Arsenio Escolar EFE
La historia es de sobra conocida, pero no por su
reiteración resulta menos indignante. Es la de un cambio de cromos en la
Corte. Los tuyos por los míos. Los que sirvieron en tus filas por los
que a mí me convienen. La política, utilizada como arma contra los
enemigos y antidepresivo para los aliados. Que nadie de mi entorno pase
hambre si yo estoy en el Gobierno. Resulta bochornoso lo que ha ocurrido
en los últimos días con RTVE, un altavoz
con mucha menos potencia que hace una década, pero al que ninguno de los
grandes partidos está dispuesto a renunciar. Tampoco las empresas
mediáticas, que han vuelto a demostrar una alarmante escasez de
escrúpulos en sus maniobras para ganar influencia en la corporación.
El PSOE y Podemos mantienen abierta una negociación desde hace unos días para situar a periodistas de su confianza en la cúpula de TVE.
El Gobierno no quiso esperar a que se resolviera el concurso público
que se va a celebrar para cambiar a sus consejeros porque iba a
demorarse durante varios meses y le convenía tener el control de la
televisión pública cuanto antes. Por eso, aprobó un Real Decreto, que apoyará Podemos.
El caso es que el texto normativo ha tenido el efecto de una droga amnésica
en los dos partidos progresistas, dado que les ha hecho olvidar que
hasta hace dos días defendían la “despolitización” de los telediarios,
pero ahora buscan situar al frente a un amigo. O, al menos, a un amigo
de sus amigos.
Los socialistas pensaron en Arsenio Escolar para hacerse cargo de la televisión después de recibir el rechazo de periodistas como José Miguel Contreras o Fran Llorente.
Ojo, previamente, el PSOE y Podemos habían llegado a un acuerdo para
que fuera la formación morada la que eligiera al candidato a presidente.
El problema es que Podemos quería a Ana Pardo de Vera, directora de Público y persona de la máxima confianza de Jaume Roures, siempre ojo al parche.
La
informadora fue asesora del Gobierno de Rodríguez Zapatero, pero
mantiene diferencias con el jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, con quien tuvo sus más y sus menos cuando el asesor era consejero áulico de José Antonio Monago. Por eso, se acusa a Redondo de filtrar a El País
el nombre de Arsenio Escolar para 'reventar' la candidatura de Pardo de
Vera. Y por eso el jueves saltaron chispas entre los dos partidos
progresistas, hasta el punto de que Podemos amenazó con desmarcarse del
proceso de renovación de la cúpula de RTVE.
El asunto
lo zanjó finalmente Sánchez, que dijo que la directora de Público no
podía alcanzar la presidencia de RTVE porque, unas horas antes, había
situado a su hermana de jefa de ADIF. Y, claro, podía parecer que la familia acaparaba demasiados cargos. Tiene bemoles la cosa.
Un candidato con perfil bajo
Como no se ponían de acuerdo, comenzaron a sopesar la idea de impulsar la candidatura de Andrés Gil, jefe de Política de eldiario.es
y sobre cuya capacidad profesional no soy quién para dudar, pero quien
no tiene experiencia en la gestión en televisión. Pertenece a un medio
que, junto con el de Pardo de Vera (Público) y el que dirigía Arsenio Escolar hasta hace pocos meses (20 Minutos),
han denunciado por activa y por pasiva la manipulación partidista de la
televisión pública en su anterior etapa. Y con razón. Pero, llegado el
momento, parece que sus responsables no han dudado en participar en el
siniestro juego que han puesto en marcha PSOE y Podemos: el de “quítate tú para ponerme yo”.
Las opciones de Gil menguaron el viernes por la mañana ante la negativa del PNV a apoyar su candidatura y ante el cabreo monumental que se agarró Sánchez porque Iglesias filtrara en Espejo Público
que este periodista era el elegido. El líder de la formación morada
tiene el colmillo especialmente retorcido y decidió emplear la misma
estrategia a la que el PSOE recurrió un día antes, cuando contó a El País que Arsenio Escolar iba a ser el próximo presidente de RTVE. No parece que la relación del Ejecutivo con sus socios vaya a ser fácil.
La portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá,
después del lamentable espectáculo ofrecido por el PSOE y por Podemos
durante casi dos días, decía este viernes en rueda de prensa que el
proceso sigue abierto y que, pese a las rencillas entre los partidos,
espera que el próximo lunes el Parlamento inicie la criba de candidatos.
Mientras tanto, Rafael Hernando decía que
¡y una porra!, que el PP también va a presentar los suyos. Que faltaría
más. Estos son los políticos que hoy llevan el timón de este país.
PSOE y Podemos no han dudado en participar en el siniestro juego del “quítate tú para ponerme yo”.
Algunos periodistas de Radiotelevisión Española han llamado la atención sobre un hecho: ¿por qué no se elige como presidente a alguien de entre los 6.300 trabajadores
de la corporación, si la intención es que ejerza su puesto tan sólo
durante unos meses, hasta que se resuelva el concurso público que se
convocará para tal fin? La respuesta es sencilla: porque el Gobierno
consideró que con esta tarea podría completar la enésima acción de 'marketing desde que llegó al Palacio de la Moncloa.
Prefirió a alguien de fuera, con buena imagen entre el electorado
progresista, que a un buen gestor de dentro de la casa. Que los hay.
Sánchez e Iglesias recurrieron a varios cabezas de cartel de la izquierda mediática para copar ese puesto. A la gauche divine del
periodismo español, tan experta en criticar los desmanes de la derecha
como en hacer justamente lo contrario cuando se trata de sí mismos. Su
execrable actitud la resumió Juan Luis Cebrián
en una frase cuando le preguntaron por los muchos millones que se metió
en el bolsillo mientras su grupo despedía a decenas de trabajadores y
solicitaba el auxilio de la banca acreedora: “yo soy yo y mis
contradicciones”.
Sánchez ha patinado
El asunto de Radiotelevisión Española
supone el primer gran patinazo del Ejecutivo de Sánchez. Primero,
porque se ha promocionado como un presidente regenerador que llegó al
poder ante el hartazgo de la mayoría de la ciudadana con la corrupción
de los populares, pero, a la primera de cambio, ha querido aplicar el dedazo con alguien afín al partido. Y, segundo, porque se ha evidenciado que está excesivamente expuesto a los vaivenes de Podemos
y de los partidos nacionalistas, que con el tema de la televisión
pública han demostrado su disposición a desmarcarse del Ejecutivo y
batallar para imponer sus deseos cuando consideren oportuno. Podemos no apoyó a Arsenio Escolar porque tenía a su candidata, la de Roures. ERC
ha salido por la tangente porque Sánchez se ha negado a hablar con
ellos de independencia y autodeterminación. Pedro, con estos bueyes
tienes que arar.
Mientras los partidos alargan las negociaciones y dan una nueva lección de inoperancia y oportunismo, la televisión pública se encuentra en el peor momento de su historia después de unos años negros.
Mientras los partidos alargan las negociaciones y dan una
nueva lección de inoperancia y oportunismo, la televisión pública se
encuentra en el peor momento de su historia después de unos años negros,
caracterizados por las dificultades presupuestarias, la ausencia de voluntad del Ejecutivo de Mariano Rajoy para solucionar sus problemas estructurales y la lamentable labor de su último presidente, José Antonio Sánchez, un hombre de Génova durante cuya gestión recurrió a los Frade, Cerezo, Cárdenas y algún que otro comisario político de dudosa reputación. Un periodista cuyo nombre aparecía en los Papeles de Bárcenas
y que no dudó en afirmar en sede parlamentaria que es votante del PP,
mientras ejercía su labor al frente de la corporación. Un hombre
imparcial, vaya. Humilde servidor de lo público.
Por todo esto, hoy son menos que nunca quienes confían y se creen a RTVE.
La situación empeorará en el futuro si Sánchez y sus socios
parlamentarios deciden mantenerla politizada y no renuncia a situar en
sus altas esferas a sus amigotes. Y a los amigos de sus amigos. Algunos
son vacas sagradas de la prensa, donde predican cada día transparencia y
buen hacer. Así está el tema.
RUBÉN ARRANZ Vía VOZ PÓPULI
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