liderado por Geert Wilders.
Además de una sólida fuente de
ingresos, la UE se ha convertido en el mejor 'lobby' para aquellos que
quieren destruir el bloque desde dentro.
“Por inaudito que parezca
la UE se ha convertido en el mejor centro de reunión para los partidos
euroescépticos", explica a El Confidencial una importante figura del
Partido del Brexit que pidió no ser identificada. "Es una plataforma fantástica. Nunca antes habíamos tenido tanta facilidad para estar en contacto los unos con los otros”.
CELIA MAZA Vía EL CONFIDENCIAL
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