Es el mayor cambio en el mapa político desde 1982, cuando APy los socialistas acabaron estrangulando a UCD
Desplome de Unidos Podemos, que pierde 6,4 puntos y más de 1,4 millones de votos desde las generales de 2016
España podría estar ante un cambio de ciclo político de dimensiones parecidas a las de 1982, cuando la subida del PSOE y de AP acabó estrangulando al partido en el poder, la UCD, en plena descomposición. Según la última encuesta de GAD3 realizada para ABC, Ciudadanos sería en este momento el primer partido de España en número de votos, mientras que el Partido Popular retrocedería más de 8 puntos desde las elecciones de junio de 2016 y podría quedar por debajo de la barrera psicológica de los 100 diputados.
Desde 1982, los socialistas y los populares se han alternado en el poder, en un bipartidismo que sin ser perfecto ha funcionado a rajatabla, tras dejar en la cuneta al partido del Gobierno en la Transición, la UCD. En las elecciones generales de 2015 ese bipartidismo se tambaleó, con la entrada en escena de Podemos y Ciudadanos. La evolución del primero ha sido un lento declive que parece no haber terminado aún, mientras que el partido liderado por Albert Rivera ha roto la baraja en estos últimos meses. Su victoria en las elecciones autonómicas de Cataluña podría ser solo el aperitivo de lo que se avecina en el conjunto de España.
El doble de votos
Ciudadanos dobla el resultado que obtuvo en las urnas en el verano de 2016: del 13,1 por ciento pasaría ahora al 26,2 por ciento. Adelanta por primera vez a los dos grandes partidos, al menos en número de votos, porque el sistema electoral castiga su menor presencia en las circunscripciones pequeñas, y quedaría por detrás del PP y el PSOE en escaños del Congreso.
Sus 86-90 diputados serían, en todo caso, casi el triple de los que tiene ahora mismo, y le convertirían de forma automática en árbitro de la política española. En su mano estaría pactar con el PPo el PSOE, y elegir el color del nuevo Gobierno. Los dos partidos tradicionales solo podrían mirar a Ciudadanos si quieren formar Gobierno, a no ser que se pusieran de acuerdo entre ellos, una hipótesis que en España, al contrario de otros países como Alemania, ha sido completamente irrealizable hasta ahora.
Efecto Arrimadas
El gran salto de Ciudadanos se ha producido en apenas unas semanas y la causa principal puede buscarse en el asunto que ha copado la atención nacional:la respuesta ante el desafío separatista y las elecciones catalanas. Al Gobierno del PP no le bastó el 155 para ganarse el apoyo de los españoles. El partido de Rivera, que tuvo el papel de aliado fiel del Ejecutivo y del Estado de Derecho, le superó en discurso y sentimiento. Y el resultado salta ahora a la vista: en octubre, el PP ganaba al partido naranja por 10,3 puntos y 67 diputados; en enero, Ciudadanos sobrepasa a los populares por 1,5 puntos, aunque el reparto de diputados le deja con una decena por debajo. El «efecto Arrimadas» se ha extendido ya por toda España y Ciudadanos supera en casi 400.000 votos al PP.
El trasvase de votantes en los últimos meses ha sido intenso. Ciudadanos ha doblado su número de apoyos desde junio de 2016, con 3,3 millones más de votos. Pero no todos vienen del PP. Los populares han perdido algo más de 1,8 millones. Al mismo tiempo, el PSOE ha ganado medio millón. Las cuentas solo pueden cuadrar si se mira a Podemos, que pierde 1,4 millones de votos desde las elecciones de 2016, y a la participación, que podría crecer 1,3 puntos, hasta el 71 por ciento: son casi 600.000 votantes más.
También sería la primera vez en unas elecciones generales que un partido gana en número de votos, pero no de escaños. Como régimen parlamentario que es España, el partido ganador en el Congreso sería el PP, con un 24,7 por ciento de votos y 97-101 diputados. Desde octubre ha caído 5,1 puntos y se ha dejado unos 25 diputados por el camino. Pero si se mira algo más atrás el descalabro del PPes espectacular: desde las elecciones de 2016, su caída es de 8,3 puntos y podría tener hasta 40 diputados menos. Y respecto a las elecciones de 2011, el desastre de los populares es monumental: ha perdido 20 puntos en estimación de voto y alrededor de 90 diputados.
Si se considera a Ciudadanos como una fuerza de centro derecha, la mayoría de este bloque es indiscutible: los partidos de Rajoy y Rivera suman más del 50 por ciento de los votos, que podrían traducirse en unos 190 escaños en el Congreso.
Pero el partido de Rivera puede formar una alternativa de dimensiones parecidas si gira a la izquierda y se alía con el PSOE de Pedro Sánchez. También superarían entre ambos la barrera del 50 por ciento. Los socialistas van subiendo poco a poco en las encuestas y ya están en el 24,2 por ciento de los votos, apenas cinco décimas por debajo del PP, y dos puntos menos que Ciudadanos. En número de diputados, su horquilla se sitúa entre 93 y 97, frente a los 85 que registró en las elecciones de junio de 2016.
PSOE contra Podemos
Poco a poco, el PSOE va poniendo más distancia sobre Podemos, y su fantasma más temido, el salto de la formación populista, se ha esfumado. Unidos Podemos, en sus horas más bajas tras el mal resultado de la marca defendida por Pablo Iglesias en las elecciones catalanas, cae 6,4 puntos desde los comicios generales de 2016, y su grupo parlamentario adelgazaría de golpe, desde los 71 diputados a los 42-44. Lo peor para los podemitas no sería esto, sino la irrelevancia total en la que quedarían en el Parlamento. Ninguna de las posibles fórmulas de Gobierno pasaría por ellos, muy lejos de poder ser la izquierda referente.
En el resto de los partidos con representación parlamentaria los cambios son menos espectaculares. Lo más significativo es la caída, imparable, de la antigua Convergencia, ahora PDECat y en el Grupo Mixto del Congreso. Si en junio se quedaron con ocho diputados, ahora perderían otros dos. ERC aprovecha para seguir subiendo unas décimas y gana uno o dos escaños.
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