En la planta noble del Bernabéu se da por amortizado a Zidane, que reconoció en rueda de prensa que se juega el puesto en la eliminatoria de Champions contra el PSG
Al Real Madrid ya solo le queda la Champions. (EFE)
El Real Madrid sigue escribiendo la crónica negra de la temporada con su eliminación en Copa del Rey ante el Leganés en los cuartos de final tras caer en el Bernabéu (1-2). Un resultado que sorprende, pero no extraña, ya que los blancos habían jugado dos partidos en la competición copera esta campaña, logrando dos empates ante dos rivales menores como Fuenlabrada (2-2) y Numancia (2-2) y haciendo valer los resultados lejos de su feudo. A Zidane le sigue salvando el histórico 2017 y que Florentino Pérez no puede fichar a ninguno de sus dos candidatos predilectos: Pochetino y Joachim Low.
El resultado de este miércoles se suma a la desastrosa campaña de los blancos en Liga, donde se encuentran a 19 puntos del Barcelona, actual líder de la clasificación. El equipo ha caído en un bache de juego y una sequía goleadora inexplicable que lo ha hecho vulnerable en defensa y estéril en ataque, donde Cristiano Ronaldo atraviesa una crisis goleadora.
Desde las oficinas del Santiago Bernabéu se señala a Zinedine Zidane como culpable de esta mala racha por su condescendencia con una plantilla acomodada, lo que no dicen desde la directiva es que está debilitada por la marcha de Pepe, James y Morata. Florentino hace mucho que se distanció de Zidane, con quien ha tenido varios roces debido a su política de fichajes, desoyendo las peticiones del técnico. Esos enfrentamientos, sumados a los pulsos entre ambos, en los que Zizou se ha colocado siempre del lado del vestuario, han enfriado la relación entre ambos. Últimamente, el técnico también se posicionó a favor de la mejora de contrato de Cristiano, algo que el club se ha negado a negociar.
El desafío de Kepa marca todo
Sin embargo, el hecho decisivo que ha roto definitivamente la relación entre ambos fue el pulso en público que Zidane mantuvo con su presidente y director general desautorizando al director deportivo por el fichaje de Kepa. El francés ha 'reventado' la llegada del joven meta vasco, un deseo del presidente, advirtiendo en sala de prensa que él no quería el fichaje del meta del Athletic. Una historia que ha concluido con la renovación inesperada de Kepa con el Athletic después de tener atado su fichaje con los blancos. Ese incidente ha puesto la cruz a Zidane.
El entrenador, que había pedido en junio la llegada de un central y un delantero, ha mantenido el pulso señalando que no quiere salidas ni entradas en enero. Se ha entregado al vestuario en medio del caos y la plantilla le ha respondido dándole la espalda deportivamente tanto en Liga como en esta eliminatoria de Copa. Zizou apuesta por la BBC y eso ha sembrado el desencanto en el resto de jugadores, futbolistas como Asensio, Lucas o incluso Isco.
Pero a Zidane le salva que los dos técnicos que tiene en la agenda Florentino Pérez, el alemán Joachim Löw y el argentino Mauricio Pochettino, tienen contrato en vigencia y no son alternativas reales en este momento para suplirle. El primero con la federación alemana, como seleccionador, y el segundo con el Tottenham. En la planta noble del Bernabéu se da por amortizado a Zidane. Se habla de él como se hablaba de Carlo Ancelotti antes de resolver su contrato, pese a que tenía un año más firmado.
"¡Claro que sé que me juego mi puesto!"
Ahora solo queda la Champions. El Real Madrid ha perdido la Liga con sus titulares y la Copa por sus suplentes. No tiene chispa ni fútbol, y en las oficinas están cansados de escuchar a Zidane aplaudir a sus 'acomodados' futbolistas. Los blancos juegan el sábado ante el Valencia, con la posibilidad de descolgarse de la cuarta posición, la última que te permite jugar la Champions.
"Me siento muy responsable de esta eliminación. La culpa es de todos, pero la responsabilidad es mía. Esto es un fracaso para mí. Es una noche muy dura. Ahora toca trabajar y preparar el partido del sábado ante el Valencia. No hay otra", advirtió en rueda de prensa el francés, que ha cambiado el discurso. "Algo ha pasado. Estoy enfadado y no entiendo lo que ha sucedido. Esto no me lo esperaba. Estoy muy decepcionado con nuestra primera parte. Asumo siempre lo que hago", añadió. Zidane concluyó asumiendo que su puesto está en el aire: "Soy el entrenador y tengo que encontrar las soluciones. ¡Claro que sé que me juego mi puesto!". Le salva que Florentino no podrá traer ya a los elegidos para suplir a Zidane. De momento..
FERMÍN DE LA CALLE Vía EL CONFIDENCIAL
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