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martes, 29 de enero de 2019

LA IZQUIERDA INCAPAZ

Estos repartidores de carnés de progresismo auténtico vuelven a cumplir con su verdadera misión histórica: una perfecta ineptitud para transformar la vida de la gente en un entorno democrático

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el histórico político de IU, Julio Anguita, en Córdoba EFE


Como era de esperar, porque ha pasado siempre lo mismo, la izquierda a la izquierda del PSOE salta por los aires de nuevo. La única diferencia de hoy, respecto a las otras veces, es que en estos tiempos tan acelerados todo es más rápido y en solo cuatro años quienes recuperaban orgullosos el discurso de Julio Anguita de las dos orillas amenazan con ahogarse en la suya.

Pueden hacerse cuantos análisis se quiera sobre lo que concretamente haya ocurrido esta vez: por qué del otrora inminente sorpassose ha pasado tan rápido a la desorientación total y cuáles han podido ser los errores concretos que, en esta ocasión, han dinamitado a la izquierda que va de auténtica. Sin duda será interesante para quienes gustamos de leer reflexiones políticas, pero el resultado final, que es lo que cuenta, va a ser el mismo que ha sido siempre: que los comunistas y sus compañeros de viaje acaban a tortas entre ellos, peleando por el control de la última iniciativa política que hayan construido en cada momento y asesinándose (afortunadamente hoy en sentido figurado) para recobrar su verdadera misión histórica de perfecta ineptidud para transformar nada de la vida de la gente común en un entorno democrático.
Disidentes y ‘traidores’ acabarán recalando, poco a poco o en tromba, en esa maldita y titubeante socialdemocracia que se hartaron de despreciar
Las rupturas de estas gentes siempre comienzan con gritos de “unidad”, “unidad” y terminan con un listado de disidentes y purgados. No falla. La maldita y titubeante socialdemocracia, tan llena de defectos, ese PPSOE que se hartaron de despreciar, acabará siendo de nuevo el lugar en el que poco a poco, o tal vez en tromba, vayan recalando los disidentes y traidores que la vanguardia del proletariado lleva cien años excretando inevitablemente a su alrededor. Ese maldito PSOE al que los auténticos comunistas no soportan desde que, en los años 20, Fernando de los Ríos escuchó a Lenin en Petrogrado aquel infame “¿Libertad?; ¿para qué?” y se volvió a España renegando de aquella evidente tiranía que traería hambre, muerte, terror y destrucción como pocas antes. Nunca se lo han perdonado, afortunadamente para el PSOE.
Contrariamente a lo dicho por el disidente Luis Alegre, para arrinconarse “en ese margen en el que somos inofensivos” no necesitan ninguna ayuda exterior, ni de medios de comunicación ni de adversarios. Lo hacen solitos. Ahí es donde siempre terminan y terminarán. Es el precio de la autoproclamada autenticidad, que no tolera la menor discrepancia, que no cree en la democracia sino en la misión salvífica de la dirección consecuente y para la que siempre el peor enemigo es y será la izquierda moderada y democrática que apuesta y consigue cambios profundos a largo plazo: esas “bagatelas que solo distraen a la clase proletaria de su destino histórico”, como la salud, la educación o las pensiones. Éxitos que -justo es decirlo- vacían de contenido épico los mensajes de la socialdemocracia al extenderse como derechos asumidos por la sociedad toda.

Hay que reconocer la gran habilidad de esta izquierda hiperactiva para subirse a los movimientos de verdadera indignación social, como fue el 15M. También son maestros en hacerse con la ventanilla de reparto de carnés de progresismo auténtico y es mucho el éxito que alcanzan siempre despreciando desde sus púlpitos políticos, mediáticos y ahora digitales a los felones socialdemócratas. Solo que tanta habilidad en los mensajes puros e ilusionantes sobre “bloques sociales de progreso” y “movimientos de unidad transformadora de la izquierda” se traducen en la más absoluta ineptitud política a la hora de las soluciones y en la segura destrucción de los movimientos cívicos que algún día trataron de liderar. Y así hasta la próxima, porque esta ya ha va camino de terminar.


                                                                                      CARLOS GOROSTIZA  Vía VOZ PÓPULI


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