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lunes, 20 de agosto de 2018

¿CUÁNTO MÁS CONSENTIRÁ SÁNCHEZ A TORRA?


El Govern ha anunciado que multará a las 14 personas identificadas por los Mossos este fin de semana cuando retiraban simbología independentista en Tarragona. Se demuestra, por tanto, el afán del nacionalismo por politizar este cuerpo policial contra toda lógica constitucional. Una politización que contrasta, además, con las quejas internas de algunos funcionarios que cuestionan que se pueda identificar a nadie por retirar propaganda separatista.

No hay que olvidar que las multas a las que se enfrentan oscilan entre los 600 y los 30.000 euros, ni tampoco que ha sido el gobierno de Quim Torra el que ha actuado por iniciativa propia dado que no existía denuncia alguna a la policía autonómica.

Fuerza represiva


De hecho, ha trascendido, y así lo han publicitado suficientemente los separatistas, que entre los identificados habría afiliados de Cs y un agente de la Guardia Civil. Esta circunstancia le ha servido al vicepresidente Pere Aragonès para acusar directamente al Estado de "acciones intolerables" y proseguir con el argumentario victimista.

La subversión de la realidad en Cataluña es dramática. El nacionalismo juega en varios frentes que se pliegan a los dictados y al guion de Puigdemont. Mientras por una parte coacciona a la mitad de los catalanes y ocupa con sus símbolos el espacio público, por otra altera la función de los Mossos y los lanza como fuerza represiva a la caza de brujas contra los constitucionalistas.

Inacción


Pero si algo llama la atención es la inacción inaudita del Gobierno. Sin ir más lejos, la vicepresidenta Calvo argumentó este domingo que las palabras del presidente Torra en las que instaba a "atacar" al Estado no suponían más que "una frase inaceptable",  un "hecho" sin consecuencias jurídicas.

Cabe preguntarse si multas como estas no suponen ya una violación de los derechos fundamentales de ciudadanos en Cataluña y si no suponen un "hecho jurídico" para Carmen Calvo y para el Ejecutivo. Y cabe preguntarse, también, cuánto más se va a consentir a Torra, que ya ha pasado de las amenazas a los actos. 


                                                                                   EDITORIAL de EL ESPAÑOL

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