Errejón ofrece otra forma de hacer política, más inclusiva, más abierta, más dispuesta a hablar con otras fuerzas, más democrática interiormente. En resumen, ofrece talante, lo mismo que ofrecía ZP
Errejón, en la rueda de prensa en la que comunicó que abandonaba su escaño.
Sin embargo, es una percepción más mediática que real. En primera instancia, porque los resultados reales los dictarán las elecciones madrileñas, y también el recorrido que pueda tener a nivel nacional el liderazgo de Errejón. En segundo lugar, porque los esfuerzos que está realizando para borrar el lugar de donde procede, como los tuits de apoyo a Maduro que eliminó de su cuenta, no pueden hacer desaparecer el pasado de un plumazo.
Mala retórica
Y en tercer lugar, porque el nuevo Errejón no lo es en absoluto. Su popularidad solo es explicable en función de lo que dice combatir, no a partir de sus propuestas. Todo está articulado desde su oposición a Pablo Iglesias. Para los errejonistas, la forma de hacer política de Iglesias, su autoritarismo, su dificultad para establecer consensos y trazar alianzas y su liderazgo crispado son los motivos por los que la fórmula inicial ha ido perdiendo fuelle. Desde el lado pablista, la causa real de que Podemos no esté funcionando está encarnada en Errejón, que representa bien las traiciones y las deslealtades que han impedido que el partido creciera.
Los reproches mutuos
no son justos: Errejón estuvo allí tanto como Pablo Iglesias y fue el
artífice de la máquina de guerra electoral de Vistalegre I
IU contra Zapatero
Desde este marco está Errejón desplegando su oferta, y lo que ha puesto encima de la mesa no es más que la oposición a Pablo Iglesias. Es decir: ofrece otra forma de hacer política, más inclusiva, más abierta, más dispuesta a hablar con otras fuerzas, más democrática interiormente. En resumen, ofrece talante, lo mismo que ofrecía Zapatero. Su propuesta de fondo es parar a la derecha, evitar que el PP siga en el poder, y sumar para el cambio, pero eso también puede argumentarlo Iglesias, que pactó con el PSOE para sacar a los populares de Moncloa. En el fondo, lo de Errejón no son más que palabras vacías, justo aquello que promovió en el pasado con la tesis populista y que ahora regresa como si, una vez apartado Iglesias, su arsenal argumentativo fuera a ser efectivo. Por ser más claro, y si vamos a los discursos, el de Pedro Sánchez en Davos fue más valiente y más de izquierdas que lo que viene diciendo Errejón desde las elecciones generales, y además pronunciado ante un auditorio mucho más influyente.
En fin, más allá de cómo se solucione esto, de si Podemos se fragmenta o va unido, no es más que la lucha entre una versión de IU y una nueva versión de Zapatero. Pero una pugna que tendrá relevancia política, porque obligará a tomar posiciones.
La bisagra
Hasta ahora, el dilema electoral respecto del gobierno de España está situado en Ciudadanos. De un lado del espectro ideológico están el PSOE y Podemos, y del otro el PP y Vox. Los de Rivera parecen obligados a elegir de parte de quién están, y no es una decisión fácil. Muchos de los dirigentes del PSOE preferirían una alianza con Ciudadanos y viceversa, pero el vínculo natural de Rivera y, sobre todo, de sus bases es el que le enlaza con el PP, a pesar de Vox. Y quizá los números forzarían a esa coalición si las elecciones fueran en breve.
Es difícil que el PP se resista a adoptar ideas autoritarias, y mucho menos a flirtear con ellas, como ya está haciendo
Todo esto para nada
De manera que el mapa cambiaría, porque la suma de PSOE y Podemos no daría, y un PP más a la derecha aún con Vox pondría las cosas difíciles a Ciudadanos, que de sumarse a la alianza del lado diestro sin liderarla, firmaría su caída en la irrelevancia. Cierto que al final todo dependería de lo que dieran los números de sí, pero en ese escenario, ¿no sería probable que el PSOE encontrase el apoyo de Ciudadanos para impedir un Gobierno del PP y Vox? Y dado que es también probable que hicieran falta más votos, ¿qué haría Podemos en ese caso? ¿Votar en contra de un Gobierno entre socialistas y Cs, como hizo años atrás? En este contexto, el errejonismo sería más útil para trazar alianzas amplias que el pablismo, y quizá ahí resida el amor general que muchos profesan a Íñigo, ya que permite reproducir el frente Macron contra la derecha dura por el que se apostó en Francia.
La codicia y la incompetencia de las élites son las grandes causantes de la llegada de estos regímenes autoritarios
En
fin, ya veremos cómo discurre todo en este escenario español en el que
cada tres meses hay una nueva sorpresa que altera el mapa electoral.
Pero lo que puede decirse, con independencia de todo ello, es que no se
va a frenar a la derecha dura por mucho tiempo. El problema de fondo, el
que debe afrontarse, lo resumía en el 'Financial Times' Martin Wolf de una manera muy precisa en su artículo
sobre Davos: la codicia y la incompetencia de las élites gobernantes
son las grandes causantes de la llegada de estos regímenes autoritarios,
y las que les darán todo el combustible necesario. Sin una acción decidida en el ámbito económico que ponga freno a esa estupidez, estamos abocados al autoritarismo,
que llegará más tarde o más temprano a Europa: su mecha está encendida y
será difícil que se resista ante la presión internacional. O se es
valiente, o dan igual los Errejones que nos inventemos.
ESTEBAN HERNÁNDEZ Vía EL CONFIDENCIAL
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