Ambas especies convivieron durante miles de años en Europa, pero es la
primera vez que se encuentra una prueba de un intercambio genético
directo, un hallazgo sin precedentes.
Excavaciones en la cueva de Denisova donde fueron hallados los restos
IAET SB RAS, Sergei Zelensky
El análisis de los restos genéticos está cambiando
nuestra visión del pasado. Gracias a la paleogenética sabemos, por
ejemplo, que los neandertales se mezclaron en repetidas ocasiones con
los Homo sapiens y que existió un tercer grupo, los llamados denisovanos,
que convivieron en el mismo espacio durante miles de años. Mediante
estas mismas herramientas de análisis genético, un equipo de
investigadores acaba de realizar un hallazgo sin precedentes y ha identificado por primera vez al producto directo de uno de estos cruces entre especies: los restos de una adolescente cuya madre era neandertal y de padre denisovano.
El trabajo, publicado este miércoles en la revista Nature,
se basa en el análisis de una serie de restos pertenecientes a un hueso
largo hallados en el año 2012 por un equipo de investigadores rusos en
la cueva de Denisova, en las montañas Altai de Siberia. Al secuenciar su
genoma, el equipo de Viviane Slon y Svante Pääbo descubrió que este individuo, identificado inicialmente como Denisova 11, era una jovende unos 13 años de edad que vivió hace unos 50.000 años
en la región. Los restos indican que su madre era una neandertal más
relacionada con los grupos de su especie que vivían en occidente
mientras que la padre era un denisovano que ya tenía alguna herencia
neandertal en su genoma.
“Nunca pensé que tendríamos tanta suerte como para encontrar a un hijo real de ambos grupos”
“Sabíamos por estudios previos que los neandertales y los
denisovanos debieron tener descendencia juntos ocasionalmente”, asegura
Slon. “Pero nunca pensé que tendríamos tanta suerte como para encontrar a un hijo real de ambos grupos”.
“Es llamativo que hayamos encontrado al hijo de un
neandertal/denisovano entre el puñado de viejos individuos cuyos genomas
hemos secuenciado”, añade Svante Pääbo,
reciente premio Princesa de Asturias y principal artífice de algunos de
los grandes avances en Paleogenética. “Los neandertales y los
denisovanos quizá no tuvieron demasiadas oportunidades de encontrarse.
Pero cuando lo hicieron, debieron aparearse con frecuencia, mucha más de la que creíamos hasta ahora”.
El hallazgo también revela algunos
aspectos interesantes sobre los movimientos de ambas especies entre
Europa y Asia. “Un aspecto interesante de este genoma es que nos permite aprender cosas sobre las dos poblaciones”, apunta Fabrizio Mafessoni,
coautor del estudio. El hecho de que el genoma de la madre estuviera
más relacionado con los neandertales del oeste de Europa indica que se
movieron de un lugar a otro con relativa facilidad miles de años antes
de desaparecer.
Referencia: The genome of the offspring of a Neandertal mother and a Denisovan father (Nature) DOI 10.1038/s41586-018-0455-x
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