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miércoles, 24 de enero de 2018

La 'batalla por la derecha' tumba el pacto presupuestario entre PP y Ciudadanos

Las relaciones se rompieron hace semanas, lo que deja el acuerdo de septiembre en el aire. El Ejecutivo se plantea aprobar algunas medidas por decreto ante la dificultad para sacar los PGE


Imagen de una reunión entre Rajoy y Rivera en La Moncloa. (EFE)


Hace solo cuatro meses, el Gobierno tenía atados todos los apoyos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 en tiempo y forma. Sus socios de 2017 estaban dispuestos a repetir el pacto y firmar las primeras cuentas ya fuera del Procedimiento de Déficit Excesivo, pero el referéndum de Cataluña lo cambió todo. En un primer momento tuvo que encajar el 'portazo' del PNV, que decidió bloquear las negociaciones con Moncloa, preocupado por la respuesta del Estado al 'procés'.

Sin embargo, nada tan preocupante para el Gobierno como el rejonazo de Ciudadanos. El partido naranja ha salido reforzado de las elecciones catalanas y se siente con fuerza tras las últimas encuestas a nivel nacional. Esta coyuntura favorable ha llevado a la formación a replantearse su estrategia política con una premisa clara: menos apoyar al Gobierno y más hacer oposición. El campo de batalla serán los Presupuestos Generales del Estado, la única ley que es prioritaria para Mariano Rajoy.



En las últimas semanas, Ciudadanos ha rechazado reunirse con los responsables del Ministerio de Hacienda para avanzar en las conversaciones sobre los Presupuestos, explican fuentes conocedoras de las negociaciones. El argumento que ha ofrecido Ciudadanos para cancelar los encuentros es que no aprobarán los PGE si el Gobierno no aparta a la senadora Pilar Barreiro, imputada por el caso Púnica. "Al señor Rajoy le cuesta cumplir con su palabra cuando se trata de problemas de corrupción, pero si quiere contar con Ciudadanos, va a tener que cumplirla", ha explicado el secretario general del partido de centro, José Manuel Villegas.


"Durante meses no supimos nada del Gobierno [desde octubre hasta enero] y cuando anunciamos que no seguiríamos negociando, se apresuraron a llamar", explica uno de los responsables de la negociación de Ciudadanos. Esta maniobra de Ciudadanos deja al Partido Popular en total minoría en el Congreso, lo que cierra las puertas a cualquier Presupuesto. Para retomar las conversaciones, además de apartar a Barreiro, Ciudadanos pide al Gobierno que "tenga un proyecto claro".

Durante meses no supimos nada del Gobierno y cuando anunciamos que no seguiríamos negociando, se apresuraron a llamar

El Gobierno interpreta este cambio de actitud de Ciudadanos como un pulso al Ejecutivo en su batalla por conseguir controlar los votos del centro derecha. Hasta ahora, Ciudadanos se había mostrado como la llave para que Rajoy pudiera sacar adelante algunas leyes (pocas), pero si 'se pasa' a la oposición, bloqueará la legislatura por completo.



En este punto, el PSOE de Pedro Sánchez no es una alternativa, por lo que las puertas se le cierran al Gobierno. Y lo que es más preocupante, si no es capaz de sacar adelante los Presupuestos de 2018, ya no podrá volver a prorrogar los de 2017, lo que obligaría a adelantar las elecciones generales. El Ministerio de Hacienda se marca como límite el mes de marzo para presentar al Congreso los Presupuestos Generales del Estado y así se lo ha transmitido al sindicato de funcionarios CSIF en la reunión que mantuvo con su secretario general, Miguel Borra, en la tarde del martes.

Si el Proyecto de Presupuestos no está listo antes de finales de marzo, no tendrá sentido seguir negociando, ya que será el momento de empezar a dialogar el techo de gasto para 2019, que tiene que aprobarse antes del verano. Esta es la premisa que está trasladando al resto de formaciones políticas el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Lo que no hará el ministro es presentar ante las Cámaras un Presupuesto que no tenga el respaldo previo de la mayoría del Congreso, ya que supondría un golpe político muy duro para Hacienda y para el Gobierno. O los PGE van pactados, o tocará pensar en los de 2019.

¿Año electoral?


El cambio de planes de Ciudadanos ha obligado al Gobierno a modificar su estrategia política, un giro que ha sorprendido a toda la oposición. Si hasta ahora Montoro había utilizado los Presupuestos como la única vía para realizar concesiones al resto de partidos políticos, ahora considera que es el Gobierno quien tiene que conseguir victorias políticas al margen de las cuentas públicas. Por ejemplo, en la negociación de los Presupuestos de 2017 pactó el techo de gasto con el PSOE a cambio de la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 8% y posteriormente tentó a la gestora (todavía no se habían celebrado las primarias) con permitir la jornada de 35 horas a los funcionarios a cambio de sacar adelante los PGE.



Lo mismo ocurrió con los nacionalistas. El PNV se llevó la revisión del cupo vasco y Nueva Canarias y Coalición Canaria consiguieron la actualización del Régimen Económico y Fiscal, que llevaba 23 años sin modificarse. La intención del Gobierno era repetir este modelo de negociación y realizar concesiones a cambio de unos nuevos Presupuestos. Sin embargo, el cambio de actitud de Ciudadanos aleja cualquier posible acuerdo, por lo que el Gobierno piensa ya en sacar réditos políticos sin Presupuestos.


La primera medida ha sido un anuncio por sorpresa de Montoro con el que informó a los funcionarios de que tendrían subida salarial aunque no se aprobaran los Presupuestos. Fuentes de Hacienda explican que el argumento oficial es que el Gobierno está "concienciado" de que tiene que devolver a los trabajadores públicos los esfuerzos que realizaron durante la crisis ahora que hay margen presupuestario. Sin embargo, este margen también existía hace un mes y entonces Montoro se negaba a negociar una mejora salarial al margen de los Presupuestos. De hecho, los sindicatos se han pasado meses reclamando una reunión con el ministro que no ocurrió hasta ayer, cuando se sentó con el CSIF para retomar las conversaciones.


                                                                           JAVIER G. JORRÍN   Vía EL CONFIDENCIAL 

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