La negativa a ceder un diputado al PP catalán, la renuncia al escaño de Pilar Barreiro y la exigencia de cumplimiento del pacto de investidura tensan hasta casi romper las relaciones de PP y Cs
Albert Rivera saluda a Mariano Rajoy en 2016 el día de su investidura. (Reuters)
En contraste con esta decisión de Cs, Gabriel Rufián ofreció uno de los parlamentarios de ERC para que la CUP llegase a cinco y formase grupo. Los antisistema no han hecho aprecio a la oferta muy en la línea cimarrona que acostumbran. Pero se puede ir a la hemeroteca y comprobar que el PSOE ha prestado en varias ocasiones diputados a canarios y a republicanos, especialmente en el Senado (en la Cámara alta el grupo parlamentario es de 10 escaños) y el propio PP ha hecho determinados enjuagues para cuadrar números. En estas transacciones, Cs está inédito. Los reglamentos de los parlamentos no contemplan estos préstamos parlamentarios pero el Tribunal Constitucional tiene sentenciado que, si la Mesa del legislativo correspondiente lo acepta, no hay problema alguno de ilegalidad. Estaríamos ante un uso parlamentario que Ciudadanos considera una corruptela consentida por el sistema.
Rajoy
quiere abrir el abanico de sus contactos para no quedar a merced de
Rivera. Tampoco el PNV desea que la legislatura se vaya al traste
Este asunto se está interiorizando como un 'casus belli' al que se añade la exigencia de que la senadora del PP Pilar Barreiro, imputada en el caso Púnica, deje su escaño. De no hacerlo,
Ciudadanos no apoyaría los Presupuestos Generales del Estado, como tampoco lo hará si no se concreta la equiparación salarial de los funcionarios policiales con los autonómicos vascos y catalanes y si no se cumplen algunos otros requerimientos de los 150 pactados en agosto de 2016 por Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta en función de los cuales los naranjas dieron el voto a la investidura de Mariano Rajoy. El ministro del Interior ya ha garantizado la equiparación pese a que las negociaciones presupuestarias no han comenzado. Y en el caso Barreiro, el PP tendrá que actuar como en el caso Pedro Antonio Sánchez, presidente imputado que fue de la comunidad de Murcia. Es decir, cediendo.
Mientras Cataluña siga como está, ninguno de los contendientes romperá la baraja, pero las hostilidades están ya desatadas
Rajoy quiere entenderse también con PSOE y con Pedro Sánchez, ambos en una situación de débil estabilidad, con expectativas incumplidas en Cataluña y mala recepción a las propuestas sociales del secretario general del partido, especialmente las exacciones posibles sobre transacciones bancarias para cofinanciar las pensiones. Sánchez está solo y Rajoy "mal acompañado" (Génova 'dixit') por un Rivera que adquiere cada día más radio de acción. Acaba de estar en Italia y se ha fotografiado con Renzi, un hombre de centro izquierda, al mismo tiempo que Felipe González confesaba que estaba fuera de las cuestiones de su partido, sin hablar con Sánchez, tres años sin hacerlo con Rajoy e intercambiando puntos de vista con Rivera "porque me llama". El presidente de Ciudadanos ya lo ha dicho en 'El País': él y su partido pueden gobernar con la derecha y con la izquierda (PP y PSOE).
Las relaciones entre los socios de investidura están tensas y son cada día más difíciles. El PP está dolido por el discurso electoral de Cs en Cataluña —el voto útil famoso—, por las condiciones que imponen los naranjas a la negociación presupuestaria y por la volatilidad del acuerdo de investidura que Ciudadanos atribuye a sus graves incumplimientos por el PP, entre ellos la reforma de la ley electoral, un objetivo básico de Rivera al que se resisten como gato panza arriba tanto el PP como el PSOE. En estas condiciones, la peana sobre la que Rajoy atornilla su presidencia del Gobierno puede saltar en pedazos si alguno de los misiles de Ciudadanos le impacta de lleno. De momento, mientras Cataluña siga como está, ninguno de los contendientes romperá la baraja, pero las hostilidades están ya desatadas. Nunca hubo entre los dos partidos un ambiente tan bélico.
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS Vía EL CONFIDENCIAL
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