La profesora y directora del Centro de Política Europea de la Universidad de Copenhague, la misma que puso contra las cuerdas a Puigdemont en Dinamarca, ha publicado libro. Se trata de 'La tribalización de Europa'
Marlene Wind en entrevista con Vozpópuli
Clara Rodríguez
Hace ya un año de aquel episodio. Puigdemont
recién se había fugado de la Justicia tras ser acusado de rebelión y
comenzaba su gira europea proclamándose a sí mismo como perseguido
político. Hasta ese momento, el entonces presidente de la Generalitat
había convocado un referéndum ilegal, declarado unilateralmente la
independencia y dejado en la estacada a sus socios políticos, quienes hoy enfrentan en el banquillo los delitos que él no piensa afrontar ante los tribunales.
En aquel entonces, Marlene Wind, profesora y directora del Centro de Política Europea de la Universidad de Copenhague, puso contra las cuerdas a Puigdemont
en una conferencia pública que dejó al político independentista al
descubierto. Un año después de aquel acre episodio para el expresident,
Wind publica un libro que toca, entre otros, el tema del independentismo
catalán. Se trata de La tribalización de Europa, un ensayo publicado por Espasa que trae a Wind de visita a España esta semana.
Le preocupa la deriva catalana a la profesora Wind. En ella está la semilla de las segregaciones que impulsaron las limpieza étnicasWind aborda en este ensayo los fenómenos de tribalización en medio de la globalización: desde la elección de Donald Trump o el referéndum del brexit hasta el separatismo catalán, al que propina un buen repaso en las páginas de este ensayo en un capítulo titulado 'El fantasma catalán'. Se centra en la naturaleza ilegal de la consulta del 1-O como mecanismo de activismo político y manipulación popular, así como en los desaciertos del Gobierno español en la gestión política de lo ocurrido. Las cargas militares de aquella jornada le hicieron todo el trabajo a los independentistas, asegura Wind, quien emplea ese episodio para explayarse en su tesis del tribalismo.
Le preocupa la
deriva catalana a la profesora Wind, porque identifica en ella una
lógica excluyente e intolerante, la semilla de las segregaciones que
impulsaron limpiezas étnicas más propias de los Balcanes que de las
sociedades con valores modernos y liberales, como Cataluña. Así lo
explica Wind en una conversación directa, afable y honesta. Especialista
en cambios institucionales y tratados de la Unión Europea, Marlene Wind es
una figura de impacto mediático en el entorno danés.
Politóloga
respetada, ha trabajado el tema de los tribunales nacionales en los
procesos de integración europea, así como el rol del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
¿Quién ha sido la punta de lanza de esta nueva tribalización de Europa: Cataluña o Inglaterra?
Es
difícil saberlo. En los últimos años hemos visto cómo muchas de estas
tendencias se han dado de manera simultánea en toda la Unión Europea.
Ésa es una de las ideas clave sobre las que reflexiono en el libro. Es
casi un fenómeno transversal, lo extraño es que a pesar de eso, no está
coordinado. Esta tendencia a la tribalización ocurre en muchos lugares
al mismo tiempo, no solo en Cataluña, también en Inglaterra o Escocia,
por eso en el libro elijo y desarrollo estos tres casos.
Atribuye
el fenómeno al populismo, sin embargo … ¿no estuvo siempre ahí esa
tendencia de Europa a la disgregación, casi como parte de su génesis?
Es
una manera de verlo. La Unión Europea ha intentado pelear contra estas
tendencias tribalistas, por eso habla de la unidad en la diversidad. La
UE siempre ha propiciado e insistido en el hecho de que todas las
naciones conservaran su propia identidad, al mismo tiempo que les pedía
la colaboración entre unas y otras en la construcción de un elemento en
común. No hay contradicción en mantener una identidad y al mismo tiempo
formar parte de algo grande. Eso ha ocurrido, por cierto, en Cataluña:
ha preservado su lengua y su cultura, aunque forme parte de algo mayor.
No hace falta construir muros para preservar una cultura.
Pero fíjese: los catalanes aseguran
que su cultura ha sido irrespetada por España, que la amenaza. El mismo
argumento de los euroescépticos: el otro como amenaza.
Ese
es uno de los mayores malentendidos. Algunos políticos creen que para
preservar la cultura de un país es necesario declarar una guerra. De
hecho, en Cataluña, están luchando una guerra que no es necesaria.
Cataluña
le reprocha a España la opresión, cuando en realidad ésta ha impulsado
tanto el uso de la lengua, como las competencias autonómicas
Ha
habido una mala conciencia de España, en buena medida debido al el
franquismo. Eso es comprensible, pero la cuestión es: después de tantos
años… ¿para qué seguir? Las culturas distintas, y también en España,
pueden vivir conjuntamente sin tener esta lucha perpetua. En Cataluña
tenemos una sociedad muy avanzada y muy rica… ¿para qué necesita meterse
en esta pelea cultural con España? Esa no es la reacción de alguien que
a pertenece a cultura moderna, como lo es Cataluña. Es una reacción más
bien tribal.
En la lógica del discurso independentista, es una reacción ante un poder opresivo, el de España en este caso.
Pero
es que eso no tiene sentido. ¿Qué pasa cuando luchas una guerra basada
en la cultura y no estás oprimido? Es muy peligroso, porque implica un
mensaje del tipo: mis argumentos no son discutibles, no pueden serlo. No
puedes comprenderme porque no entiendes mi cultura. Eso es peligroso y
aterrador, porque este tipo de pensamiento ha resultado ha desembocado
en procesos como la limpieza étnica. Lo que pasa en Cataluña no es lo
mismo que la limpieza étnica, pero tiene la misma lógica. Hay que
dialogar, pero no sobre ese único punto de partida de la cultura.
Atiza
fuertemente al independentismo, también a la gestión de Mariano Rajoy.
¿Qué piensa de la actuación del Gobierno de Sánchez frente al
secesionismo?
Preferiría no opinar sobre
políticas que están en marcha, pero creo que el Gobierno de Pedro
Sánchez ha tenido una aproximación más productiva que la de Rajoy al
problema catalán. Hay una disposición más clara y más aguda de resolver
esto, que es tenderles una mano y ofrecer diálogo. Es muy difícil que
alguien no se siente cuando la oferta de diálogo está hecha.
Sí, y sin embargo los independentistas lo han rechazado.
Justo
por eso creo que el diálogo es la manera más inteligente de abordar
este tema. No creo que eso ponga al Estado español en una situación de
debilidad. No están discutiendo la independencia, sino la manera más
propicia para que la mayoría catalanes que se sienten como tales y que
al mismo tiempo quieren formar parte de España, puedan permanecer juntos
y vivir así en el futuro. Eso no es debilidad.
Ante las presiones independentistas, quizás sí lo sea.
Si
ellos insisten en presentarse como víctimas y en privilegiar sus
derechos y su verdad, nunca llegarán al entendimiento. Por eso creo que
es necesario enfatizar el hecho de que la mayoría de los catalanes no
están interesados en la violencia y la separación que vende una parte,
sino en continuar con sus vidas, seguir atrayendo a las compañías,
haciendo negocios, continuar con el buen desarrollo que impera en
España, cuyo proceso económico es increíble y elogiable. Por eso es
importante abordar esta situación de manera inteligente, con diálogo.
¿Cuantas generaciones le costará a Cataluña recuperarse de esto?
Si
esta lucha no para, muchas generaciones futuras se verán desprovistas
de su posibilidad de amar España y no sólo eso. Estarán condenadas a
replicar ese odio a través de las generaciones siguiente y eso ha
ocurrido en buena medida gracias al sistema escolar y de medios, que
propagan ese mensaje y contribuyen a esa sensación de ‘nosotros, los
catalanes, contra España’. Eso no es bueno para ninguna sociedad.
Tras
más de un año después de confrontarlo verbalmente, ¿qué opina de Carles
Puigdemont y más específicamente, del independentismo?
Creo
que Puigdemont ha experimentado un gran shock, que tiene una gran
herida que no se esperaba: esa campaña y esa máquina de propaganda que
tanto le funcionó a la hora de vender que eran víctimas, comienza a ser
cuestionada y ha dejado de dar resultado. Ahora se ha cuestionado la
legitimidad de esta narrativa tan simple con la que no han sido capaces
de defenderse.
Es decir, ¿el independentismo no goza de tan buena prensa en Europa como pensamos?
Al
hablar en Bruselas, los medios y los políticos ven como una narrativa
demasiado simplista que la gente está empezando a ver los dos lados. Sí
diría que el Gobierno no entiende muy bien la lógica de los medios. Y en
eso, el independentismo lo ha hecho muy bien: aprender la lógica de
esos medios, a diferencia del Gobierno, que ha sabido mucho menos. La
diplomacia clásica en Madrid lo ha hecho muy mal, tanto en quedarse
callada ante estas narrativas falsas antes como en el uso de las
comunicación después. En Cataluña y con los populismos vemos noticias
faltas todo el rato, esta maquinaria de propaganda está funcionando y el
Gobierno no ha sabido contrarrestarla. De repente la gente empezó a
cuestionarse qué hace el Gobierno español ante este mensaje tan
simplista… Creo sin embargo que cambian las tornas para Puidgmenot y los
independentistas.
KARINA SAINZ BORGO Vía VOZ PÓPULI
No hay comentarios:
Publicar un comentario