El nacionalismo ejerce un enigmático embrujo sobre las mentes de
determinados dirigentes políticos que, sin militar en su campo, se dejan
arrastrar al abismo.
El embrujo nacionalista.
EFE
Es un hecho sorprendente, además de difícilmente
explicable, que fuerzas políticas que, en principio, deberían oponerse
al separatismo y combatirlo en el terreno ideológico y político con
resolución y vigor, no sólo no lo hacen, sino que, bien sea de manera
activa o pasiva, le dan alas y le facilitan su tarea disolvente y
destructiva. Los ejemplos son abundantes y han sido ampliamente
comentados, pero siempre que un episodio de este tipo vuelve a aparecer,
se reproducen el estupor y la indignación.
Ya causó extrañeza y consternación en su momento que la aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno dejara incólume la máquina de adoctrinamiento, intoxicación y fomento del odio que es la Corporación Catalana de Radio y Televisión
Ya causó extrañeza y consternación en su momento que la aplicación del artículo 155
por parte del Gobierno de la Nación dejara incólume la máquina de
adoctrinamiento, intoxicación y fomento del odio que es la Corporación
Catalana de Radio y Televisión. En vez de reemplazar de inmediato a los
directores y a los responsables de los informativos de TV3 y de
Catalunya Ràdio, auténticos comisarios políticos
al servicio del independentismo, por profesionales sin adscripción
partidista que situasen a estos poderosos instrumentos de creación de
opinión dentro del respeto a la ley y de la objetividad, el tándem
Rajoy-Soraya los mantuvo en sus puestos. Como era de esperar, las
pantallas y los micrófonos de ambas cadenas no han dejado de emitir
propaganda masiva en favor de los golpistas y de la secesión unilateral
de Cataluña de forma obscena, contribuyendo eficazmente al decepcionante
resultado de las elecciones del 21-D. De
la misma manera que se disolvió DiploCat o se cesó al Presidente de la
Generalitat, a sus consellers y al mayor de los Mossos, ¿por qué no se
actuó con similar firmeza para neutralizar esa fuente incesante de
veneno que es TV3? Insondable misterio.
La Generalitat, es decir, el Gobierno central, que es ahora quién tiene a su cargo la Administración catalana, ha desbloqueado dos millones de euros en subvenciones para la red de medios digitales independentistas
Otro suceso reciente en esta misma línea ha dejado
estupefactos a propios y extraños. La Generalitat, es decir, el Gobierno
central, que es ahora quién tiene a su cargo la Administración
catalana, ha desbloqueado dos millones de euros en subvenciones para la
red de medios digitales independentistas que incluye a cabeceras tan
sectarias como Nació Digital, Ara o Punt-Avui. En lugar de proceder a la
interrupción de semejante despilfarro, destinado directamente a
alimentar el imaginario tóxico separatista, se obliga a los contribuyentes a seguir pagando el despliegue en la red de las mentiras,
los infundios y las llamadas a la subversión propias de estos
periódicos. Y eso lo hace el Gobierno al que la Constitución -de ahí la
existencia del artículo 155- encomienda evitar que una Comunidad
Autónoma se salte el ordenamiento vigente o perjudique gravemente el
interés general.
Resulta llamativo que Podemos, un partido de ámbito nacional con un proyecto supuestamente para toda España, se suicide electoralmente al adherirse en términos tácticos y estratégicos al independentismo golpista
Siguiendo con esta clase de singulares fenómenos, resulta
llamativo que Podemos, un partido de ámbito nacional con un proyecto
supuestamente para toda España, se suicide electoralmente al adherirse
en términos tácticos y estratégicos al independentismo golpista. Con sistemática contumacia, en cada ocasión en que Pablo Iglesias y su aliada Ada Colau han tenido que elegir entre defender la unidad nacional y la Constitución o sumarse a la ofensiva separatista de Puigdemont,
Junqueras y demás tropa sediciosa, se han apresurado a ayudar los
presuntos delincuentes y a bloquear cualquier medida que les frenase. A
pesar de que esta toma de posición al lado de los separatistas y frente
al orden constitucional les está costando una sangría terrible de votos,
tanto en Cataluña como en el resto del territorio nacional, y desoyendo
a voces autorizadas de sus mismas filas como Íñigo Errejón o Carolina Bescansa,
continúan erre que erre clavando clavos en su propio ataúd. Por
ejemplo, su negativa a contribuir con sus ocho escaños en el Parlamento
de Cataluña a elegir un Presidente constitucionalista para dicha Cámara,
lo que implica entregar de nuevo una función tan decisiva a los
golpistas, repugna a la razón porque de ello no obtienen ningún
beneficio y, por el contrario, soliviantan a una parte significativa de
sus votantes y simpatizantes, que rechazan taxativamente las nefastas
consecuencias del malhadado procés.
Habrá
que concluir que el nacionalismo ejerce un enigmático embrujo sobre las
mentes de determinados dirigentes políticos que, sin militar en su
campo, se dejan arrastrar al abismo, obnubilados por los sortilegios
invocadores de la identidad, aunque esa identidad sea inventada y no sea la suya.
ALEJO VIDAL-QUADRAS Vía VOZ PÓPULI
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