El presidente del Gobierno protagonizará mañana un acto en el Fórum
donde detallará las inversiones en Cataluña, que van a superar el 15%
del total para toda España
Sánchez y Torra con ministros y consellers en su cita del 21 de diciembre en Barcelona
En el particular pulso que mantiene Pedro Sánchez
con los independentistas catalanes para que le apoyen el Proyecto de
ley de Presupuestos Generales del Estado 2019, la de éste sábado es una
fecha marcada en rojo en el calendario. El presidente del Gobierno va a
protagonizar con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, y con la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, un acto en el que se revelarán las inversiones territorializadas para Cataluña y para el resto de España.
De hecho, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros este viernes, ni la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ni la Portavoz, Isabel Celaá,
han querido desvelar detalles de esas inversiones para no romper el
misterio. Montero solo dijo que van a ser tan buenas que "quienes
defienden Cataluña deberían aprobarlas".
La estrategia de Sánchez y su equipo es clara: presionar al PdeCat y a ERC para que no puedan decir que no
a un aumento sustancial de las inversiones en esa comunidad, que es lo
que va a ocurrir si rechazan las cuentas públicas en algún momento de su
tramitación parlamentaria, a partir del próximo lunes.
Frente a la petición de "gestos" por autodeterminación por parte del PdeCat y ERC, Sánchez va a la Ciudad Condal con un aumento presupuestario para Cataluña
Porque el as en la manga que se guarda el líder socialista es un aumento de la inversión en esa comunidad, desde el actual 13,5% del total hasta el 17 o 18%
del total para España, en cumplimiento de la disposición adicional
tercera del Estatut; algo que rechazan como insuficiente Torra y su
mentor, Carles Puigdemont, como dejaron
claro este viernes durante la reunión que mantuvieron en Waterloo
(Bélgica), donde el segundo se encuentra huido de la Justicia:
"Sé que va a ser un año muy próspero".
La esta optimista frase con la que ha abierto Celaá la comparecencia de
prensa posterior a la reunión del gabinete simboliza el espíritu con el
que el Ejecutivo encara los próximos meses: si el presupuesto es
aprobado, la legislatura acabará en junio de 2020 y si no, el Gobierno
ya se encargará de ir aprobando las principales partidas vía decreto-ley o real decreto; que para eso ERC y el PdeCat ya han comprometido su apoyo.
Lo que no va a hacer Pedro Sánchez, pese a las reiteradas reclamaciones del independentismo catalán, es un "gesto" sobre el pretendido derecho de autodeterminación de Cataluña ni sobre los que ellos denominan "presos políticos"
que van a ser juzgados a partir de finales de enero en el Tribunal
Supremo por el referéndum ilegal del 1-O y la posterior proclamación de
la República catalana.
Y eso va a dificultar bastante
que la antigua CiU, muy dividida ahora entre los partidarios de mantener
al PSOE en el poder y aquellos que, como Torra y Puigdemont, están
dispuestos incluso a llevar la crisis al Govern de la Generalitat si ERC se desmarca de sus directrices de votar no a estos presupuestos.
GABRIEL SANZ Vía VOZ PÓPULI
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