A día de hoy, uno de enero de 2019, la suma de PP, CS y Vox conformaría el 50% de los votos.
Esto es, la mayoría del centro y la derecha superaría a la izquierda en
10 puntos según el promedio de todas las encuestas publicadas por los
diferentes medios de comunicación.
La fotografía que publicamos este martes sobre la
evolución de los principales partidos desde septiembre de 2016 hasta hoy
es clara. Podemos, la principal damnificada, queda relegada a la cuarta fuerza con un 16%. Muy lejos del cacareado sorpasso
al PSOE. Podemos acusa su postura ambigua respecto a Cataluña, la
crisis del chalet de Pablo Iglesias y de Irene Montero en Galapagar.
También que el propio Pedro Sánchez haya hecho suyas medidas
tradicionales del partido morado.
Dependencia nacionalista
Y es que aunque el PSOE obtenga un 24% de los votos y
sea, paradójicamente, uno de los grandes beneficiados, es innegable que
a Sánchez empiezan a flaquearle los apoyos, principalmente por su dependencia de Torra y de un independentismo que aboga abiertamente por quebrar la convivencia.
Los socialistas no sólo pagan los continuos bandazos de su Gobierno,
sino el desgaste de dos ministros dimitidos y varios miembros de su
Gabinete puestos en entredicho por distintas irregularidades.
En el espectro del centro derecha, las encuestas también reflejan la pugna por el liderazgo ideológico.
El PP ha perdido su hegemonía, la corrupción que llevó a Rajoy a la
salida del Gobierno y del propio partido explica un declive sostenido, a
pesar del revulsivo que supuso la victoria de Pablo Casado en las
primarias y su esfuerzo por devolver el PP a sus orígenes. El caso de
Ciudadanos es distinto; si bien su trayectoria revela constantes
altibajos, el momento actual es dulce, con Albert Rivera a un tris de
arrebatarle a Casado la jefatura de la oposición.
El lastre de Vox
Todo dependerá de cómo CS gestione el lastre de
gobernar con el PP en Andalucía en un Ejecutivo posible gracias a los 12
escaños obtenidos por Vox. La formación de Santiago Abascal era una fuerza extraparlamentaria hasta las elecciones andaluzas, y no fueron pocos quienes, mientras azuzaban el miedo a este partido, le hacían prácticamente la campaña.
El año electoral se antoja intenso con la coincidencia de elecciones europeas, autonómicas y municipales. El escenario está abierto
según todos los sondeos; sólo Pedro Sánchez parece enrocado en no
adelantar unas generales que son hoy más que necesarias. Los españoles
merecen elegir a su presidente.
EDITORIAL de EL ESPAÑOL
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