PP y Ciudadanos denuncian las cesiones de Sánchez ante los
independentistas. Aceptar la figura del "mediador" es una humillación
para España, señalan desde ambas formaciones
Casado y Rivera: la guerra de los clones
EFE
"Nunca, bajo ningún concepto, el PP va a consentir que el Gobierno de España
sitúe mediadores entre el Estado de Derecho y el golpismo
independentista", señala una nota hecha pública desde la dirección de
los populares tras conocerse que Pedro Sánchez acepta incorporar la figura de un 'mediador' o 'verificador' en sus negociaciones con representantes del Gobierno catalán.
Postura del PP
En este sentido, desde el PP se subraya que "situar
mediadores so relatores significa en la práctica poner en el mismo nivel
de legitimidad el Estado de Derecho Constitucional y la ruptura del
mismo. La libertad y la ley no se negocian y menos con intermediarios", asegura la nota en la que el partido de Pablo Casado
advierte muy severamente que, a pocos días de comenzar el juicio contra
los impulsores del golpe al Estado en Cataluña, tal gesto hacia los
secesionistas implica "una puñalada por la espalda a la Justicia".
Hay
estupor en los partidos constitucionalistas. No sólo por el hecho de
que el Gobierno acepte sin titubeos la figura de un 'mediador' para
negociar con una comunidad autónoma, sino también en los extremos que se
contienen en el documento de las 21 exigencias que Quim Torra entregó a Sánchez
durante su visita a Barcelona. "Es una rendición en toda regla", se
señala desde el PP. "Es una afrenta al Estado, una humillación frente al
golpismo", dicen en Cs. Vox también se ha
sumado a estas críticas ante la actitud del Ejecutivo, "que ha llegado a
unas cotas de indignidad sin precedentes", según estas versiones.
Opinión de Cs
Albert Rivera,
en este sentido, señala en un tuit que "ya basta, señor Sánchez, no
todo vale por el poder" y califica esta iniciativa del Gobierno de
"humillación intolerable para España".
La inclusión
de la figura de un 'relator' u 'observador' producía, a lo largo de la
jornada del martes, una reacción de firme rechazo en las fuerzas
constitucionalistas. PP y Ciudadanos, cada uno por su lado, han lanzado
mensajes muy similares contra esa ocurrencia de Sánchez que, en opinión
de Casado, "responde a lo que el señor Torra solicitó por carta el
pasado 26 de septiembre al Gobierno y la comunidad internacional, en la
que reclamaba el inicio de una mediación sin precondiciones". Es el primer paso para fijar luego los términos del referéndum.
La precampaña electoral va a girar en torno a Cataluña. A
pasos agigantados, el reto separatista recupera protagonismo en el
escenario político, al tiempo que arranca la fase oral del juicio contra
los impulsores del golpe. Una confluencia de circunstancias que va a
prolongarse durante las próximas semanas, inevitablemente.
En los dos partidos defensores de la Constitución se insiste en el severo error, posiblemente sin marcha atrás, en el que va a incurrir Sánchez, capaz de cualquier cosa con tal de permanecer en el Gobierno. "A cambio de que se le aprueben los presupuestos, se va a cargar su partido, pero también va a cargarse España
y no lo consentiremos", señalaba una fuente popular consultada. Los
barones socialistas reaccionan con timidez. Amagan algún gesto de
crítica. Lambán, presidente aragonés, dice algo contra los secesionistas. Fernández Vara,
altanero, reta a que se le diga ¿dónde están los pactos ocultos con los
independentistas? Torra se los plantificó en la cara, ante el bochorno
silencioso del líder extremeño.
A escasos días de que arranque en el Supremo
el juicio contra los golpistas del 'procés', esta cesión del presidente
del Gobierno se califica de "traición grotesca e inaceptable, una burla
a la ley y a todos los españoles", según la fuente antes mencionada.
JOSÉ ALEJANDRO VARA
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