Artur Mas interviene en la sede del PDCat
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Asistimos ayer al final de la escapada del personaje más emblemático del célebre prusés,
Pujoles al margen, ese gigantesco quilombo que ha dejado partida en dos
mitades irreconciliables a la sociedad catalana e hipotecado su futuro
económico, entre otras cosas. La cara más notoria del nacionalismo de
derechas, esa potente mandíbula capaz de dibujar la sonrisa más cargada
de suficiencia del supremacismo burgués, se despidió ayer de su
distinguido público en un nuevo ejercicio de mendaz arrogancia, uno más
de los muchos que han jalonado la carrera política de este Moisés
que un 11 de septiembre de 2012 se cayó del caballo del catalanismo
responsable, como se decía entonces, para convertirse en profeta de un
separatismo que iba a convertir Cataluña en la Dinamarca del Mediterráneo esquina a Siria, tras asomarse a la ventana de aquella gigantesca Diada y quedar entre asustado y perplejo, petrificado, abducido por el espectáculo.
Toda una senda de éxitos ininterrumpidos que le llevaron a
perder elección tras elección y a hacer añicos el partido que había
heredado del padre padronePujol,
aquella Convergencia (CDC) que tan buenos réditos, durante tantos años,
cosechó en Madrid de los Gobiernos centrales, y a enfeudar el
nacionalismo de derechas en las sentinas de un movimiento revolucionario
como las CUP, un partido comunista y antisistema irrecuperable para la
causa de cualquier sociedad abierta y liberal que se precie en cualquier
rincón del mundo. Señalado por las CUP como el señorito corrupto con
quien las chicas del flequillo en modo hacha no estaban dispuestas a ir
ni a la vuelta de la esquina, el astuto por antonomasia se vio obligado,
ayer hacía precisamente dos años, 9 de enero de 2016, a dar “un paso
más al lado” como entonces hiciera nombrando como sucesor al frente del
partido y candidato a la presidencia de la Generalitat a otro famoso
lince que hoy cuida su desvelos por los parques helados de Bruselas.
Su amigo Daniel Osácar, ex tesorero de CDC, dijo todo lo que sabía sobre la corrupción del partido
El mismo día, dos años después, el artero dice adiós con
otro supremo ejercicio de cinismo personal y político. Se va por dos
razones. Una, porque los resultados del 21 de diciembre han sido un
éxito político inenarrable, vino a decir, un éxito de tal dimensión que Junts per Catalunya (JxCat), PDeCAT
o como quiera que ahora se llame la dichosa Convergencia de siempre,
tiene por delante un sendero tan plagado de rosas hacia el panteón donde
reposan los inmortales que él no puede ser un obstáculo para esos
nuevos y fulgurantes liderazgos que la cosa de JxCat, PDeCAT o como se
llame, necesita de forma urgente, de modo que se ve obligado a dar ese
nuevo “paso más al lado” similar al que diera, todo desprendimiento, en
enero de 2016, he ahí un santo varón dispuesto de nuevo al sacrificio
por la patria, en este momento de éxito, repito, repite, que le permite
salir con la cabeza alta y fría y distante de estatua de sal petrificada
por el horror.
Una, el éxito del 21-D, y
otra, el panorama judicial que se le viene encima a este ladino lince
ibérico arruinado y con pie y medio en la cárcel, a quien el embargo
judicial de su casa ha dejado muy tocado, pero que sin embargo saca
pecho o lo intenta, todo sea por la patria, y esa mueca de sonrisa, tan
franca antaño, tan rácana hoy, de vendedor de crecepelo en el mercado de
la ilusión del país de nunca jamás donde nosotros, y solo nosotros,
íbamos a nombrar y promocionar y pagar la nómina de los jueces
encargados de juzgarnos. Y cita las causas del 9N, y el Tribunal de
Cuentas, y ahora los chuzos de punta que llegan tras el 1 de octubre,
pero se calla, se cierra en banda, ni una sola mención al asunto que de
verdad le fuerza a marcharse, la sentencia del Caso Palau que está al caer, que se le viene encima, ni una palabra para la corrupción de Convergencia, la suya propia, que ya su amigo Daniel Osàcar, ex tesorero de CDC, dijo lo que sabía, que todo lo sabía, naturalmente que sí, el jefesito Mas, como un 24 de febrero de 2005 se lo dijera Maragall: “Vostès tenen un problema, i aquest problema es diu 3%”, el origen de todo, y Arturo, porque entonces se llamaba Arturo, se revolvió cual cobra: “Vostè ha perdut completament els papers”, y no Arturo, que ya te los habían encontrado, ya hacía tiempo que te habían tomado la matrícula de corrupto mirando al mar.
Desbandada en las filas del separatismo
El
corrupto se ha callado su corrupción en su despedida. Un tufo a fin de
fiesta, un olor a bomba fétida acompaña lo que a todas luces parece una
desbandada en las filas del separatismo. Se despide Mas, el primer
responsable, bueno, digamos que el segundo, del crimen que el
nacionalismo ha cometido contra Cataluña y los catalanes. Hace mutis por
el foro mintiendo como el cobarde que siempre ha sido. Ayer fue también
Mundó, Carles,
exconsejero de Justicia, quien renunció a su acta de diputado. La gran
esperanza blanca de ERC, teórico nominado a suceder al propio Junqueras,
dijo hasta aquí hemos llegado, ahí os quedáis con el muerto. Su
retirada de la política deja muy tocada a una ERC con la cabeza presa en
Estremera. Por la cárcel ha pasado Mundó y parece que esa es escuela
donde se evaporan los sueños locos de los vendedores de patrias. Por
Bruselas vaga también un tal Antoni Comín, uno de los fugados con Puchimón,
y me cuentan que el hombre va desesperado, literalmente, que le han
dejado colgado de la brocha, que no tiene ingresos, que qué va a hacer
con su vida, y que cómo pueden pedirle que renuncie a su acta de
diputado, que de qué coño va a vivir a partir de ahora…
Sin respaldo internacional de ningún tipo, el balance del separatismo no puede ser más desolador
Este es el paisaje de ruina que deja el nacionalismo
travestido en separatismo tras 5 devastadores años soplando inclemente
sobre una Cataluña abandonada por la incuria de los Gobiernos centrales.
El auto del viernes del Tribunal Supremo (Sala de Apelaciones),
rechazando el recurso de Oriol Junqueras contra la decisión del juez Pablo Llarena
de mantenerle encarcelado, ha “destruido anímicamente” al Movimiento
independentista, porque en él se dibuja un “plan de reparto de papeles”
concebido para declarar a toda costa la independencia de Cataluña que
directamente conduce a un horizonte de muchos años de cárcel para las
estrellas del celuloide de la República Independiente de Catatonia
capital Tirana. Sin respaldo internacional de ningún tipo, desacreditado
interior y exteriormente, el balance del separatismo no puede ser más
desolador. Su único asidero sigue residiendo en la proverbial
incompetencia del Gobierno Rajoy. Como buen cobarde, Artur Mas se despide envuelto en la bandera del patriotismo. Sin amago de autocrítica. Sin atisbo de arrepentimiento. Como el perfecto canalla que siempre ha sido.
JESÚS CACHO Vía VOZ PÓPULI
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