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viernes, 26 de enero de 2018

Breve guía para conocer las apariciones en Garabandal y saber cuál es la posición de la Iglesia al respecto



Son muchos católicos los que nunca han oído hablar de Garabandal, otros apenas de oídas y sin saber muy bien qué es. El estreno de “Garabandal, sólo Dios lo sabeha vuelto a poner en el mapa las supuestas apariciones de la Virgen en esta pequeña aldea cántabra, más conocidas en el extranjero que en la propia España.

¿Qué pasó? ¿Qué dice la Iglesia? Para aquellos que no conozcan este fenómeno Cari Filii ofrece un esbozo de los hechos centrales que han rodeado a las apariciones de Garabandal así como de la opinión del obispado de Santander desde que sucedieran los hechos en los años 60 del pasado siglo.

Los hechos comienzan en junio de 1961

Tarde de domingo del 18 de junio de 1961. Cuatro niñas —Conchita, Mari Loli, Mari Cruz y Jacinta— de la pequeña aldea de San Sebastián de Garabandal estaban realizando una pequeña travesura robando algunas manzanas del árbol del maestro del pueblo. Estaba a la salida del pueblo, al comienzo de un empinado y pedregoso camino conocido como La Calleja. De pronto, ante ellas supuestamente se apareció el Arcángel San Miguel. Durante los días siguientes se repitieron las visitas del Ángel.



De día en día se multiplican los visitantes, provenientes cada vez de más lejos. Por fin, el 2 de julio, fiesta de la Visitación en aquel entonces, vieron por primera vez a la Virgen. Antes de desaparecer, María les prometió volver al día siguiente. Así sucedió, y no solo al día siguiente, sino en centenares de encuentros, hasta el 13 de noviembre de 1965 que terminaron los éxtasis.

Miles de personas se sintieron atraídas hasta este lugar desde el principio. Y no solo llegadas de la zona sino de toda España y de otros países. Estos hechos trastocaban la tranquilidad de la aldea pero también alertaba a las autoridades ante un fenómeno inexplicable, lo que en plena dictadura hizo que se estuviera alerta desde el principio.

Curaciones, conversiones y hasta un milagro

Muchos sacerdotes, médicos, y testigos en general, querían comprobar in situ los asombrosos fenómenos físicos de los que se decía que acompañaban a los éxtasis de las cuatro niñas. Curaciones, conversiones y hasta milagros como el de comunión visible de Conchita, a quien San Miguel depositó en su lengua la sagrada forma, apareciendo de repente en ella.

Momento del milagro de la comunión visible que captó una cámara en Garabandal
Las apariciones de Garabandal provocaron reacciones diversas, desde personas que creyeron a las niñas, otras que se fueron sumando y detractores que consideraban todo un fraude y que acusaban a las niñas de querer llamar la atención.

Los dos mensajes de la Virgen

A lo largo de los cuatro años que duraron los hechos de Garabandal, la Virgen comunicó dos mensajes muy concretos que las niñas debían hacer públicos.

El primero se produjo el 18 de octubre de 1961 y decía: “Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande”.

El segundo fue años más tarde, el 18 de junio de 1965, y fue mucho más polémico debido a que el contenido hacía referencia a los sacerdotes y a la propia jerarquía.



Decía lo siguiente: “Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre de 1961, os diré que este es el último. Antes, la copa se estaba llenando, ahora, está rebosando. Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. ¡Ya estáis en los últimos avisos! Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús”.

Las profecías

Muy comentadas en su momento fueron también las profecías que la Virgen habría comunicado a las jóvenes videntes. Se trataba del aviso, el milagro y el castigo. El resumen de ellos es básicamente una llamada a la conversión, tal y como pedía la Virgen en el primer mensaje.

El aviso, según las videntes, se produciría antes del milagro. En él se daría un toque de atención a la humanidad y cada uno podrá ver su alma como Dios la ve, un pequeño avance del juicio.



El Milagro sería anunciado por Conchita ocho días antes de que sucediera por mandato de la Virgen. Conchita escribía que “lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a mí sola. Ella me ha prohibido decir en qué consistirá. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho días antes. Lo que sí puedo decir es que coincidirá con un acontecimiento de la Iglesia y con la festividad de un Santo mártir de la Eucaristía; será a la ocho y media de la tarde de un jueves; será visible para todos los que estén en el pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo. No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y televisado.”

Después del milagro, y si el mundo no se convirtiese, Dios enviaría un castigo sobre la humanidad salvo a los que serán preservados gracias a su fe.

La opinión de la Iglesia

¿Qué opina la Iglesia de las apariciones? ¿Cómo reaccionó desde el principio?

Don Valentín Marichalar Torres, párroco de San Sebastián de Garabandal, fue el primero en valorar lo que allí sucedía. Conocía a las niñas y las interrogaba tras los éxtasis. Al sacerdote le impresionaba que las pequeñas no se contradecían en sus respuestas. Tres días después de que todo comenzara, don Valentín tenía ya datos suficientes como para hacer una comunicación oficial al Obispado, donde comenzó a enviar regularmente crónicas en las que recogía con detalle todo lo que estaba sucediendo en su parroquia.

Desde el obispado se reaccionó creando una comisión de investigación, que fue encabezada por el psiquiatra Luis Morales. Apenas dos meses después de la primera aparición y cuando todavía se seguían produciendo, esta comisión concluyó que no había nada sobrenatural y se produjo así la primera nota del obispado: “Nada, hasta el presente, nos obliga a afirmar la sobrenaturalidad de los hechos allí ocurridos”.

Pero los informes de la Comisión nunca se hicieron públicos, por lo que no pudo saberse en base a qué se hacía esta negativa valoración. En 1983, el presidente de la Comisión comunicaba públicamente que se retractaba de lo que dijo en 1961, que todo era falso y que creía en las apariciones de Garabandal.
Garabandal se mantiene prácticamente igual que cuando se produjeron las supuestas apariciones
“No consta sobrenaturalidad”

En un primer momento, los obispos de Santander tomaron algunas medidas disciplinares —de acuerdo con el Código de Derecho Canónico de la época— como la prohibición de acudir al lugar a sacerdotes y religiosos. Pero esas prohibiciones fueron removidas años después por monseñor Juan Antonio del Val Gallo, que había conocido en primera persona los fenómenos de Garabandal puesto que formó parte de la primera Comisión de estudios de las apariciones muchos años antes de ser nombrado obispo de Santander. Ninguna prohibición pesa en la actualidad sobre Garabandal
Juan Antonio del Val nombró en 1989 una segunda comisión, de la que tampoco se conocen sus conclusiones, y que volvió a afirmar que “no consta” la sobrenaturalidad de las apariciones, que es en estos momentos la posición oficial de la Iglesia.

¿Qué significa esta expresión: «No consta sobrenaturalidad»? Frente a una presunta aparición, tras un correcto discernimiento, la Iglesia puede pronunciarse en una de estas maneras:

1.- «Consta el origen sobrenatural». Es decir, ha habido una aparición del Señor, de la Virgen, de un santo… Es el caso de Fátima o Lourdes, por ejemplo.
2.- «Consta el origen no sobrenatural». Es decir, no ha habido aparición y nos encontramos ante un fraude, un fenómeno de autosugestión o, en el peor de los casos, ante una intervención diabólica.
Pero cuando faltan datos y no sabe con certeza cuál es el origen de su suceso declara que «no consta el origen sobrenatural». No hay pruebas de la aparición aunque en un futuro sí se puedan dar.


Por otro lado, cabe destacar que el mensaje de Garabandal no va contra la fe y así lo han manifestado los sucesivos obispos del lugar, como monseñor Eugenio Beitia, que en 1965 aseguraba que “no hemos encontrado en materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina, ni en las recomendaciones espirituales".


                                                                                JAVIER LOZANO  Vía CARI FILII

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