Pedro Sánchez renuncia, al igual que ya hiciera Rajoy, a relanzar el tejido industrial español
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
El ínclito Mariano Rajoy
-ese presidente que llegó al Gobierno empujado por los votos
desesperados de los ciudadanos en 2011 para salvar a España de la
desastrosa situación en la que nos había dejado José Luis Rodríguez Zapatero-,
con una mayoría aplastante para hacer las reformas que el país
necesitaba, decidió que la industria, motor de la economía en cualquier
país que se precie, desapareciera del mapa de prioridades eliminando el
Ministerio asociado y colocando tan importante materia en una secretaría
general dentro del denostado Ministerio de Economía dirigido por el
incompetente Luis de Guindos, cuya mayor hazaña fue arruinar a miles de inversores tras venderles basura empaquetada como si fuera oro molido.
Rajoy, decidió que era prioritario esquilmar a la
población subiendo los impuestos brutalmente, crear un modelo de
crecimiento ficticio del PIB a costa de un endeudamiento mayor, promover
una reforma laboral para sustituir empleos dignos por empleos indignos,
más propios de un país tercermundista, destruir gran parte de la clase
media y, en definitiva, iniciar la senda para convertir a España en un
país de camareros.
El peso de la industria en España
(excluyendo los monopolios de energía y gas) ha pasado del ser un 35% en
1975 a un 13% en 2017. Su valor es de unos 150.000 millones de euros,
un dato lamentable si lo comparamos con los más de 660.000 millones de
Alemania, los 250.000 millones de Italia, los 230.000 millones de
Francia, los 220.000 millones de Reino Unido, los 350.000 millones de
Corea del Sur o los 960.000 millones de euros que produce Japón.
El peso de la industria en España, excluyendo los monopolios de energía y gas, ha pasado de ser un 35% en 1975 a un 13% en 2017, un dato lamentable
España, representa hoy la ridícula cantidad del 1,2% del
PIB industrial mundial, y si, por ejemplo, nos comparamos con un país en
claro ascenso, como es Irlanda, en los últimos diez años su PIB
industrial ha crecido un 200% mientras que el de España ha caído un 20%.
En resumen, Rajoy
prefirió dar prioridad a otro tipo de industria, la industria política,
esa que componen centenares de miles de familiares, amigos y
correligionarios, que es el verdadero cáncer que sufre España, en
detrimento de la inversión en tejido productivo, fundamental para la
creación de bienes y servicios de alto valor añadido que proporcionen
competitividad, salarios elevados, altos tributos, garantizar el sistema
de pensiones y, en definitiva, la prosperidad del país.
Pues bien, si Rajoy había dejado el listón bajo, parece que Pedro Sánchez
está dispuesto a pasar por debajo, ya que dentro de su nueva estructura
ministerial, a pesar de que hay un Ministerio de Industria, Turismo y
Comercio, lo cierto y verdad es que la industria sólo aparece “de cara a
la galería”, ya que ninguna de las Secretarías de Estado adscritas al
Ministerio, que son la de Comercio y la de Turismo, así como en el resto de organismos, contiene un departamento y oficina que esté destinado a la gestión de la industria.
Asimismo,
Sánchez ha creado un nuevo ministerio denominado “Para la Transición
Ecológica” dónde ha enmarcado la anterior Secretaría de Estado de Energía,
pero sin ninguna mención al asunto industrial. Por cierto, un nombre,
el de este Ministerio, cargado de demagogia absurda, en lugar de llamar a
las cosas por su nombre, que no es otro que Energía y Medio Ambiente.
Por
otro lado, ha creado otro Ministerio denominado “Ciencia, Innovación y
Universidades” dónde tampoco aparece mención alguna a la industria, y en
el cuál ha puesto al mando a un personaje como Pedro Duque,
que no tardará en quemarse cuando descubra que ha sido utilizado como
florero y compruebe que todas las promesas que le hicieron no se podrán
cumplir porque, entre otras cosas, no tendrá poder de decisión y, ni
mucho menos, presupuesto.
Calviño es un satélite de Bruselas en el Gobierno enviado para controlar que el cumplimiento de los compromisos con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Sobre el Ministerio de Economía y Empresa, en el que
tampoco aparece ninguna mención al asunto industrial, debo señalar que
la titular del mismo, que parece un fichaje de primer nivel, no es ni
más ni menos que un satélite de Bruselas en
el Gobierno de Sánchez para controlar que los compromisos con el Pacto
de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea se cumplan, más o
menos, y su intención será seguir integrada dentro de los burócratas de
Bruselas. Si, como parece, su labor era la gestión del control
presupuestario en la Comisión Europea (a las órdenes del patológico
Comisario que quería condicionar el voto a los italianos por lo que
dijeran los mercados), lo cierto y verdad es que su trabajo fue bastante
lamentable, especialmente en lo que concierne a España, ya que nuestro
país nunca ha sido capaz de cumplir con los objetivos presupuestarios, y
si, la ahora ministra, antes directora, no fue capaz lidiar con Montoro, o es que no es competente o prefirió mirar para otro lado, lo cual, es aún más grave.
Por último, me voy a referir al Ministerio de Hacienda,
pieza clave del organigrama porque controla “la pasta” y, si bien, no
ha cambiado de nombre, Sánchez se ha quitado la careta con sus
verdaderas intenciones poniendo al frente del mismo a una persona
sumergida profundamente en el fango de una de las organizaciones más
corruptas de España, que no es otra que el Partido Socialista de
Andalucía.
En definitiva, Sánchez renuncia, al igual
que ya hizo Rajoy, a relanzar el tejido industrial español, y, entre
ambos, convertirán a España en un país de camareros, con todos los
respetos para este apreciado gremio.
Por cierto, que
ya nos explicará Sánchez, y su flamante ministra de Hacienda, cómo van a
aplicar los PGE de Montoro con una estructura ministerial totalmente
distinta. Seguro que sus “preparadas señorías” del Congreso y del
Senado, nos iluminan con la respuesta, o puede que no, veremos, porque
el despropósito de nuestra clase política parece no tener límite.
JUAN CARLOS BERMEJO Vía VOZ PÓPULI
PD: Hoy les dedico el tema 'Wuthering Heights' de Kate Bush
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